El ministro de Economía de España, Luis de Guindos, consideró que todos los socios de la Eurozona quieren que Grecia permanezca en ella, aunque se deberá analizar la nueva propuesta del gobierno helénico "con una mentalidad abierta"
El momento más agudo de la disputa por la deuda entre Grecia y los otros países europeos ocurrió cuando la situación se transformó en una lucha para permanecer en el euro.
Tras las multitudinarias celebraciones por la victoria del "No" en las calles de Atenas en la noche del domingo, los griegos saben que su salida del euro, el temible Grexit de consecuencias imprevisibles tanto para Europa como para Grecia, no está excluida.
"Mañana reiniciaremos la negociación. Nuestra prioridad es el funcionamiento del sistema bancario", dijo Tsipras en un mensaje televisado.
El presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, no se andó con rodeos y dijo esperar una victoria del "sí" el domingo, para que llegue al poder "un gobierno de tecnócratas" y termine "la era Syriza",el partido de izquierda del primer ministro Alexis Tsipras.
Los inversores estadounidenses esperan que los griegos respalden, en el referendo, la propuesta de fondos a cambio de reformas que hicieron los acreedores del país, según un sondeo de Reuters realizado esta semana.
Mientras tanto, el primer ministro griego Alexis Tsipras sigue adelante con la consulta popular e invitó nuevamente a los ciudadanos de su país a votar "no".
Algunos inversores dijeron que comenzaron a buscar oportunidades de compra porque piensan que el Banco Central Europeo actuará para evitar una crisis financiera prolongada.
"No hay razón para que no haya acuerdo en esta jornada en el Eurogrupo, tenemos el deber de lograr una solución", dijo el ministro de Economía griego.
Grecia y sus socios de la zona euro intentan sellar un acuerdo de reformas y ajustes. El objetivo es desbloquear una partida de 7.200 millones de euros que necesita Atenas para evitar el default el próximo 30 de junio, cuando debe abonar al FMI unos 1.500 millones de euros.