El gobierno uruguayo nos vive sorprendiendo con la seguidilla de desaciertos que a esta altura generan más sentimientos de preocupación qué de indignación.
La reciente pérdida del máximo referente de su ala dominante (Mujica) no es un dato menor. El presidente Orsi intenta poner una dosis de sensatez a muchos planteos locos de “la barra” pero su larga ausencia del país en esa gira en modo “Lula Brics” lo sacaron de foco en un sinnúmero de temas nacionales. Lo que es peor. Se vio a la Presidente en ejercicio asumir un protagonismo inusitado con frecuentes salidas fuera de lugar.
Su despiste al volver al país fue notorio y hasta llegó a declarar en un reportaje que el ser humano agredido en el clásico por una bengala era un simple hincha y no un efectivo policial. ¡GPS ya! Nos parece que hoy el Presidente está realizando un esfuerzo por minimizar daños producto de una gestión que muestra por todos lados improvisación, negligencia y falta de profesionalismo.
¡El hombre hace lo que puede para explicar lo inexplicable! De última a los uruguayos bien inspirados nos debe importar que el Presidente tenga éxito en su gestión. Entre otras razones por el espanto que causa la idea que la Vicepresidente pueda sucederle por más de 24 horas.
El error gubernamental de los pasaportes fue una herida autoinflingida. No se tapa fácilmente. Los aumentos obscenos de sueldos y generación de nuevos cargos en ASSE no se disimula justificando una reestructura traída de los pelos. Si se afirma que está generando superávit presupuestario luego no puedes mostrar que das marcha atrás en tus medidas. La “marcha atrás nuevita” los delata.
Los episodios que provocaron tantas renuncias han ido socavando el crédito de este gobierno con la opinión pública pensante de este país. Hoy se agrega a ello un Presidente del INISA que renunció 2 veces en un mes por desavenencias con un director de su propio Partido. Y aun queda pendiente entender como Oddone pudo haber aceptado la compra ilegal de una estancia de 32 “palos verdes” por parte de Colonización .
Y por último los uruguayos que aún defendemos nuestro sistema democrático republicano representativo, quedamos absortos al contemplar como se quiere minimizar a nuestros Partidos Políticos tradicionales dentro de una plataforma de diálogo social con múltiples actores sociales. (Algunos de dudosa representatividad).
Hoy este mismo gobierno se sube a esta descabellada idea cuasi Mussoliniana de enmendar la plana a la ciudadanía y sus partidos a través de un burdo instrumento corporativista. Un diálogo entre actores mayoritariamente afines en ir contra corriente del sentido común mundial en dicha materia . Me alegra que nuestros partidos tradicionales con más el PI e Identidad Soberana hayan rechazado esta invitación. No me satisface en cambio que los mismos no hayan sido categóricos en el rechazo a la invitación y no por razones de “forma” como alegaron.
Hasta el dr. Salle acompañó a los partidos tradicionales a rechazar esa farsa de diálogo convocado por el Gobierno. En sueños me lo imaginé anoche a don Gustavo increparlos y tratarlos de cultores de la más uruguaya ineptocorporatocracia.