Ya asumido un nuevo Directorio del Partido Nacional. Un Directorio muy parecido a lo que los Blancos de a pie siempre pensamos del Directorio. No es necesario decir lo que pensamos. Ese concepto de pelucones “que no aparecen para pelear” “los que siempre salen a hacer la paz”, que representa cualquier cosa menos a nosotros. Ese concepto viene desde el tiempo de la conquista de las libertades. Se extendió y profundizó en la época de los dos lemas, cada cual con su Directorio.
Justo es decirlo, también el Directorio ha tenido tiempos de gloria en los que ha encarnado el sentimiento de los Blancos. En los que nos ha llenado de orgullo. En los que ha hecho lo que los Blancos siempre tenemos que hacer.
Este Directorio es nacido de una elección en que no ganó el que encabezaba la lista más votada. Javier García encabezó la lista más votada pero ganó otro. La disposición de la posibilidad de usar sub-lemas siempre estuvo en la Carta Orgánica del Partido. Nunca en el honor de los contendores. “El que gana, gana”.
Parece que aún hoy oigo resonar la frase de labios de Jorge Larrañaga. Nada de acumulaciones ni de colectoras. Se trata del Honorable Directorio del Partido Nacional. Se elige como se debe elegir. La lista más votada gana. Esta vez no fue así.
No estoy pidiendo derogar ninguna disposición de la Carta Orgánica. Ninguna. Solo pido que no se derogue el honor partidario.
La autocrítica o el análisis, como se llame, parece que ya no va a ser. En esta Convención no fue. Ahora que estábamos todos, no fue. Algunos dicen que quedará para la Comisión Delegada de la Convención. No elegimos la Comisión Delegada.
Otros dicen que será en los Departamentos. En los Departamentos ya hemos tenido tiempo de conversar entre nosotros. Queríamos escuchar a los Blancos de otros pagos. Una Convención con palabra libre. Sin documentos guía como los comunistas. Libre.
Por supuesto con el respeto que nos tratamos los Blancos. Con el respeto que nace del cariño entre compañeros de causa. No sé si algún día llegará ese día. Por ahora no existe lo único imprescindible para que se produzca el análisis.
No percibo ganas de escuchar. Ningún Blanco va a hablar si no hay ganas de escuchar.
En la Convención de los Blancos el voto no fue secreto. En el Partido que conquistó el voto secreto, el voto es firmado. El argumento es que el que representa debe votar de manera pública para que sus representados conozcan su voto.
El otro argumento es que para el convencional no vale lo de las presiones. No se trata de guapeza ni de nada. El Blanco siempre va a dar la cara por lo que piensa. No lo van a asustar.
Los ciudadanos que representa cada convencional, más o menos mil, esos saben lo que hará su representante. No necesitan publicarlo para que lo sepan. Después le mantendrán la confianza o no. Pero lo conocen y conocen lo que hará. Se trata de respetar a nuestros muertos. Sus luchas.
Se trata de garantizar el mayor clima de libertad a la hora de elegir el rumbo. De que el elector se sacuda todo compromiso personal, incluso de amistad. Que prime su mejor y más pura intención con la Divisa. Que nada le impida su expresión más libre. Que diga lo que piensa. Que el Partido construya la posición más sabia. Que si no la construye adentro, lo pagará afuera.
El problema no es del convencional que no se manifiesta. Es del Partido que no conoce su voluntad. De la libertad nace la verdad, y el voto secreto es su garantía.
Siempre hay que cuidar la dignidad del Partido de los libres. Si cuidamos la dignidad del Blanco, el rumbo se cuida solo. Queremos nuestro Partido de siempre. El del pueblo Blanco. Del que emocionan sus gestas, y causa admiración su abnegación para servir a la Patria.
Ese noble constructor en la paz, y ese retobao si le buscan las cosquillas. El que no se deja manosear por más poder que tenga el otro. La representación de la dignidad de los que eligieron ser libres. De los hijos de toda intemperie. De los que no se cobijan en los aleros del Estado. De los que no someten a los otros, porque no se someten ellos tampoco.
Los Blancos conocemos el camino. Hay que recorrerlo todos los días. Que no nos compren con embajadas ni prebendas de tipo alguno. Que demos lo que nosotros queremos dar porque sabemos que el País lo necesita. Lo que haya que dar.
Con la medida de nosotros. Con voluntad, no con precio.
Capaz que el nuevo Directorio lo hace. Sino lo haremos los blancos de a pie de cada pago.
Lo primero es que el Partido reafirme su esencia. Que cuide libertades y conquiste nuevas. Que sea ordenado en el manejo de las cosas de la República y que no se olvide de la gente. De sus necesidades. De amparar al que necesita y de promover al que emprende y se esfuerza. Que haga lo que hay que hacer y no lo que quede mejor. No se trata de cuidar imágenes sino de comprometerse.
Hay que estar en las lindas y en las bravas. En las que dan material de difusión, y en las complicadas también. Estar siempre es lo que nos ha hecho invictos.