El Banco República compró, en remate, la planta y maquinaria de la textil Paylana en US$ 2.65 millones. Pero un potencial comprador fue privado de ingresar por el sindicato de la empresa y podría pedir la nulidad del remate a la Justicia.
Mucho nerviosismo vivieron los trabajadores de la textil Paylana -cerrada y en concurso de acreedores- apostados en la vereda de la Asociación de Rematadores del Uruguay, en la previa al remate que adjudicó al Banco República (BROU) como comprador del boleto del inmueble y la maquinaria tras abonar US$ 2:650.000. El BROU era el principal acreedor de la firma por US$ 20 millones.
Horas antes del comienzo del remate, un grupo de extrabajadores presentaron un escrito al Poder Judicial, solicitando la suspensión de la venta, pero esto fue rechazado por la jueza de lo Contencioso Administrativo de 1° Turno, Teresita Rodríguez. Esto provocó tensión "y unos nervios bárbaros", dijo a El País el presidente de la Cooperativa de Paylana, Mauro Valiente.
Con ese panorama y la expectativa de los presentes de que el BROU comprara el inmueble y las máquinas con la posibilidad de venderla a la cooperativa de trabajadores, se hizo presente otro interesado que dijo a El País conocer a los anteriores dueños y haberle hecho trabajos a Paylana. El empresario admitió que estaba interesado en participar del remate de la maquinaria.
La reacción de los trabajadores no se hizo esperar. Le negaron el acceso, bloqueando la entrada al local y amenazando al posible comprador de que iba a ser golpeado si pretendía avanzar. Minutos más tarde se hicieron presentes dos móviles policiales de la Seccional 1ª para recibir la denuncia.
Según orden del comisario de la Seccional 1ª, Leonardo Seugi, los patrulleros se retiraron del lugar argumentándole al empresario que la prohibición del ingreso se trataba de un "derecho sindical", hecho que indignó a éste que había asistido al remate representando una empresa de capitales extrarregionales.
Cuando ya se habían ido los móviles policiales, se presentó otro individuo dispuesto a entrar a la sala de remates. Tras ser interceptado por los trabajadores que oficiaban de barrera, comenzaron los empujones e insultos mientras adentro se desarrollaba el remate.
Apenas 34 minutos demoró el rematador Enrique Stajano en bajar el martillo y adjudicarle al BROU el boleto por el 80% de la fábrica. La noticia llegó a través de un mensaje de texto y de forma instantánea los trabajadores comenzaron a aplaudir. Hubo abrazos entre los sindicalistas. Los tambores y redoblantes comenzaron a hacerse sentir en la avenida Uruguay y en simultáneo comenzaron a salir del local los dirigentes de la cooperativa. Con lágrimas en los ojos encabezaron el clásico canto: "Arriba los que luchan".
El remate estuvo marcado por la algarabía de los funcionarios de Paylana, quienes dieron rienda suelta a los festejos una vez conocido el resultado. Empero, se labró un acta sobre las irregularidades acontecidas en las afueras de la Asociación de Rematadores. Fuentes consultadas por El País indicaron que se dejó constancia de que un posible comprador fue privado de ingresar y afirmaron que "posiblemente el remate pueda ser anulado", en caso de que el denunciante eleve el pedido. No obstante, la jueza Teresita Rodríguez dijo a El País que si bien no concurrió al remate, sí lo hizo el alguacil, quien una vez culminado el mismo no le notificó la existencia de irregularidades.
SENSACIONES. Tras conocerse el resultado del remate, el intendente de Payasndú, Bertil Bentos, que se hizo presente en el lugar reflexionó: "Por suerte Paysandú no pierde a esta emblemática industria que se llama Paylana. Como intendente siento la enorme satisfacción y un reconocimiento por la lucha permanente de toda la clase de dirigencia que tiene el sindicato de Paylana".
Para Valiente, "ya pasó lo más difícil, tuvimos horas muy complicadas". Y agregó que comenzarán "a hacer las gestiones esta semana y a concretar voluntades para el proyecto y autogestionamiento". Por último, reflexionó que este es "un paso muy importante, ya que hay muchos proyectos autogestionados por los productores que quedan por el camino". Los trabajadores presentaron un proyecto al Fondo de Desarrollo -que gestionan los ministerios de Economía e Industria y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto- para recibir capital.
El presidente del Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop), Fernando Berasain dijo que "es una luz de esperanza para todo aquel trabajador que tiene un sueño, que lo puede hacer realidad y que tiene un estudio atrás que apoya el sueño que tiene".
Sindicato: Pretende adquirir la planta y las máquinas y gestionar la textil de Paysandú.
"Me prohibieron la entrada al remate"
A pocas horas de ocurridos los incidentes en la Asociación de Rematadores del Uruguay, el empresario que se vio imposibilitado de participar del remate, dijo a El País que evalúa junto con sus abogados si presenta un recurso de nulidad sobre el remate. Empero, dijo que no le gusta "gastar pólvora en chimangos. Empezar con abogados, gastar plata y ser un barril sin fondo para llenar papeles que no llegan a ningún lado".
El empresario, que prefirió no revelar su identidad, afirmó que una vez que se vació el local de remates ingresó y "manifesté que no me fue permitido participar del remate. Me contestaron cualquier disparate. A mí me prohibieron el acceso a una acción judicial pública, quiero ver cómo se arregla esto".
El empresario reconoció a El País que en la década del `90 fue proveedor de Paylana. "Conocíamos a los propietarios, trabajábamos para ellos, pero jamás tuvimos una vinculación accionaria", desmintiendo algunas versiones que indicaban que se trataba de un exaccionista de la firma.
Tras ser consultado sobre el interés del remate, dijo que pretendía asistir en representación de una empresa extrarregional, la cual estaba interesada en adquirir parte de la maquinaria, pero no la totalidad de lo que se estaba rematando.
Por último, dijo que cuando se acercó a radicar la denuncia en la Seccional 1ª, "había otra persona con el mismo problema, no fui el único. Todo lo que sucedió me pareció un desastre y es lamentable" y agregó que "tuve que recurrir a la fuerza pública y se negó a ayudarme. Eso para mí, no tiene nombre".