¿Con qué se descolgarán ahora?

La semana pasada se conoció la resolución del Ministerio de Defensa, que cedió a ANEP la Cárcel del Pueblo y el apartamento en que vivió la maestra Elena Quinteros, desaparecida en 1976.

La resolución se adoptó en setiembre, pero recién se conoció en las últimas horas. La decisión de ANEP de aceptar los inmuebles fue votada en contra por la representante de los docentes, Daysi Iglesias.

Hasta hoy no se ha informado el destino que tendrán los inmuebles.

“Nosotros no vamos a promover santuarios ni motines de guerra de nadie; hay lugares que tienen que tener vida, dinámica y seguir el curso”, expresó la ministra de Defensa, Sandra Lazo a La Diaria y agregó: quizás sí con la marca de memoria, pero no vacíos y sin actividad”.

Es importante recordar qué fue la Cárcel del Pueblo. Las cárceles del pueblo, fueron construidas por los tupamaros a fines de la década de 1960. Su cometido era albergar a los secuestrados por el Plan Satán, ideado por Raúl Sendic y Eleuterio Fernández Huidobro. Hubo cinco cárceles del pueblo en Montevideo: Prado, Rincón del Cerro, Garzón, Propios y Cordón. La que ahora pasó a la égida de ANEP es la de Juan Paullier 1190, en el Cordón.

El Plan Satán, consistió en secuestrar a diplomáticos extranjeros, empresarios poderosos y altos funcionarios de gobierno. Se ejecutó entre 1969 y 1971. Puesto en práctica, los tupamaros exigieron -sin éxito- al gobierno constitucional de Jorge Pacheco Areco, la liberación de los dirigentes del MLN, presos en el Penal de Punta Carretas.

Además, recaudaban enormes montos en dólares por el cobro de los rescates que exigían a los familiares de sus víctimas. Algunos datos ilustrativos: la mujer del cónsul General de Brasil, Aloysio Díaz Gomide pagó más de US$ 300 mil de la época, otro tanto hizo la familia del empresario Jorge Berenbau ,y US$ 2 millones comenzaron pidiendo por la liberación del embajador de Inglaterra, Geoffrey Jackson, para cerrar el trato en US$ 100 mil.

La Cárcel del Pueblo de la calle Paullier, es un testimonio elocuente de la violación de todos los derechos humanos que padecieron quienes estuvieron recluidos allí. Sin luz natural, en jaulas de 1,70 de altura, 1,90 de largo por 1 metro de ancho, donde debían hacer sus necesidades en tachos de plástico. Allí, los tupamaros sometieron a los secuestrados a larguísimos interrogatorios bajo los efectos del suero de la verdad.

Los cautivos que sobrevivieron a meses de cautiverio fueron: el embajador Jackson, el empresario Ricardo Ferrés, el Fiscal de Corte, Guido Berro Oribe, Ulysses Pereyra Reverbel y el ganadero Carlos Frick Davies, estos dos últimos liberados por las Fuerzas Conjuntas en abril de 1972.

El apartamento de Elena Quinteros, está ubicado en un edificio de Pocitos, de Massini y Libertad. Quinteros, militante del PVP, fue detenida y torturada por los militares primero, y secuestrada luego del jardín de la Embajada de Venezuela, entonces ubicada en Bulevar Artigas y Chaná. Sucedió el 26 de junio de 1976, en plena dictadura. Desde entonces se encuentra desaparecida.

Hechos infames que forman parte de nuestro pasado. Son parte de la Historia reciente que ha sido desvirtuada por el relato mentiroso armado y propalado por muchos de los que hoy gobiernan. Cabe preguntarse, con qué se descolgarán ahora.

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