La láctea que espera cerrar la venta de su planta a exdirectivo de Boca, pero "no descarta otras alternativas"

Redacción El País
El negocio para adquirir la planta industrial de Coleme aún no se cierra y se espera que el exdirectivo de Boca Juniors, Osvaldo Spataro, confirme su participación. Según aseguró el empresario a El País, esta semana podría concretarse el negocio, sobre el cual las partes todavía no encontraron un acuerdo. “Lo primordial es pagar la leche a productores”, señaló a El País el abogado de Coleme, Marcos González y agregó que si bien la operación no está caída, se están evaluando otras alternativas para asegurar el pago de la materia prima.

La continuidad de la cooperativa estuvo bajo el asesoramiento del Instituto Nacional de Cooperativismo (Inacoop) en una primera instancia. Según indicó a El País el director alterno de la institución, Ignacio Arboleya, se le presentaron tres escenarios al directorio de Coleme: continuar trabajando como cooperativa, el cierre definitivo de la misma o conseguir un inversor.

González destacó que el negocio no está estancado, sino que está bajo estudio de otras alternativas “complejas de analizar”. “Es complejo de diseñar la ingeniería jurídica para hacer esto y para que contemple los intereses de todas las partes”, indicó el abogado.

El director de Inacoop sostuvo que existe una “inquietud general” entre las autoridades ante la falta de crecimiento del sector lácteo en Uruguay. “Nos preocupa el desarrollo del sector”, señaló Arboleya y resaltó la necesidad de trabajar de forma articulada con el objetivo de identificar los posibles vectores que fomenten el crecimiento. Consultado sobre la participación del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en esta operación, Arboleya declinó opinar del tema aunque resaltó el diálogo con todos los actores del sector.

“Lo esencial es que el negocio con él (Spataro) y con cualquiera es claro en el sentido de que la cooperativa cedería toda la deuda a alguien que quisiera adquirirla, gerenciarla y fuera pagando las deudas que tiene”, explicó González y agregó que no se descarta la participación de otros inversores.

Fuentes vinculadas al negocio habían señalado a El País que la empresa interesada en adquirir la planta es Visturio S.A.; una firma de capitales argentinos que habría sido creada para la concreción de la compra de Coleme. Según Spataro, la empresa se dedica al ámbito de la salud y aclaró que él no tiene relación con la misma.

González sostuvo que el director de Visturio, el argentino Walter Aufieri, se habría presentado en conjunto con Spataro para el negocio con Coleme y agregó que no descartan la participación de la firma para reflotar la planta industrial. Sin embargo, Spataro aseguró que no conocía a Aufieri hasta comenzadas las negociaciones con Coleme. “Me lo presentaron”, aseguró Spataro.

Por otra parte, González señaló que si bien el exdirectivo de Boca tuvo prioridad por haber firmado una carta intención hace algunos meses, “no descarta evaluar otras alternativas”. “No hay un plan único, hay varios planes combinados para distintas situaciones híbridas”, dijo y agregó que una de las opciones es la creación de un fideicomiso para el pago de la leche.

González señaló que Coleme comenzó a atravesar complejidades y se atrasó en el pago de la leche a productores desde 2018 cuando se sometió a una serie de “negocios puntuales”. Según explicó, desde entonces la cooperativa vendió propiedades y realizó procesos de reestructuración, aunque no detalló en qué consistieron.

Sin embargo, resaltó que la diferencia con este negocio es que la reestructuración realizada en noviembre del 2024 y que resultó en el despido de parte del personal, hizo que se redujeran los costos operativos de la cooperativa. “El ahorro directo de la reestructura son unos US$ 40.000 mensuales. A su vez, hay un ahorro indirecto de combustible, energía, horas extras (y otros elementos) que es muy difícil de cuantificar”, explicó.

Foto: Osvaldo Spataro en X.

“Fue muy amplio el espectro de situaciones”, indicó González en referencia a los negocios anteriores y agregó que en esta oportunidad, se le suma el factor ”cansancio en los productores” debido a las dificultades que atraviesa la industria láctea hace algunos años.

En ese sentido, se estima que en Uruguay cierran entre 60 y 65 tambos cada año. Los motivos son varios y los productores de Coleme no están ajenos a esta problemática. Según indicó González, las situaciones “son dispares” entre los 12 productores de Coleme, entre los que algunos evalúan cesar su actividad y otros están de acuerdo con continuar en el negocio.

La deuda actual de Coleme alcanza a US$ 1 millón, aunque según explicó González, sería mayor si no se hubiesen pagado unos US$ 500.000 entre noviembre del año pasado y agosto de este año. Uno de los adeudos más significativos de la cooperativa es con el Banco República (BROU) a quien debe unos US$ 800.000, aunque el abogado resaltó que se está pagando.

La zafra de primavera en la industria láctea se destaca por los grandes volúmenes de remisión de leche y como consecuencia de ello, la necesidad de contar con montos significativos de dinero para pagar la materia prima. González señaló que es fundamental garantizar el pago de la leche a productores y agregó que para ello es necesaria una inversión inicial de US$ 600.000. Uno de los motivos por los cuales aún no se concretó la compra fue porque Spataro habría ofrecido un monto inicial que rondaba entre US$ 250.000 y US$ 300.000.

Según Spataro, “el pago de la leche a productores está garantizado” porque consideró que es el factor principal del negocio. Incluso consideró que deberían evaluarse algunos detalles y agregó que por motivos personales no pudo reunirse con el directorio de la cooperativa.

Por su parte, González resaltó que aún se aguardan las propuestas de garantías “porque inicialmente el negocio era capitalizar la empresa” aunque agregó que no se concretaría hasta no resolver cómo se garantiza el pago de la leche”. Si bien no especificó cuál es la cifra de los adeudos a productores, González explicó que la deuda de mayo está “casi pagada” y se debe la materia prima correspondiente a los últimos tres meses.