Empresas tecnológicas uruguayas contratan argentinos debido a dólar bajo y brecha cambiaria

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Las empresas de tecnologías de la información (TI) uruguayas comenzaron el año con incertidumbre por el contexto internacional, pero contaban con perspectivas esperanzadoras para la segunda mitad de 2023. Sin embargo, el panorama se nubló tras diferentes sucesos en el mercado estadounidense (el principal destino), que generaron impactos en la facturación de las empresas y la contratación local de trabajadores. En ese contexto, varias firmas locales contratan trabajadores argentinos debido a las ventajas que les proporciona, según dijeron empresarios del sector a El País.

Según el último Monitor de Estado de Situación de la Industria Tecnológica en Uruguay, elaborado por la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), que comprende el período julio-diciembre de 2022, el 63% de las empresas esperaban que sus ventas aumentaran durante el primer semestre de 2023.

Sin embargo, a pesar de aún no tener datos procesados sobre este año, el presidente de la CUTI, Carlos Acle, explicó a El País que la “sensación térmica” es que el primer semestre “está siendo más cuesta arriba de lo que teníamos previsto y lo que cerró el año pasado”, debido al mercado internacional, particularmente las empresas que trabajan con Estados Unidos que es el principal mercado para el sector.

“Desde enero tuvimos noticias que complicaban al sector”, afirmó Acle y explicó que dentro de ellas estaban la posible recesión económica en Estados Unidos, el cierre del Silicon Valley Bank -banco caracterizado por dar crédito a empresas tecnológicas-, el alza de las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed) y, más recientemente, la discusión sobre el tope de la deuda en ese país.

“Hemos hablado con empresas que exportan a Estados Unidos en particular. Se han cancelado proyectos y otros proyectos que estaban previstos no han empezado. Lo que sabemos es que ha habido una baja en la actividad, sobre todo para aquellas que trabajan con ese mercado”, destacó.

En este contexto, el CEO y cofundador de IT Systems, Andrés Barreiro, señaló que las empresas estadounidenses que contrataban servicios en Uruguay, empezaron a frenar la incorporación de recursos uruguayos para sus proyectos y comenzaron a asignarlos a los suyos propios que esperaban por un proyecto. De este modo, mientras que según los resultados del monitor de la CUTI, el 48% de las empresas relevadas mantuvo su plantilla y el 45% la aumentó en el segundo semestre de 2022, la sensación térmica en lo que va de este año es que hay menos contrataciones de las que habían en el mismo período del año pasado.

“Sabemos de empresas que han tenido que desvincular (trabajadores). No lo vemos como lo masivo que se da en Estados Unidos, que es otro mercado y otros valores, pero sí sabemos que ha habido una retracción en la contratación, sobre todo en las empresas que están mirando el mercado estadounidense”, afirmó Acle.

No obstante, al momento de contratar, desde la pandemia de covid- 19 por razones de falta de personal calificado, de competitividad y la necesidad de bajar los costos operativos, las tecnológicas uruguayas comenzaron a contratar en otros países como Argentina y Colombia, principalmente.

De acuerdo al relevamiento de la CUTI, en el segundo semestre de 2022 un 52% de las empresas cerró contratos con personas radicadas en el exterior y, entre contrataciones nuevas y anteriores, el 62% de las empresas señaló contar con personal radicado fuera del país.

Si bien no se ha hecho un análisis “macro sectorial” desde la cámara, la diferencia cambiaria con Argentina lleva a que el costo para la empresa al contratar un programador en el país vecino sea igual o más barato que en Uruguay. Además, en empresas que facturan en dólares en un momento de caída de la divisa estadounidense (ver nota en página siguiente), a las firmas les sirve calzar sus ingresos con sus costos de mano de obra (que son en pesos si los programadores son uruguayos).

Barreiro explicó que las contrataciones son a trabajadores freelance (independientes), mediante plataformas digitales, lo que genera un vínculo proveedor-cliente en lugar de empleador-empleado. Esto permite bajar el costo por tributación, algo que se le hace “pesado” a empresas chicas en el sector, y les da una facilidad mayor para finalizar el vínculo, teniendo en cuenta que estas contrataciones suelen realizarse por proyectos de diferentes extensiones temporales. Señaló que el valor promedio de la hora trabajada en ambos países es de US$ 25.

Del mismo modo, el gerente general de Inswitch y Doctari, Amilcar Perea, señaló que desde Argentina hay un oferta de trabajadores importante debido a que las empresas extranjeras, como las uruguayas, pagan más o ven como atractivo que les paguen en dólares.

De todas formas, señaló que en este afán de internacionalización, al abrir una filial de la empresa en otro país, la contratación puede no ser solo de freelancers, sino también bajo dependencia, ya que “no sería sano” para la industria formar su base de trabajadores únicamente según el país que esté más barato. Por otra parte, Acle destacó que otro problema que sucede en el mercado laboral del sector, es que empresas estadounidenses están contratando directamente el talento en Argentina y Uruguay, lo que profundiza la carencia de recursos humanos a nivel local y aumenta la competencia entre las empresas por el mismo.

Perea coincidió en que en Uruguay no se encuentra la cantidad suficiente de personas preparadas lo que lleva a contratar fuera del país.