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La nueva medida que analiza Argentina para restringir dólares

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Sergio Massa, ministro argentino de Economía
Sergio Massa, ministro argentino de Economía.
Foto: AFP

ARGENTINA

Luego del llamado “dólar-soja” con el que incentivó la liquidación de granos retenidos por los productores, ahora el ministro de Economía, Sergio Massa, apunta a restringir la demanda de divisas.

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El gobierno de Alberto Fernández continúa lanzando medidas de emergencia para evitar una devaluación abrupta del peso en Argentina. Luego del llamado “dólar-soja” con el que incentivó la liquidación de granos retenidos por los productores, ahora el ministro de Economía, Sergio Massa, apunta a restringir la demanda de divisas. En esa línea, el principal sector apuntado es el turístico.

“El gasto por turismo y tarjetas en el exterior de los argentinos ya está en U$S 700 millones mensuales y viene subiendo aceleradamente en los últimos meses. Si esta tendencia sigue, en los próximos doce meses habrá una salida de unos U$S 9.000 millones. En un contexto en el que ya se están restringiendo las importaciones de insumos para la producción, las medidas que analiza tomar el gobierno sobre el sector turístico buscarán seguir administrando la escasez de reservas en el Banco Central”, dijo a El País el economista Jorge Neyro, en Buenos Aires.

En la actualidad, a los gastos de los argentinos en compra de pasajes y pagos con tarjeta en el exterior se les aplica por sobre el tipo de cambio oficial un 45% de recargo en concepto de Percepción de Impuesto a las Ganancias y otro 30% por el Impuesto PAIS. Con eso, el tipo de cambio para el turismo ronda los 266 pesos. Sin embargo, aún con esos recargos, esa cotización está por debajo de los dólares alternativos que rondan los 300 pesos. Con esa brecha, los argentinos que tienen atesorados dólares cuentan con un subsidio implícito a la hora de pagar en pesos los gastos realizados con tarjeta de crédito en el exterior. “Los impuestos sobre el dólar oficial ya no alcanzan para desalentar el turismo”, dijo Neyro.

Ese panorama deriva en una creciente salida de divisas. En los primeros siete meses del año, por compra de pasajes y paquetes turísticos, además de gastos con tarjetas de crédito en el exterior, salieron U$S 4.116 millones, según datos de la consultora EcoGo. Eso representa casi cuatro veces más que la salida de divisas por turismo en el mismo período de 2021.
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?Todo indica que, sin cambios, esa tendencia podría acelerarse en los próximos meses. Culminada en agosto pasado la penúltima etapa para la venta de entradas al Mundial de Qatar, Argentina es el octavo país con más tickets solicitados, incluso por encima de Brasil, según datos brindados por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). Esa oleada de argentinos con rumbo a Qatar, sumada a la proximidad de las vacaciones de verano, es lo que lleva al gobierno a analizar medidas para frenar la sangría de divisas que podría producirse en los próximos meses. Las medidas en análisis van desde una suba de impuestos y alícuotas para encarecer el “dólar-turista” hasta la imposición de un cupo para gastos con tarjetas de crédito en el exterior. Son disposiciones que, de aplicarse, también tendrán impacto sobre el número y el gasto de turistas argentinos en Uruguay durante el próximo verano.

Dólares escasos

Con el lanzamiento de medidas parciales y de corto plazo, Massa busca evitar una devaluación desordenada impuesta por el mercado. El primer paso dispuesto a fines de agosto apuntó a expandir la oferta de dólares. El incentivo para los productores de soja consistente en reconocerles hasta el cierre de septiembre un valor del dólar de 200 pesos en lugar de los 145 pesos del tipo de cambio oficial cumplió con las expectativas del gobierno. En lo que va de septiembre, las liquidaciones del campo se aceleraron y el Banco Central logró adquirir en el mercado cambiario U$S 3.320 millones, la mayor acumulación para un mes de los últimos ocho años.

“El problema es que el dólar-soja, tal como está instrumentado, solo da divisas por una vez en septiembre, no es un flujo continuo. Ante una oferta de dólares que no crecerá en los próximos meses, aparece la idea de imponer más restricciones a la demanda. Se pueden establecer más trabas a las importaciones, pero eso tiene patas cortas. Por eso, crece la idea de restringir el turismo. El gobierno está analizando las distintas opciones porque ninguna es gratis”, dijo a El País el economista Miguel Kiguel, director ejecutivo de la consultora EconViews, en Buenos Aires.

A la cabeza de las presiones por poner un freno a la salida de divisas por turismo están las entidades industriales, que reclaman privilegiar a los sectores productivos a la hora de administrar la escasez de dólares. “Las crecientes dificultades en el acceso a divisas para la producción encarecen y limitan el abastecimiento de insumos claves para la actividad industrial”, señaló la Unión Industrial Argentina (UIA) en un informe reciente. Tras esos reclamos, Massa se reunió el jueves pasado con la cúpula de la UIA y les adelantó que están en análisis mayores restricciones al turismo.

En cualquier caso, las expectativas devaluatorias no ceden en Argentina ante un tipo de cambio oficial que se percibe cada vez más atrasado frente a la aceleración de la inflación. Ese escenario viene incentivando el adelanto de importaciones y la postergación de exportaciones, una dinámica que llevó a la balanza comercial a registrar en agosto un saldo negativo por tercer mes consecutivo. Ante ese panorama, para no convalidar una devaluación abrupta que impulsaría aún más a niveles de inflación que ya se proyectan en torno al 100% para este año, el ministro Massa apuesta a ganar tiempo con una estrategia de depreciación del peso por sectores.

“La idea del gobierno es postergar la devaluación como sea. La ilusión es aguantar hasta marzo cuando empieza la temporada alta de liquidación de la cosecha de soja con la expectativa también de que en 2023 no haya que importar tanto gas como este año. Si se da todo eso, las cuentas externas podrían cerrar mejor, pero esa estrategia es apostar a que el mundo nos ayude y a ir sacando un conejo de la galera por vez”, dijo Kiguel.

Inflación

Los valores se duplican cada 14 meses

El aumento de la inflación en agosto reflejó una variación de 7% y acumuló en lo que va del año un avance de 56,4%, un número que ya perforó el récord que dejó Mauricio Macri en 2019 (53,8%), el salto de los precios más elevado en más de casi 30 años, o sea, el registrado tras la hiperinflación (1991).

El dato mensual de agosto fue el más alto desde abril de 2002 (10,4%). El incremento en los últimos doce meses fue de 78,5%, el peor desde diciembre de 1991 (84%). La inflación núcleo -que elimina los precios regulados y estacionales- llegó al 6,8% en el mes. El capítulo de Alimentos y Bebidas -el que más pesa en el IPC del Indec- registró un alza de 7,1%.

No solo fueron cifras que no se veían hace 30 años, desde la salida de la hiperinflación, sino que detrás se esconde una realidad que muy pocos países del mundo comparten y que impacta directo sobre los bolsillos: en la Argentina, los precios se duplican cada 14 meses.

De acuerdo con un estudio que realizó el economista Nery Persichini, de GMA Capital, el país se encuentra sexto en el ranking de inflación y velocidad de precios.

En los primeros lugares de la lista se encuentran Zimbabue, donde los valores se duplican cada cinco meses, ya que registró un 285% de inflación interanual; le siguen Líbano (siete meses e IPC del 168%); Sudán y Venezuela, ambos con nueve meses (125% y 114%, respectivamente), y empata Turquía, con 14 meses (80%). [EN BASE A LA NACIÓN/GDA]

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