L. BALDOMIR Y N. PONCE DE LEÓN
El fuerte incremento que se registró en los precios durante el año pasado no permitió superar las ganancias que obtuvieron los ahorristas de Unidades Indexadas (UI) a la inflación respecto de los que optaron por hacerlo en dólares.
En todo 2008 el valor del dólar se incrementó en 12,99% mientras que la Unidad Indexada se valorizó 9,19%.
Pero las ventajas que obtuvieron los ahorristas en dólares en 2008 respecto a los que colocaron sus depósitos en UI no se repiten si se toma en cuenta el período comprendido entre fines de 2002 (sin considerar la devaluación que fue en junio de ese año) y fines de 2008.
Quien invirtió en 2002 en UI y mantuvo la colocación hasta fines del año pasado obtuvo mayores ganancias que quien optó por mantener sus depósitos en moneda extranjera durante ese período.
Desde el 31 de diciembre de 2002 hasta igual fecha del año pasado, el valor del dólar bajó 10,64% mientras que la UI creció 57,33%, al influjo del crecimiento de los precios. Es decir, pese a que para el gobierno la inflación pueda haber sido un escollo dentro de su política económica, para los ahorristas la mayor inflación representó un incremento en la ganancia, al menos de sus depósitos.
Por ejemplo, si el 31 de diciembre de 2002, se hubiesen vendido US$ 10.000 y con el resultado ($ 272.500) se hubiesen comprado UI (228.014), a fin de 2008 se hubiesen obtenido $ 428.713.
Esto implica que el incremento en pesos habría sido de 57.33%, que equivale a la inflación estimada para el período. En cambio si la persona hubiese decidido quedarse con los mismos US$ 10.000, estos hoy equivaldrían a $ 243.500, con lo que el poder de compra en pesos hubiese caído 10,64%.
Hay que tener en cuenta que en el razonamiento no se toma en cuenta la tasa de interés paga por esos ahorros sino que se compara el poder de compra de esos mismos US$ 10.000 en base a la evolución de la UI y del tipo de cambio.
DEMANDA. Si bien la inflación en los años posteriores a 2002 fue sustancialmente inferior a la de ese año, (en 2002 cerró a 25,94% en el año y en 2003 ya fue de 10,19%), el instrumento ganó terreno.
Desde que se creó la UI, tras la crisis financiera de 2002, la oferta de créditos y depósitos se ha ido ampliando, aunque todavía es escasa.
Actualmente sólo el Banco República, Bandes y el Banco Comercial captan depósitos a plazo fijo nominados UI, según consultas de El País.
Pero en el resto del sistema se ha constatado que existe demanda como para incorporar estos tipos de productos, dijeron fuentes del sector.
Parte del interés por ofrecerlos pasa porque colocando en UI los ahorristas mantienen el poder de compra de su dinero y obtienen ganancias reales vinculadas a la evolución de la inflación evitando los riesgos de las subas de precios.
Por la misma razón es que, a gran escala, las Administradoras de Fondos de Ahorros de Pensión se han volcado a la UI.
A fines de 2008 las inversiones hechas en UI del portafolio de las AFAP llegaban al 41,4%, mientras que las inversiones en moneda extranjera sumaban el 34,8% del fondo. Si se compara con fines de 2002 es claro el pasaje que concretaron las AFAP hacia las inversiones en UI considerando que en ese año apenas eran el 18,14% del total del fondo mientras que las colocaciones en moneda extranjera abarcaban el 74,72% del fondo.
Respecto de 2007 la variación de hecho es negativa reduciéndose la participación de la UI (que acaparaba el 50,35% de las inversiones) e incrementándose la de la moneda extranjera (que era 30,49%) influido por la suba del tipo de cambio que se dio en el último cuatrimestre del año y que derivó en que las AFAP incrementaran su portafolio en esa unidad.
CRÉDITOS. Pero las ventajas que tienen los ahorristas no son las mismas para quienes toman crédito en UI ya que ven incrementado el costo.
En este sentido, quienes tenían una deuda en dólares a fines de 2002 y aceptaron pasarla a UI hicieron, al menos hasta fines de 2008, un mal negocio. Esto considerando que el costo de una UI aumentó 57,33% en el período mientras que el valor del dólar disminuyó 10,64%.
Si alguien debía, por ejemplo, US$ 100.000 al 31 diciembre de 2002, y aceptó convertir esa deuda a UI, hoy el pasivo equivaldría a unos US$ 210.413, suponiendo que sólo hubiera pagado intereses y no hubiese hecho ninguna amortización. Esto es, que la deuda se hubiese incrementado un 110 %.
Aun así los uruguayos prefieren endeudarse en UI en el largo plazo.
En 2008 los uruguayos se inclinaron por los créditos ajustados en Unidades Indexadas al momento de tomar un préstamo para vivienda.
El 72,1% del monto total que se dio a través de créditos hipotecarios fue en Unidades Indexadas a la inflación mientras que el 23,4% se operó en Unidades Reajustables y apenas el 4,5% en dólares.
Si se toman en cuenta la cantidad de operaciones, de los 4.138 créditos que se dieron a la vivienda en 2008, el 63,4% fue en Unidades Indexadas mientras que el 34,2% se otorgó en Unidades Reajustables y sólo el 2,2% restante estuvo nominado en dólares.
Aún así teniendo en cuenta el volumen de préstamos y la cantidad de créditos otorgados se observa que la operación promedio más alta se dio en los créditos en moneda extranjera que fue en promedio de US$ 64.884 mientras que la de UI fue de US$ 36.841.
Las cifras
12,99 fue el porcentaje que aumentó la cotización del dólar a lo largo del año pasado; la Unidad Indexada lo hizo 9,19% en ese lapso.
57,33 fue el porcentaje que aumentó la UI desde fines del año 2002, mientras que el valor del dólar en el mismo período bajó 10,64%.
Un producto de la crisis financiera
Quien decidió comprar Unidades Indexadas (UI) el viernes pasado a $1,8988 ya sabe que un mes más tarde ese valor habrá tenido una revalorización de 0,76% de acuerdo a la estimación de valores que realiza el Instituto Nacional de Estadística que previó que al 5 de marzo la UI valdrá $ 1.9133.
La UI se creó en junio de 2002 a un valor de $1 ajustándose diariamente hasta acumular la variación del Índice de Precios al Consumo del mes.
El objetivo del gobierno de la época -inmerso en el peor momento de la crisis financiera- fue introducir un mecanismo que facilitase la variedad de títulos valores indexados a la inflación y la protección que ello supone ante el crecimiento de los precios, que entonces se había disparado debido a la incertidumbre y al alza del dólar.
Además le da un atractivo a los inversores para mantenerse en la moneda local contribuyendo a la desdolarización de la economía y evitando riesgos de devaluaciones. El problema es que la cobertura contra la inflación no es total ya que la cotización de la unidad indexada se actualiza una vez terminado el mes, lo que implica que se genere un desfase de ese lapso.