Por Fabiana Culshaw
Una frase fuerte fue la que tal vez quedó más en la mente de los participantes del “Foro de Sostenibilidad” que llevó adelante el banco BBVA en el Hotel Radisson ayer, en el que participó gran parte de la plana mayor del gobierno, empezando por el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, entre otras figuras del sector público y privado.

Nos referimos a la afirmación del ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, quien lanzó: “No necesitamos tanto apoyo financiero (de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo), sino un comercio más libre, menos oneroso y sin un neoproteccionismo con cara ambiental”.

El jerarca señaló que la ayuda de los países desarrollados, que se comprometieron a entregar US$ 100.000 millones anuales a los países más afectados por el cambio climático, solo se ha cumplido en forma parcial y lenta, pero que además, existen otros riesgos. Otros ponentes también alertaron que podrían darse restricciones comerciales en el mundo argumentando temas ambientales, en una suerte de proteccionismo que “no le conviene a nadie, salvo a los proteccionistas”.

Lacalle Pou optó por dar cuenta de la evolución que han tenido los temas de sostenibilidad en las políticas públicas en el país, desde el “Uruguay Natural” de hace unos 30 años, hasta el “bono ambiental”, pasando por iniciativas como el desarrollo del hidrógeno verde y la captación de inversiones en ese negocio, la nueva movilidad eléctrica que se busca estimular y el próximo cierre de 59 vertederos que anunció, de un total de 70 en el país.

“Para que haya sostenibilidad del medio ambiente debe haber sostenibilidad de políticas públicas”, dijo Lacalle Pou.

Lo cierto es que el evento de BBVA dejó claro que el tema de la sostenibilidad se ha convertido en una de las principales banderas del gobierno y que las empresas privadas, incluyendo al sistema financiero como pivote, se suman.

También fueron oradores Azucena Arbeleche (ministra de Economía y Finanzas), Omar Paganini (ministro de Industria, Energía y Minería), Robert Bouvier (ministro de Ambiente), Fernando Pache (presidente de la Cámara de Industrias), intendentes y directivos de Conaprole, Montes del Plata, Marfrig, entre otros.

Del lado de BBVA, el country manager de Uruguay, Alberto Charro, actuó de anfitrión, y otros ejecutivos del banco también participaron, destacando Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, desde España, quien planteó que la descarbonización es “irrenunciable” y que la inversión debe ser “atractiva y rentable”. (Ver recuadro). La jornada también contó con representantes de la Unión Europea (UE) y otros organismos internacionales.

En suma, todo un despliegue de alto perfil que mostró que los esfuerzos público-privados están alineados en un frente común ambiental que es todo un desafío para Uruguay, en especial en la coyuntura actual de sequía que -lamentable y seguramente- se repetirá a futuro, producto del cambio climático.

Si algo se destacó en el evento fueron los puntos de coincidencia, sobre todo de la necesidad de trabajar en forma coordinada desde las distintas carteras (lo que no siempre se hace, afirmaron). También hubo coincidencia en que la agenda de Uruguay en esta materia es madura en relación a otros países, pero aún incipiente en muchos frentes.

La ministra Arbeleche afirmó que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) están enfrentando una redefinición interna y que, en ese marco, se espera que se apruebe e implemente su propuesta de que el costo de financiamiento de los países esté relacionado con el cumplimiento ambiental de los mismos. “Si el país cumple con determinados indicadores ambientales, paga menos interés de préstamo internacional”, propuso la ministra.

Arbeleche agregó que la diferencia de dinero que se deja de pagar por cumplimiento de compromisos sostenibles, debería ser cubierta por fondos de los países desarrollados; propuesta actualmente a estudio de los organismos internacionales.

Paganini aclaró que Uruguay sólo genera el 0,04% de las emisiones globales de dióxido de carbono, y que el principal desafío está más en la energía que en la industria. En tal sentido, el transporte es lo más preocupante. “El 4% de los vehículos de carga en el país es responsable del 40% de las emisiones”, afirmó el ministro. Las cementeras también son empresas que producen emisiones en alto grado.

Por su parte, Bouvier, destacó el proyecto Arazatí (la inversión en agua potable más grande del país en 150 años), y anunció que en su cartera están abocados a proyectos de saneamiento en 61 localidades de interior, con impacto social. En varios bloques del evento se abordó el tema de la huella ecológica, la de carbono y la hídrica; y cómo el sistema financiero se está organizando cada vez más para financiar inversiones sostenibles y apoyar así la transición en la cadena de valor en esos frentes.

Beatriz Roa (BBVA España) habló de los mercados de capitales en torno al carbono y cómo se estructuran las carteras y los créditos para proyectos que reducen la huella en las distintas industrias.

Mientras que Pache, de la CIU, explicó que la ley del año 2019 que obliga a las industrias a recolectar el 25% de los envases al término de este período de gobierno y 50% para dentro de tres años, marca un objetivo difícil para el sector, considerando que actualmente recolecta el 5%.

Félix Fernández Shaw (Comisión Europea) puso énfasis en “la transición verde digital inclusiva” y cómo la Unión Europea puede compartir nuevas soluciones y experiencias, además de inversión en América Latina y el Caribe.

Gabriel Fernández Secco, presidente de Conaprole, informó que se están invirtiendo US$ 18 millones en proyectos de “tambos sustentables”.

Diego Wollheim, CEO de Montes del Plata, destacó la iniciativa de “carne carbón neutral” que impulsa la Asociación de Exportadores del Uruguay, conjuntamente con el LATU.