Publicidad

Munyo propone abandonar la negociación bilateral con China, crear una renta esencial y avanzar en reformas

Compartir esta noticia
Ignacio Munyo, director ejecutivo de Ceres

DESAYUNO CERES

El director ejecutivo de Ceres fundamentó que las relaciones comerciales entre Uruguay y China ya son fluidas sin un TLC, y que ese tema es la “principal molestia” con los socios del Mercosur.

Introspección” para ajustar el rumbo cuando sea necesario, “serenidad” para bajar un cambio en la discusión interna, y “reimpulso” para las reformas que se necesitan. Así definió el director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo la situación de Uruguay.

Esos tres pilares -“introspección, serenidad y reimpulso”- dieron el título al Desayuno Ceres, realizado ayer en el Club de Golf.

El economista recordó que dos terceras partes del Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay dependen de factores externos. “Lo que pase afuera, es difícil de zafar acá adentro”, dijo en referencia, por ejemplo, al aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y a la desaceleración de China, además del impacto de Argentina (que seguirá muy complicada) y Brasil (que necesita retomar niveles de crecimiento económico).

Munyo analizó que “el ascenso de Xi Jinping es el retorno a China de un líder absoluto más sofisticado que Mao al combinar pureza ideológica con pragmatismo tecnócrata”. Marcó que hay “indicios de malestar social con aumento de autoritarismo y el gran desafío para que no se enfríe la economía”.

Por eso, el director ejecutivo de Ceres cree “conveniente que Uruguay plantee al Mercosur la posibilidad de abandonar la negociación bilateral de China”. Y fundamentó que las relaciones comerciales entre Uruguay y China ya son fluidas sin un TLC, y que ese tema es la “principal molestia” con los socios del Mercosur. “Hay que zurcir la relación con el Mercosur”, afirmó, Además, evaluó que el TLC con China podría enfriar las chances de Uruguay de avanzar con el Acuerdo Transpacífico, muy lento por el momento (“se podría haber pedido el ingreso hace un año y medio”, criticó), pero con potenciales grandes beneficios para este país.

Planteó no insistir en pedir un TLC con Estados Unidos (porque es claro, según Munyo, que eso no ocurrirá); y recomendó aprovechar al máximo el TIFA y avanzar en acuerdos de doble tributación y en cooperaciones “friend-shoring”. También arriesgó la opinión de que “hay que avanzar más sin pedir tanto permiso”.

Escalera

En la escalera hacia el desarrollo, Uruguay tiene como fortalezas la sostenibilidad fiscal, la calidad institucional y la paz social. En cuanto a los aspectos más débiles está la inserción internacional (pérdida de competitividad comparada), capital humano (hay brechas importantes en IT, salud y audiovisual), ciertas regulaciones y gestión pública.

Indicadores

Ceres proyecta un crecimiento del PIB de Uruguay del orden del 3% (no termina de despegar), un tipo de cambio en $ 39,40 al cierre de 2022 (no cree que bajará mucho más) y a $ 44,10 a fin de 2023 y una inflación en 8,5%, que se espera llegue a 7,5% a fin de 2023.

El diferencial cambiario con Argentina sigue siendo una preocupación, considerando que no solo le pasa factura a los comercios de frontera (con 40% de caída en las ventas), sino al turismo. “Actualmente los argentinos ganan lo mismo que en 1996, mientras que los uruguayos ganan, en promedio, el 40% más que ese año”, dijo Munyo.

El economista luego alertó sobre la situación del mercado laboral. Como ejemplo, mencionó que la industria uruguaya produce 11% más que en la prepandemia, pero con 4% menos personal ocupado.

En ese sentido, planteó que hay unas 400.000 personas con vulnerabilidad laboral (sus empleos corren “alto riesgo” de ser automatizables).

En relación ello propuso lanzar un “programa de Renta Esencial”. Esto es, ofrecer una partida de dinero que garantice un ingreso mínimo por un tiempo restringido a aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad laboral, por sus habilidades obsoletas.

“Si el 10% de las 400.000 personas con vulnerabilidad laboral perdieran su empleo, habrá una población de 40.000 personas para atender. Si el monto fueran $ 10.000 por mes, y el plazo un año, estamos hablando de US$ 120 millones, al año, 0,2% del PIB”, dijo.

“El pago debe estar condicionado a la capacitación laboral, en el programa que la persona crea que se adapta mejor a sus necesidades. Esta Renta Esencial no destruye la cultura del trabajo, sino que la fomenta porque contribuye a sostener la dignidad y autoestima de las personas para que no se caigan del sistema, para que tengan una base mínima mientras se forman e intentan su regreso al mercado laboral. Ni básica, ni universal, esta renta sería esencial”, afirmó.

Reformas

¿Qué debe hacer Uruguay para crecer, ante el riesgo de cierto estancamiento?

Munyo fue revisando, uno a uno, los factores a mejorar, comenzando por la competitividad vinculado al problema del encarecimiento relativo del país y del valor actual del dólar, aumentar la inversión extranjera directa, entre otros frentes que llevan a priorizar reformas estructurales. “En especial, la reforma educativa y la reforma de la seguridad social”, defendió Munyo.

En cuanto a la reforma de la seguridad social, explicó que “el déficit fiscal ha mejorado con respecto a la prepandemia, por un gasto público planchado en términos reales”. Pero no se puede controlar la evolución del monto del pago de las jubilaciones que se ajusta automáticamente por la evolución del índice medio de salarios. De ahí, en parte, la necesidad de una reforma que haga viable al sistema.

De los factores mencionados, Munyo puso énfasis -tal como indica parte del título de su ponencia- en la relevancia de cuidar el clima social; base de todo lo demás. En 2021 se vivió un ambiente de fuertes protestas y, en esa línea, hizo el llamado a “cuidar lo que tenemos”.

Finalmente, la migración es otro factor de peso en la ecuación económica, por su impacto positivo a ese nivel, pero con descontento por parte de los extranjeros acá debido a las burocracias y, en áreas tecnológicas, por salarios que, aun buenos, no llegan a ser tan competitivos como en países más desarrollados. “Los efectos de la reforma educativa no son de un día para otro, y la inmigración ayuda en el corto plazo para cerrar la brecha educativa, atrayendo mano de obra calificada”, advirtió Munyo.

Planes para migrantes

“Deliverology” para fomentar mejor la inmigración

El gobierno se propuso llegar a 20.000 residencias anuales y para ello trabaja en un proyecto que establece una serie de beneficios económicos a los trabajadores extranjeros para incentivarlos a que vengan a vivir a Uruguay. Se propone, por ejemplo, que el trabajador extranjero tribute el 12% de sus ingresos en lugar de IRPF, que es el equivalente a lo que tributan los trabajadores extranjeros en zonas francas. “Esto es muy importante y, aunque vamos lento, vamos bien”, dijo Munyo.

En esa línea, el economista propuso que se recurra al “Deliverology”, que es una metodología internacional diseñada para solucionar problemas concretos de ejecución dentro del Estado, identificar y remover trabas, mejorar la coordinación y asegurar su cumplimiento, “algo muy importante para impulsar la inmigración”, dijo.

Así, cada prioridad del gobierno se enmarca en un proyecto llamado “delivery unit”, con seguimiento particular, lo que ayuda a que no se pierda el foco por factores de coyuntura.

La metodología fue creada en Reino Unido en 2001 bajo el primer ministro Tony Blair y se sigue en más de 30 países del mundo (14 de América Latina).

“El partido se juega en definir correctamente el objetivo y los indicadores de desempeño para que el gobierno no se centre únicamente en atacar temas coyunturales y una vez definido, proveer rutinas, y ayudar a identificar soluciones”, afirmó.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Ignacio Munyo

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad