SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL
“Todavía tenemos mucho para avanzar” en términos de adecuar las prestaciones sociales para lograr la sostenibilidad del sistema, dijo la titular del MEF.
La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche afirmó que “Uruguay está en un punto de inflexión” con una “población envejecida” dado que el 15% de los habitantes del país son personas mayores de 65 años, un guarismo que consideró “muy alto” en comparación con el resto de América Latina -que tiene el 8%- y con niveles similares a los de Europa.
Si bien destacó que el país está “bien posicionado” en términos de cobertura previsional, la jerarca dijo que “todavía tenemos mucho para avanzar” en términos de adecuar las prestaciones sociales para lograr la sostenibilidad del sistema. En este sentido, Arbeleche afirmó que así como el gobierno consideró “indispensable” hacer una revisión del sistema previsional, también “la sociedad uruguaya entendió que era momento de llevar adelante una reforma” estructural.
Las declaraciones fueron realizadas ayer en la presentación virtual del Reporte de Economía 2020, denominado “Los sistemas de pensiones y salud en América Latina”, elaborado por CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
Entre los principales hallazgos, la investigación reflejó que los niveles de envejecimiento de la población uruguaya son los más altos de la región, con uno de cada siete uruguayos con 65 años o más, cifra que alcanzará a uno de cada cinco en 2050 y casi uno de cada tres hacia finales de este siglo.
Además, el informe remarcó que el costo fiscal de los sistemas de pensiones y salud en Uruguay aumentará al pasar de un déficit de 7,5% en 2017 a uno de 9,9% del Producto Interno Bruto (PIB) en el año 2065.
“La presión con los gastos asociados en jubilaciones y pensiones es muy alta”, añadió la ministra de Economía por lo que destacó como “fundamental” que en el diseño de la reforma previsional “tiene que estar presente” el principio de solidaridad (que supone la participación de todos los habitantes del país en el sistema).
Por su parte, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, dijo que Uruguay es “el país que está con mayores urgencias” para enfrentar el desafío de la seguridad social si se lo compara con el resto de la región.
No obstante, destacó que “la ventaja” de Uruguay frente al resto del continente es que “es el que está más avanzado en el proceso de envejecimiento y por eso, los niveles de déficit fiscal son ya una realidad”. Empero, enfatizó en que “los actuales niveles de déficit y su proyección en el mediano plazo requieren de una reforma ineludible para lograr la sustentabilidad en el largo plazo”.
Suficiencia en las prestaciones, considerar el tiempo de aporte al sistema así como la edad de retiro, son según Mieres los desafíos que serán sustanciales en el debate de la reforma.
El director del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), Gonzalo Zunino, dijo que la sostenibilidad financiera “implica la absorción creciente” de recursos para las pensiones lo que puede significar “que con la tasa de recaudación actual no se llegue a cubrir la creciente demanda de gastos”.
A su entender, se debe buscar la forma para que el sistema de pensiones sea sostenible “sin absorber todo el espacio fiscal que el crecimiento pueda generar en los próximos años” dado que “hay otras necesidades importantes de políticas públicas”, afirmó Zunino.
En tanto, el presidente de la Comisión de Expertos de Seguridad Social, Rodolfo Saldain, señaló que el envejecimiento demográfico uruguayo significa la necesidad de nuevos instrumentos y diseños.
“Hay que pensar esta situación de manera distinta, con los mismos instrumentos de siempre no vamos a poder lograr las soluciones que requieren los desafíos del presente”, manifestó.
Sugerencias para la reforma.
Las tres herramientas que están en la mesa a la hora de discutir cómo la reforma alcanzará la sostenibilidad financiera son: reducir la tasa de reemplazo (el porcentaje del sueldo al que accede un trabajador al momento de la jubilación), aumentar la edad requerida para el retiro o aumentar las tasas de contribuciones de quienes aportan al sistema previsional.
Sin embargo, el reporte de la CAF alertó que no sería conveniente aumentar la cantidad de dinero que trabajadores y patrones deben aportar al sistema dado que entienden que ya es elevada.
La clave según la CAF es que la reforma combine instrumentos y no se centre en uno solo, además recomendaron establecer mecanismos de compensación a “perdedores”, proceder con gradualismo y tener un balance entre incentivos, asegurar e informalidad laboral.
El presidente del Banco de Previsión Social (BPS), Hugo Odizzio, también participó de la conferencia en la que afirmó que “esta es la última reforma previsional en términos de financiamiento y sustentabilidad como la estamos analizando en una perspectiva de 20 a 30 años”.
Si bien reconoció que “es una afirmación temeraria”, argumentó su postura en el avance tecnológico de los últimos años.
“No sabemos qué puede estar pasando dentro de cinco años. Creo que el sistema (de la seguridad social) tiene que tener una estrategia resiliente”, indicó Odizzio. Esto es en el entendido de que tenga “la flexibilidad necesaria para incorporar fenómenos que de aquí a cinco o 10 años somos incapaces de prever”, afirmó el presidente de BPS.
Desde la institución, la directora representante de las empresas e integrante de la comisión de expertos, Elvira Domínguez, planteó que demografía, tecnología e informalidad laboral son los tres factores de tensión. Con una mirada desde el sector empresarial, la especialista indicó que “es importante no comprometer la imprescindible creación de empleo formal” para lo cual se necesita “un adecuado equilibrio entre lo económico y lo social”.
Entre las medidas planteadas para mejorar el sistema, Domínguez puso el foco en parametrizar la edad de retiro, promover el ahorro previsional voluntario y transparentar las jubilaciones para ver si son parciales o activas. “Detrás del jubilado que supuestamente no trabaja muchas veces hay un informal que desarrolla una actividad. Sería bueno menos opacidad”, indicó.
Quien estuvo de acuerdo con esta postura fue el economista en representación de los trabajadores en BPS y también integrante de la Comisión de Expertos por el Pit-Cnt, Hugo Bai. A su entender, con la reforma “hay una oportunidad de mejora importante para transparentar los subsidios” del sistema, al cual calificó como “relativamente opaco”.