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Javier Figueroa, fundador de Locomotion Audiovisual & Interactive, se prepara para volver al viejo continente con sus productos de realidad virtual y aumentada para el sector salud.
Es enfermero de formación y emprendedor de profesión. Así se define Javier Figueroa, fundador de Locomotion Audiovisual & Interactive, un referente del mundo audiovisual, pero sobre todo en las nuevas tecnologías.
Su compañía logró salir fuera de la frontera al ofrecer soluciones a medida para mercados tan exigentes como el europeo y al conquistar con sus servicios audiovisuales organizaciones de diversos países.
“Provengo de una familia de clase media que siempre priorizó la educación", contó. Se recibió de enfermero y en paralelo realizó la Tecnicatura en Anatomía Patológica. Luego, consiguió su primer trabajo en el ámbito de la salud.
A fines de los 80 decidió dejar su empleo y abrir un videoclub —su pasión por el cine fue determinante a la hora de elegir qué tipo de comercio tener-. Llegó a poseer siete locales en la zona del oeste de Montevideo. Después tuvo algunos intentos fallidos en otros sectores, pero mantuvo la firme convicción de seguir transitando el mundo del emprendedurismo.
En 2005, su pasión por el cine y la tecnología se unieron, y así nació Locomotion. Es una organización que se dedica a la producción de contenidos audiovisuales mediante el uso de software de última generación.
Si bien la empresa tuvo un gran desarrollo en el mercado local, siempre supieron que su crecimiento estaría ligado al desarrollo fuera de fronteras.
En estos 14 años Figueroa recorrió 12 países apostando a la internacionalización de sus productos y servicios. Luego de la visita a los estudios Dreamworks y Disney en Estados Unidos, gracias al programa de Líderes internacionales del Departamento de Estado y la Embajada de los Estados Unidos, estableció contactos con empresarios de allí. Eso le permitió realizar sus primeros proyectos en América del Norte.
También fue contactado desde España para que Locomotion realice una investigación y brinde asesoramiento sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el sector inmobiliario. Por ese trabajo Figueroa permaneció varios meses en Europa, tiempo que aprovechó para establecer una fuerte red de contactos.
Regresó a Uruguay convencido de la importancia de mirar el mundo como el gran mercado. “Un país pequeño como el nuestro es un excelente espacio para innovar, pero muchas veces no es suficiente para lograr un volumen de negocio que te permita ser sostenible en el tiempo”, explicó.
Durante los últimos años se enfocó en el desarrollo basado en la realidad virtual, aplicando esta tecnología en sectores tan diversos como el inmobiliario, agro y salud.
Si bien recorrió países como China, Suiza, Italia, Francia, España y Republica Checa presentando estos productos, Figueroa destaca que la facilidad de exportar hacia la Unión Europea le permitió desarrollarse mucho más en ese mercado.
“La similitud cultural, la ventaja de contar con un país de habla hispana (España) como puerta de entrada a un mercado de casi 450 millones de habitantes, lo cual evita la necesidad de traducir la información y documentación para exportar así como las facilidades de interacción comercial con el viejo continente, nos han permitido realizar muchos más proyectos allí, que en otros mercados internacionales”, detalló.
Sin olvidar su vocación por la salud, lleva varios años pensando en integrar la tecnología de realidad aumentada en aplicaciones que mejoren la calidad de vida de las personas y, en particular, de los niños y niñas.
Es así que este año nace junto a Karolina Bezzoso, licenciada en Enfermería, y gracias al apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), "Chispas de Dragón".
“Durante mis años como enfermero viví de cerca el estrés que padecen los niños cuando se enfrentan a una cirugía. Esta angustia afecta también a su entorno, que debe permanecer en la sala mientras es trasladado al quirófano”, explica Figueroa.
“El recorrido en camilla desde la habitación al quirófano parece eterno y el estrés prequirúrgico tiene impactos negativos también a nivel biológico y clínico”, relató el emprendedor. “Fue así que diseñamos una experiencia de realidad virtual, donde el niño viaja hacia la sala de operaciones con los lentes de realidad virtual puestos, sin ver el entorno y jugando con dragones”.
Concentrados en la experiencia de realidad virtual, los niños dejan de estar pensando en la cirugía y el distanciamiento de sus seres queridos, y enfocan su atención en la experiencia que están viviendo. El paciente permanece con los lentes colocados hasta que es anestesiado. Por lo tanto, tampoco es consciente del lugar donde se encuentra, del staff médico ni de los aparatos que le rodean.
Un prestigiosos centro de operaciones cardíacas para niños está empleando “Chispas de Dragón” y se encuentra ampliamente satisfecho con los resultados obtenidos.
Figueroa está preparando el plan de internacionalización de esta solución. Apuesta fundamentalmente al mercado europeo, gracias a los contactos que tiene y a las ventajas generadas en la exportación de software desde Uruguay.
“Chispas de Dragon” es un software de realidad virtual, por lo cual se exporta exento de IVA y otros gravámenes. Eso permite ser mucho más competitivos a la hora de internacionalizarlo, comentó. El producto está traducido al inglés, pero ahora están concentrados en el mercado en español.