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Junto a Guido Arezo creó la empresa en 2008 no como negocio sino porque la cerveza es lo que sabían "vender muy bien". Hoy están presentes en grandes supermercados, restaurantes y pubs y concretó su primera exportación

Tiene 44 años y es de Tacuarembó, donde vive y está la empresa de cerveza artesanal. Desde ahí impusieron la marca y llegaron a Montevideo, mercado que ya representa un 80% de sus ventas.

A tan dos años de fundada, decidieron presentarse a un concurso de cervezas artesanal de Brasil donde participaron más de 200 empresas para que un experto mundial les diera una devolución. Las dos cervezas que presentaron lograron medallas de bronce.

Hoy produce cerca de 50.000 litros por mes, tiene presencia en grandes cadenas de supermercados, en Montevideo cuenta con 125 canillas en restaurantes y pubs y en setiembre concretó su primera exportación a Brasil a través del free shop Siñeriz.

Si bien reconoce que la cerveza artesanal se ganó un lugar en Uruguay asegura que aún le falta mucho por crecer. Además, por su carácter artesanal, sugiere que desde el Gobierno el sector debería tener un trato más similar al del vino que al de la cerveza industrial.

Está en pareja hace 22 años, tiene dos hijos y en sus ratos libres disfruta mucho de la música.

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