Homo frentistum

Francella inspira. Su reciente y taquillera película “Homu Argentum”, que tanto debate genera por estas horas en Argentina, grafica la personalidad de nuestros vecinos platenses. Allá ellos con sus cosas, que nosotros tenemos las nuestras.

Lo que está claro es que estos días de incertidumbres y clima político hostil aquí, también ponen blanco sobre negro el desgobierno y nuestro propio “Homu Frentistum”.

La causa principal del mal momento político que se vive en Uruguay es que al gobierno le falta liderazgo. La muerte del presidente Mujica dejó a los fieles sin sacristía. A última hora había un orden que emanaba del jefe de la tribu. Al no haberla hoy, nadie dirige las acciones. La disociación entre la Torre Ejecutiva y la bancada oficialista es total. Y si allí no hay orden, lo que surge es el caos.

En una carrera alocada de mensajes oficialistas contradictorios la inacción da lugar al clima agresivo. Como no hay agenda, la fácil es ir para atrás y sembrar el camino de peleas con la oposición. Si no hay ideas por lo menos que haya agravios, parece la consigna. Mientras desde la Torre Ejecutiva todas las semanas lanzan un “diálogo”, desde el Parlamento la bancada oficialista bate tambores de guerra, intenta censuras y actúa a las piñas políticas. O es dialogo, o es piñas, pero no parece sensato esto último. Alguien que ordene la cosa.

La empresa de demoliciones trabaja todos los días. Tiraron abajo el proyecto Neptuno, el acuerdo con la Universidad Hebrea de Jerusalén, la ley de vivienda promovida, una política internacional sin alineamientos ideológicos, las relaciones laborales sin prejuicios, la educación sin poder corporativo, en fin, el camino es el retroceso y la revancha.

Supieron llegar, y saben un solo rumbo: el retroceso. Cuando no se puede gobernar el presente la opción es ir para atrás. La zona de confort del Homo Frentistum es el pasado.

Volviendo a los famosos “diálogos”. Desde la Torre Ejecutiva inventan uno diferente para cada tema. Cuando no hay una solución, entonces que aparezca la comisión que todo lo posterga y licúa. Ahora el sucedáneo de la comisión es el “diálogo”. No es verdad que convocar a decenas de personas o corporaciones hace más democrático lo que surge. Solo lo posterga y generalmente sirve para diluir responsabilidades. Lo democrático es hacerse cargo de la responsabilidad de gobierno. Cuando se pide el voto no es para organizar retiros espirituales ni reuniones estériles, es para decidir y hacer.

No van muchos meses, pero tampoco es despreciable el tiempo transcurrido, porque es el momento donde se marca la impronta. Nos preocupa mucho la ausencia de planes. En seguridad es evidente. La ausencia de liderazgo político en el propio ministerio define la falta de iniciativa. Se ve en las cosas concretas o, mejor dicho, no se ven. Desaparecieron radicalmente los patrullajes, la Policía no tiene presencia. Y esto no es un tema policial, es de conducción política.

El ministro llama a decenas de organizaciones, entre ellos partidos políticos, a que le den ideas. Es muy “democrático” de apariencia. Pero lo que confirma es que no hay plan, ni lo habrá según se informa hasta el otoño próximo.

El cogobierno no existe, ni lo queremos. Como este tema nos preocupa como partido de forma principal, concurrimos al llamado. Lo hicimos con el presidente Vázquez, aunque poco salió de allí, y lo hizo nuestro gobierno en el ministerio del Interior, aunque luego el FA no quiso hacerse cargo de sus resultados.

Pero en ningún caso ni Vázquez, ni nosotros convocamos a elaborar un plan. Lo teníamos y ejecutábamos. La invitación era para recorrer otros caminos que se sumaran. Ni delegación de mando, ni licuar responsabilidades que otorga el soberano.

Esto le dijimos con enorme respeto al ministro esta semana cuando tuvo el gesto de solicitarnos una reunión por este tema.

El relacionamiento político debe ser franco, honesto. No es ni repartiendo sonrisas ni a los tortazos. Es profesional y sabiendo que representamos ideas distintas, que eso no impide hablar con sinceridad y sabiendo qué representa cada uno.

Confundir debate, incluso intenso, con agravio o pelea es una forma oblicua de censura y cancelación. Cuando se discrepa y más en temas importantes no hay que rehuir a contraponer ideas con fuerza. Son más agradables las sonrisas, pero la vida no es permanente reír.

El clima de estos días es raro y lo es, lamentablemente, porque no hay agenda política positiva. El orden del día de un gobierno lo hace, Perogrullo enseña, el gobierno y no la oposición. Y en estos seis meses de gestión la agenda estuvo casi vacía, en el mejor de los casos con intenso olor a poco, a casi nada.

Por eso el ruido es intenso y llena la ausencia de gobierno. Será la ley de presupuesto el arranque hacia adelante, veremos.

En todo caso estos meses han sido los del Homu Frentistum, aquel que siente que su medio natural es el pasado, y por ello regresa siempre a él.

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