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Maracaná en Wall Street

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jorge grünberg
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Los uruguayos medimos los grandes éxitos con la vara de Maracaná. La reciente salida en la bolsa norteamericana Nasdaq de la empresa dLocal, fundada y dirigida por uruguayos, puede calificar como un “maracanazo”. Como en 1950, éste fue un triunfo inesperado, indiscutido y de escala global.

Este éxito de dLocal es importante como prueba de concepto. Demuestra que una empresa tecnológica fundada en Uruguay y dirigida por dos jóvenes de 30 años puede transformarse en un unicornio (es decir que los inversores la valúan en más de mil millones de dólares) y cotizar en una de las principales bolsas del mundo. También es importante porque brinda visibilidad y credibilidad a Uruguay como fuente de empresas tecnológicas potencialmente exitosas.

En el siglo XXI la automatización seguramente incrementará la actividad económica, pero posiblemente reduzca la cantidad de empleos humanos, por lo menos, los que hoy conocemos. Si bien surgirán nuevos empleos, éstos requerirán otra formación que la que tienen hoy las personas. No todo el mundo estará en condiciones de ejercer esos nuevos empleos que exigirán formación avanzada, habilidades blandas y reentrenamiento permanente.

Para una creciente cantidad de jóvenes que ingresan al mercado laboral y para personas de más edad cuyos trabajos se vean reducidos o eliminados por la automatización, los emprendimientos serán la mejor opción. Los emprendimientos permitirán que la vida laboral no sea una competencia de suma cero por un conjunto finito y decreciente de empleos, sino al contrario, una alternativa de desarrollo personal y generación de empleo.

Por todo esto, los países buscan promover el desarrollo de emprendimientos, innovadores con el potencial de crecer y expandirse.

Es importante aprovechar la inspiración y la atención mundial generadas por dLocal para impulsar la cultura emprendedora en nuestro país. Promover una cultura emprendedora implica apuntar a que una mayor cantidad de personas, en particular jóvenes que ingresan al mercado laboral, consideren la opción del emprendimiento propio como una opción válida. Debemos apuntar a que más jóvenes se perciban a sí mismos como capaces de generar sus propios emprendimientos en base a sus ideas, a su formación y su determinación, y no solamente proyectarse como empleados o profesionales independientes.

Todos los emprendimientos son valiosos, pero no todos tienen el mismo potencial de beneficiar a sus fundadores y empleados y a la sociedad. Los emprendimientos innovadores (en general de base tecnológica) tienen en general un mayor potencial de transformarse en empresas de rápido crecimiento. No todo emprendimiento es innovador y no toda innovación se transforma en emprendimiento. Uno de los principales desafíos de nuestra sociedad es aumentar la cantidad de ideas innovadoras que se transforman en emprendimientos sostenibles. Para esto debemos trabajar en varios factores, algunos de ellos culturales y otros económicos o institucionales que obstaculizan el desarrollo de emprendimientos innovadores.

Uno de los obstáculos más importantes es la brecha entre las universidades y las empresas. Muchas ideas y descubrimientos surgen en las universidades a partir de investigaciones y proyectos. Muchas veces su destino principal son las publicaciones académicas. Es importante estimular a alumnos y docentes a que consideren el potencial productivo de esas ideas y descubrimientos a través de colaboraciones con empresas, emprendedores e inversores. Esto requiere trabajo desde adentro de las universidades para señalar el emprendimiento como una opción valorada en la carrera académica para los docentes y como opción válida para el aprendizaje de los alumnos. También requiere un mayor reconocimiento desde el Estado y desde las empresas sobre el potencial valor económico de la producción del conocimiento que realizan las universidades.

Otro obstáculo a la cultura emprendedora es la percepción negativa sobre los empresarios que tienen muchos uruguayos. Más allá de sus causas, estas percepciones negativas alejan a los jóvenes del espíritu emprendedor o por lo menos de expresar abiertamente su ambición de progreso, y en caso de alcanzarlo, de compartir su éxito como inspiración para otros jóvenes. Ninguna sociedad prospera cuando los juegos son de suma cero, en donde una parte gana solo si las otras pierden. Las sociedades innovadoras requieren instituciones inclusivas que multipliquen las oportunidades de empresas, empresarios, empleados, inversores y ciudadanos.

También obstaculiza el desarrollo del espíritu emprendedor la idea de que todo fracaso es vergonzoso y posiblemente fraudulento. Las sociedades más innovadoras y emprendedoras consideran el fracaso empresarial como la contracara del riesgo inherente a la innovación y al emprendimiento. El fracaso no es un estigma para el empresario, sino muchas veces un paso intermedio y una oportunidad de aprendizaje hacia el próximo emprendimiento.

En plena pandemia dLocal nos puso en primer plano del escenario mundial de los emprendimientos tecnológicos innovadores. Este éxito de una empresa fundada y dirigida por uruguayos sirve de inspiración y abre una ventana de oportunidad para atraer el interés de empresas e inversores extranjeros sobre nuestro sistema emprendedor.

Pero este evento no alcanza por sí solo. Debemos aprovechar esta ventana de oportunidad para examinar y superar los obstáculos que hoy hacen que el emprendimiento sea extraño a las aspiraciones de la mayor parte de nuestros jóvenes.

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