PIB
Analistas elevan pronósticos para el año, aunque advierten por signos de enfriamiento.
Algunos de los motores de la economía uruguaya tomaron más velocidad en el segundo trimestre del año y eso llevó a que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fuera algo superior al estimado por los analistas.
De esa forma, los expertos prevén elevar sus estimaciones de expansión de la economía para todo el año (ver aparte).
El PIB creció en el segundo trimestre en términos desestacionalizados (respecto al primer trimestre) 1,1%, cuando en el primer trimestre esta expansión (frente al último trimestre de 2021) había sido de 0,5% (ver gráfico). Esto implica que el PIB desestacionalizado se ubica “3% por encima del promedio de 2019, lo que indica que continúa el proceso de recuperación a la salida de la pandemia”, dijo el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve).
A su vez, la economía creció 7,7% en términos interanuales (al comparar el segundo trimestre con igual período de 2021), según el informe publicado ayer por el Banco Central (BCU). Este crecimiento se basa especialmente en “elevados rendimientos alcanzados en la cosecha de soja que comenzó a exportarse en el trimestre y a la normalización de las condiciones sanitarias, con una importante incidencia en los servicios de enseñanza”, indicó el reporte del BCU.
En base a los cálculos realizados, teniendo en consideración el aumento del PIB en el último trimestre de 2021, si la economía no creciera en lo que resta del año, se daría un aumento de 4,95% interanual (de acuerdo al efecto de arrastre estadístico).
La proyección del gobierno previo a conocerse este dato era de una expansión de 4,5%.
“El 1,1% de crecimiento intertrimestral superó mi estimación que estaba en torno a 0,7% y la implícita en el consenso, que reflejaba estancamiento”, dijo a El País el economista Aldo Lema.
Algo similar sucedió en Exante, donde su gerente, Alicia Corcoll, destacó a El País que ese dato desestacionalizado “implicó un mayor ritmo de crecimiento que en el trimestre previo”.
“El dato fue muy positivo, levemente estuvo por encima de nuestra expectativa, tanto el interanual como el desestacionalizado”, dijo a El País el economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Ignacio Umpiérrez.
El consultor senior de CPA Ferrere, Giuliano Cantisani, señaló a El País que “por un lado, el dato sí fue mayor a lo que esperábamos, aunque no trajo muchas sorpresa en cuanto a la composición. La mayor parte de este crecimiento se vio explicada por la normalización de actividades tras la salida de la pandemia, junto con un extraordinario desempeño de la producción agropecuaria (en especial de la soja)”.
En ese sentido, el Cinve señaló en un comunicado que “de la suba de 7,7% (del PIB interanual), unos 3,3 puntos porcentuales, casi el 40% del incremento, se explica por la incidencia de dos sectores altamente influidos por el ‘efecto comparación’: Salud, Educación Actividades inmobiliarias y Otros servicios, que creció 11,1% (y tuvo una incidencia de 2,4 puntos) y Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones, con una expansión de 9,5% (incidencia de 0,9 puntos)”.
Corcoll expresó que hubo “un mejor desempeño en varios sectores de actividad” (ver gráfico), si bien remarcó que “la actividad está creciendo a tasas menores que las que vimos en la segunda mitad de 2021, cuando estábamos en pleno rebote de la economía y en el regreso a la ‘normalidad’ (fue justamente allí cuando superamos los niveles pre-covid)”.
El gerente del área de Consultoría Económica de PwC, Ramón Pampín dijo a El País que “en términos de comportamiento seguimos viendo que la inversión en activo fijo se desacelera, el consumo privado le cuesta levantar, y las exportaciones siguen sosteniendo el crecimiento (ver aparte). En ese sentido la lógica de crecimiento no varía de lo que hemos visto en 2022”.
Lema destacó que “el dinamismo del complejo agroforestal, la reactivación de la generación hidroeléctrica y la normalización de ciertos servicios impulsaron este buen dato del PIB. Es interesante también el incipiente destaque en la exportación de servicios no tradicionales fuera de la región, probablemente catalizados por el teletrabajo y el nuevo paradigma tecnológico”.
Para el Cinve, el “crecimiento excepcional” del sector Agropecuario, Pesca y Minería (que se expandió 17,2% interanual, principalmente influido por la soja) tiene “una probabilidad reducida que pueda mantenerse creciendo a estas tasas en los trimestres siguientes”.
Con los datos divulgados ayer, “podemos concluir que el desempeño del primer semestre fue bueno y pone un piso alto al crecimiento del total del año”, dijo Cantisini. No obstante, “las perspectivas para la segunda mitad del año y para el año próximo no son tan alentadoras”. afirmó.
Explicó que por un lado, hay fuertes señales de desaceleración a nivel global con menor crecimiento en China y riesgos de caída en la Eurozona y Estados Unidos. Por otro lado, la alta inflación a nivel mundial ha implicado un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales, “lo cual se traduce en mayores costos de financiamiento tanto para empresas como para gobiernos”.
A su vez, “algunos indicadores de actividad ya comienzan a brindar señales de desaceleración, como la faena de bovinos y la industria manufacturera, por mencionar algunos”, añadió.
Para Umpiérrez, “estamos llegando a un 2023 donde se conjugará un escenario externo más complejo y un nivel de actividad en torno al potencial con una brecha del PIB cerrada y posiblemente levemente positiva. Ello va a desafiar a la política macro. En ese sentido, hay tres hechos claves: el compromiso de la recuperación salarial, el compromiso de la rebaja de impuestos y el compromiso de la baja de la inflación. Será muy importante el signo y la magnitud que tomen esos compromisos, es decir, la magnitud de la suba de la tasa de política monetaria y su correlato en las expectativas, la magnitud de la rebaja impositiva que a la luz de los datos será un hecho, y la magnitud de los ajustes salariales en la 10ª ronda de Consejos de Salarios. Será más que necesario internalizar la transitoriedad del ciclo, el apego a la prudencia y la responsabilidad fiscal, y el desafío por evitar inconsistencias macro”.
Expansión en todo 2022 por encima de 5%
Para Lema, el mejor dato al estimado en el segundo trimestre, “combinado con señales de crecimiento extendido al tercer trimestre, reafirman una expansión del PIB sobre 5% para el año en su conjunto, incluso cercano al 6%”.
“Probablemente la incorporación de este dato a nuestros modelos de predicción implique una leve revisión al alza (anteriormente manejábamos una proyección de 5,2%)”, indicó Cantisani de CPA.
Umpiérrez del CED explicó que ese centro va a corregir “al alza el crecimiento esperado hacia 5,5% o, quizás algo por encima” para este año, mientras que “para 2023, esperábamos, previo al dato, un crecimiento de 3,2%, cifra que también podría sufrir alguna corrección en virtud de un escenario financiero y real externo más complejo que podría generar cierto desimpulso de la demanda externa”.
En Exante también están revisando sus proyecciones “recogiendo este dato, pero seguramente ajustemos levemente al alza el pronóstico de este año (hacia una tasa algo por encima de 5% promedio anual)”, señaló Corcoll.
PwC es otro que va a revisar las proyecciones al alza, “aunque aún creemos que lo mejor del crecimiento de 2022 estará en el primer semestre”, dijo Pampín.
Para ello, “nos basamos en la respuesta a dos preguntas claves: ¿cuánto de la desaceleración en las obras de construcción vinculadas a la planta de celulosa podrá ser suplantada por otras iniciativas en el sector? Estamos ante un crecimiento en la construcción de vivienda residencial, y eso es una muy buena noticia”, explicó y añadió que la otra pregunta clave es “¿cuánto va a demorar en recuperarse con mayor vigor el consumo privado? Lo cual está vinculado a lo que suceda con los salarios y los ingresos. En ese sentido, el proceso de desinflación esperado hacia finales de año sería una gran noticia. La inflación siempre va adelante y erosiona la capacidad de consumo de los hogares”.
El consumo se enfría por salarios y empleo
El Gasto de consumo final creció 6,1% en el segundo trimestre respecto al mismo período de 2021. El consumo de los hogares aumentó 5,6%, lo cual se explica por un mayor gasto de consumo en los viajes al exterior (principalmente Argentina) y por el incremento en el consumo de servicio de pasajeros y enseñanza. De todas formas, “el consumo privado desaceleró su crecimiento en línea con cierto estancamiento de la masa salarial real, lo cual se explica por la mayor inflación observada en el segundo trimestre que postergó la recuperación salarial y un menor dinamismo del empleo”, explicó Umpiérrez del CED. De hecho, según las estimaciones de Exante “el consumo privado se quedó estable frente al trimestre previo”. El aumento de 8% en el gasto de consumo Final de gobierno se dio por un incremento de servicios de educación pública el cual es parcialmente compensado por un menor gasto en servicios de salud.
La inversión continúa pujante al ritmo de UPM
También del lado de la demanda, la Formación Bruta de Capital aumentó 3,9% en comparación con igual trimestre del año anterior. Se da una mayor inversión en activos fijos la cual es compensada en parte por una desacumulacion de existencias. La inversión se incrementó 8,3%, lo que se explica por el aumento en las obras de construcción(destacando la del Ferrocarril Central, obras de vialidad y servicios de comunicación y construcción de viviendas residenciales). La inversión en maquinaria y equipos también muestra un crecimiento , “se destacan las importaciones de productos metálicos elaborados y maquinarias”, indicó el informe del BCU. , “La inversión continúa pujante y en niveles excepcionalmente altos (29% por encima de la pre-pandemia)”, destacó Umpiérrez del CED.