Las celebraciones del bicentenario de la Asamblea celebrada en la Florida el 25 de agosto de 1825 ha atizado un intercambio de ideas sobre hechos del pasado de nuestro país, pero que continúan siendo relevantes para nuestro presente y futuro. Los puntos álgidos del debate son varios y abarcan facetas tan disímiles como lo que realmente sucedió durante el episodio del llamado abrazo del Monzón entre Lavalleja y Rivera, o el asunto más complejo de si el 25 de Agosto, se constituyó, o no, un Estado independiente.
En lo que se refiere a ese último tema tenemos varias pistas interesantes. Primero: en aquella fecha, la H. Sala de Representantes de la Provincia Oriental del Río de la Plata, “en uso de la Soberanía ordinaria y extraordinaria que legalmente inviste”, y reasumiendo “la plenitud de los derechos, libertades y prerrogativas, inherentes a los demás pueblos de la tierra”, declaró a la provincia, libre e independiente del “Rey de Portugal, del Emperador del Brasil, y de cualquiera otro del universo”.
Segundo: en virtud de la “reasunción” de sus derechos inherentes, la Provincia recuperó el “amplio y pleno poder para darse las formas que en uso y ejercicio de su soberanía estime convenientes”, y decretó que la Provincia Oriental del Río de la Plata quedaba unida “a las demás de este nombre en el territorio de Sud-América”.
Entonces, aunque existió una declaración de independencia, la situación de país independiente fue breve, hasta la aceptación de la incorporación por las demás provincias. Sin perjuicio de ello, en los meses siguientes, continuó el proceso de construcción de las instituciones de la provincia, incluyendo un sistema tributario, la declaración y garantía de los derechos individuales, supresión de los cabildos y organización de la Justicia.
Tercero: el 27 de agosto de 1828, el Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata y Su Majestad el Emperador del Brasil, suscribieron en Río de Janeiro, la Convención Preliminar de Paz sobre la independencia de la Provincia oriental. Ésta no fue parte del tratado, lo que es lógico, porque para entonces formaba parte de las Provincias Unidas.
En el texto tratado el Brasil declaró “la Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina, separada del territorio del Imperio”. El Gobierno de las Provincias Unidas, por su parte, declaró “la independencia de la Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina”. Ello, con el fin de que se constituyese “en Estado libre e independiente de toda y cualquier Nación, bajo la forma de Gobierno que juzgare conveniente a sus intereses, necesidades y recursos”.
Los dos países pactaron que “inmediatamente que la presente Convención fuese ratificada” se convocaría a la elección de Representantes de la Provincia para establecer un Gobierno Provisorio y “formar la Constitución política de la Provincia de Montevideo”.
El canje de las ratificaciones del tratado tuvo lugar en Montevideo, el 4 de octubre de 1828, a las dos horas de la tarde.
Cuarto: el 13 de diciembre siguiente, el Gobernador y Capitán General sustituto del Estado, Joaquín Suárez, entendiendo necesario “hacer saber a los pueblos que el Estado de Montevideo ha entrado al pleno ejercicio de su independencia”, aprobó un decreto sobre organización nacional.
Esto fue lo que sucedió, el por qué sucedió ya es otro tema.