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Las cinco claves para armar un portafolio de inversión

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Inversión.

Finanzas de Bolsillo

En este Finanzas de Bolsillo veremos qué claves son fundamentales a la hora de invertir, en medio de la coyuntura actual.

El contexto actual presenta cierta incertidumbre económica por lo que decidir en qué invertir nuestros ahorros, para ganarle a la inflación o hacer crecer nuestro patrimonio, puede tornarse más difícil.

En esta nueva edición de Finanzas de Bolsillo, diferentes especialistas fueron consultados por El País para comprender las cinco claves fundamentales a la hora de armar un portafolio de inversión.

No hay cartera ideal. Una de las claves, es que no hay una cartera ideal para todos como tampoco hay 10 posibles para todos los inversores, explicó el gerente de la gerenciadora de patrimonios FDI, Mariano Sardáns.

“El modelo para masificar y estandarizar la atención que aún proponen muchos bancos y brokers en América Latina, de obligar a los inversores a elegir entre una cartera conservadora, moderada y agresiva, ya es considerado mala praxis en Europa y Estados Unidos. Cada inversor se merece su propia cartera y esta debe ajustarse a sus particularidades y necesidades”, afirmó Sardáns.

En esta línea, el jefe de la mesa de inversiones de Gastón Bengochea Corredor de Bolsa, Francisco Echegoyen, señaló la importancia de conocer cuál es el perfil de riesgo antes de invertir.

Las categorías utilizadas suelen ser conservador, moderado y agresivo, para determinar la tolerancia al riesgo del inversor.

“Muchas veces pasa que un cliente que en un principio deseaba invertir con un perfil agresivo, no tolera la caída de su cartera, por lo tanto el error fue definirse como tal, cuando en realidad su perfil de riesgo es conservador”, explicó.

Dentro de esta clave, también es importante saber que a mayor retorno esperado, mayor será el riesgo a tomar.

Otro de los puntos a tener en cuenta para tener una cartera lo más ajustada a las necesidades propias, es el flujo de fondos con el que cuento.

Según Sardáns, los flujos son dinámicos y cambian de acuerdo a las circunstancias, en donde hay ciclos en los que ahorrar a otros en los que gastar parte de los ahorros, para luego reacomodarnos y volver a ahorrar.

Estos gastos pueden haber sido proyectados desde un comienzo o pueden ser inesperados, por lo que es clave “mantener el foco puesto en los objetivos, pero siempre preparados para recalcular; de ahí la importancia de la liquidez de las inversiones”, explicó.

Diversificación. La segunda clave, es la diversificación de activos financieros.

Esta clave, si bien se repite cada vez que se habla sobre cómo y en qué invertir, es fundamental.

Según Echegoyen, es conveniente diversificar entre varios productos financieros (como los índices de acciones, bonos del tesoro estadounidense, bonos uruguayos) y monedas (pesos y dólares), de forma de bajar el riesgo.

En este sentido, señaló que se debe tener parte de la inversión en moneda local para protegerse de la inflación, tanto en Letras de Regulación Monetaria, que hoy rinden 12% al año, o en Notas del Tesoro en Unidades Indexadas (UI), que rinden 2,5% por encima de la inflación.

“Este año, el rendimiento de las Letras y Notas en UI, medido en dólares, fue cercano al 20% anual. Las inversiones en pesos este año fueron la mejor defensa de la cartera, medidas en dólares”, afirmó.

A su vez, el presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo y director de Urraburu Corredor de Bolsa, Ángel Urraburu, señaló la importancia del reparto en monedas, teniendo una parte en dólares y otra en moneda nacional, donde es clave ver en qué moneda está constituido el ahorro.

“Este es un momento para no cambiar de moneda y lo ideal sería una parte en cada una”, dijo y, de la mano con la primera clave, explicó que la ponderación de cada parte se basa en la idiosincrasia de cada inversor.

Otros de los activos financieros a tener en cuenta dentro de la diversificación del portafolio de inversiones, además de aquellos de renta fija (por ejemplo bonos, letras y notas) y de renta variable (acciones), son los inmuebles, señaló Sardáns.

Horizonte temporal. Otra clave, es la duración de las colocaciones de las inversiones.

Si bien estas dependen de cada inversor y los objetivos que tengan para su inversión, los especialistas recomiendan que la colocación sea a largo plazo, ya que de esta forma se tiene tiempo para “recuperar potenciales pérdidas contables en caso que los activos bajen de precio”, según Echegoyen.

“El tiempo es el mejor aliado al momento de invertir. A la vez también es importante ir haciendo inversiones graduales, sobre todo en acciones, y no comprar todo en un mismo momento. De forma de ir promediando los precios de compra y aprovechar los momentos de caída del mercado para comprar”, agregó.

Con respecto a las inversiones en acciones, Urraburu explicó que no se tiene que estar “apurado” para vender las acciones, sino que se debe saber esperar, “es como sentarse arriba y que tenga huevos la gallina”.

Sin embargo, en el caso de la renta fija, particularmente de las inversiones en moneda local, también destacó la diversificación en plazos, donde para las Letras de Regulación Monetaria, son a corto plazo. Estas tienen un grado de liquidez, que no tienen otros posibles componentes del portafolio, como los inmuebles, lo que se ve como una “ventaja”.

Cuidarse de las emociones. La cuarta clave, es no dejarse llevar por las emociones, según explicó Echegoyen, y “mantener la calma cuando hay fuertes caídas o volatilidad”.

No se debe vender en los momentos de “turbulencia”, como muchos pueden hacer si se dejan llevar por el momento, y ser “paciente”.

“Como ejemplo, el índice de acciones S&P 500 (que representa las 500 empresas más grandes de Estados Unidos) siempre terminó imponiéndose a pesar de las crisis, guerras, pandemias, etc.”, agregó.

Análisis. La quinta clave, es que la estructuración de una cartera de inversión requiere de un análisis profundo. Esto, según Sardáns puede llevar desde una reunión de una hora a varias reuniones que pueden llevar meses.

En esta línea, Echegoyen señaló que antes de invertir se debe entender las características básicas de aquello en que se está invirtiendo. A su vez, es necesario contar con un asesor de confianza a quien recurrir, ya que “hay muchísima publicidad engañosa prometiendo tasas altísimas en poco tiempo”.

¿Qué hay que saber sobre los activos en los que voy a invertir?

Todo tipo de inversión tiene sus pros y sus contras

A la hora de invertir, se deben conocer los pros y contras de los activos en los que se invierten.

Según Sardáns, las inversiones en acciones fluctúan de precio y aunque “técnicamente es la inversión más rentable en el largo plazo, el inversor debe estar dispuesto a soportar caídas temporarias de hasta el 50% de su valor”.

“Inversores que no estén preparados para soportar estos momentos, jamás deben invertir en acciones”, agregó.

En cuanto a los bonos, señaló que, aunque sus fluctuaciones son inferiores al de las acciones, “requieren de una metodología de inversión y reinversión que debe seguir una estrategia y la disciplina de cumplirla”. Al mismo tiempo, afirmó que se debe hacer foco en reducir o eliminar los costos y comisiones.

Por otra parte, explicó que en los inmuebles “se hace diferencia aprovechando los ciclos económicos, tal como se hace con las acciones”. El secreto está en “vender cuando las valuaciones están caras y comprar cuando técnicamente están baratas”.

En estos activos, según Sardáns el costo transaccional es alto y los tiempos de venta son largos, es decir que tienen nula liquidez, lo cual podría significar convalidar una pérdida para poder salir de la inversión.

No es momento de comprar acciones

Ante la coyuntura actual, según Urraburu es un momento para colocar en dólares, una parte a corto plazo y otra a largo, ya que empiezan a aparecer algunas ventajas para colocar en este último horizonte temporal, porque las tasas están llegando al máximo de lo que van a estar. Este máximo, según dijo, podría verse en el primer trimestre de 2023, en dólares.

A su vez, señaló que es un momento propicio para invertir en bonos soberanos uruguayos, tanto a corto como a largo plazo, y bonos corporativos de “alguna empresa de primera línea de Latinoamérica”. Pero, “no es momento de comprar acciones”.

“No hay nada más caro que el capital propio”

Según Sardáns, son muchos los empresarios que “de un día para el otro se dieron cuenta que sus ahorros habían quedado enterrados en sus empresas”. Además, señaló que “no hay nada más caro que el capital propio”, porque una vez que el dinero propio se coloca en la empresa, se debe pasar por impuestos a las ganancias de la compañía para volver a recuperarlo. Sin embargo, el costo del dinero prestado es deducible de este impuesto.

Por este motivo, señaló que, en muchos casos, “es más conveniente que sus empresas funcionen con capital de trabajo proveniente de financiación de terceras partes, que utilizar el capital propio”.

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