La jueza estadounidense Gladys Kessler ordenó al Departamento de Justicia de Estados Unidos que difunda públicamente más de dos docenas de filmaciones en las que aparece el exrecluso de la prisión de Guantánamo Abu Wa’el Dhiab (hoy refugiado en Uruguay) siendo alimentado a la fuerza.
"Uruguay puede estar luchando contra fuertes vientos cruzados, ya que trata de que su economía aterrice en medio de una tormenta regional. Sin embargo, tiene los motores y los instrumentos para hacerlo con éxito", así concluye Walter Molano, economista jefe para Mercados Emergentes de la firma de inversión estadounidense BCP Securities, un informe sobre la economía uruguaya para sus clientes (al que accedió El País).
El subsecretario de Estado adjunto para América del Sur y Cuba, recibió a El País en su despacho en el Departamento de Estado de Estados Unidos. Señaló que “es solo una cuestión de tiempo” para que Cuba y EE.UU. establezcan relaciones diplomáticas.
El año pasado, el ex Presidente Mujica realizaba una conferencia de prensa con la finalidad de hacer pública una carta del gobierno de Estados Unidos, afirmando, respecto a los refugiados de Guantánamo, que: “No existe información que demuestre que estas personas estuvieran involucradas o hubieran facilitado actividades terroristas en contra de EE.UU., sus socios o aliados”.
El senador estadounidense del Partido Republicano, Tom Cotton, propuso recortar la ayuda económica de Estados Unidos a los países que reciben a exdetenidos de Guantánamo que más tarde fueran sospechados nuevamente de terrorismo.
Abu Wael Dihab ( también llamado Jihad Ahmad Diyab), unos de los seis ex presos de Guantánamo refugiados, viajó el domingo pasado a Argentina con su documento uruguayo.
Algo más de dos meses después de que llegaran, el presidente José Mujica visitó ayer con un perfil muy bajo a cinco de los seis presos de Guantánamo con los que, té de por medio, conversó durante un par de horas durante las cuales les insistió en la necesidad de que aprendan español y empiecen a trabajar.
Aun mes de que llegaran a Uruguay los seis refugiados de Guantánamo, el gobierno acelera las tratativas para que pueda venir pronto al país la familia de Abu Wa’El Dhiab, el sirio de 43 años cuya esposa e hijos están en Turquía y que es el que se encuentra anímicamente más vulnerable.
El candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, declaró que no está de acuerdo con que nuestro país reciba a un grupo de prisioneros que se encuentran en el limbo jurídico de la base de los Estados Unidos en Guantánamo. Lacalle Pou advirtió que "el gobierno no informó nada" sobre ese proyecto y que no ha contestado a sus pedidos de informes. El candidato del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, tampoco apoya el proyecto porque considera que no tiene un marco jurídico adecuado. Pero, la embajadora de los Estados Unidos, Julissa Reynoso afirma que nuestro país ya está comprometido a recibirlos.A todo esto se agregan las marchas y contramarchas del presidente de la República. En julio, Mujica declaró a la prensa que consideraba "un deber" acceder al pedido del gobiernos de los Estados Unidos, de que Uruguay recibiese a seis detenidos en la cárcel de Guantánamo. Mujica justificó su decisión diciendo que "me pasé toda la vida dándole en contra", a la prisión de Guantánam
A primera vista, parecen inexplicables. Dos hechos ocurridos en la semana que pasó rompen los moldes que se usan para definir la política en Uruguay. Y vistos con un poco de contexto, comprueban lo liviano de algunas definiciones perezosas aplicadas en estos tiempos de lucha electoral.