Comercio electrónico en Uruguay con ventas por más de US$ 2.000 millones en un año, ¿qué prevén los consumidores?

El comercio electrónico en Uruguayrepresenta un 2,4% del Producto Interno Bruto(PIB) y crece a la par del desarrollo de las herramientas digitales. Durante su exposición en el eCommerce Day 2025 celebrado en el centro de eventos del LATU, economistas y especialistas del sector señalaron que el comercio digital es un ecosistema con un importante potencial de crecimiento en el país, aunque resaltaron la importancia de generar políticas y nuevas herramientas que lo fomenten aún más.

El presidente del eCommerce Institute, Marcos Pueyrredón, señaló a El País que en los países de la región, una importante porción de las ventas de consumo masivo pasan por canales digitales y agregó que algunas categorías como indumentaria, artículos electrónicos y turismo representan dos dígitos del PIB en esos países.

La socia de Exante, Tamara Schandy, presentó un relevamiento en conjunto con la Cámara de la Economía Digital (CEDU) en el que resaltó que en 12 meses a junio, las ventas por e-commerce en el país superaron los US$ 2.000 millones. Además, agregó que en comparación al 2019 las ventas en dólares se multiplicaron por siete, mientras que las ventas en pesos constantes (pesos ajustados por efecto de la inflación) se multiplicaron por cuatro. “Estamos hablando de un canal que crece más que el consumo y la economía en general”, señaló Schandy.

Por su parte, el director de la consultora Factum, Eduardo Bottinelli, señaló a El País que el nivel de satisfacción por parte del consumidor es menor en las compras online que en las compras presenciales en Uruguay. En ese sentido, sostuvo que aún existe un sesgo en función de la edad de los compradores y señaló que la participación en las herramientas electrónicas por parte de las generaciones más jóvenes es uno de los factores más influyentes.

Desde hace varios años Uruguay fomenta el uso de medios de pago electrónicos a través de un mayor acceso a los servicios financieros. En ese sentido, Schandy recordó que el país fue pionero en materia de inclusión financiera hace algunos años. “Hoy hay una altísima bancarización entre la población uruguaya que trabaja”, dijo.

Schandy agregó que el uso de tarjetas de crédito aumentó un 6% por año, mientras que el monto operado con tarjetas de débito y dinero electrónico aumentó un 50% anual. En la actualidad, esas transacciones representan unos US$ 15.200 millones.

Foto: Archivo El País.

Por su parte, el referente de Uruguay Innova, Bruno Gili también se refirió a los medios de pago y sostuvo que si bien el uso de tarjeta de débito y las transferencias bancarias aumentaron, resaltó que hay “mucho trabajo (por hacer)” en materia de medios de pago. “Uruguay necesita resolver el tema de identidad digital y de firma digital”, señaló.

En ese sentido, Gili explicó que Uruguay alcanza casi el 100% de la factura electrónica, lo que implica pensar en nuevos mecanismos de financiamiento para pequeñas empresas.

Bottinelli sostuvo que según datos de una investigación de Factum realizada en marzo de este año, nueve de cada 10 personas realiza algún tipo de actividad digital relacionada al consumo, el 64% hizo alguna compra online durante este año y el celular fue el medio más utilizado con un 84% de participación.

Bottinelli agregó que el 87% de los compradores de internet compara precios antes de realizar una compra, el 67% de los usuarios realizó sus compras a través de la red social Instagram y el 48% abandonó la compra si la transacción presentó alguna falla. Según el relevamiento de Factum el 89% de los compradores se mostró satisfecho con su experiencia, aunque Bottinelli resaltó a El País que todavía existe una importante cantidad de consumidores que prefieren la compra presencial.

“El consumidor se hiperdigitalizó en todas nuestras dimensiones, no solamente en el consumo, sino también en el trabajo, negocios, entretenimiento”, sostuvo Pueyrredón en diálogo con El País y agregó que la pandemia fue un factor fundamental en el desarrollo de nuevas herramientas y cambio de hábitos.

En ese sentido, Schandy indicó que antes de la pandemia había menos de ocho millones de operaciones por año en Uruguay pagadas con tarjetas de crédito o débito, mientras que a junio de este año, se registraron 75 millones de transacciones.

Según el relevamiento de Exante, la forma de pago predominante es la tarjeta de crédito, aunque hay un 30% que se paga con tarjeta de débito y dinero electrónico. Mientras que el monto promedio por transacción es de unos $ 1.200.

“Hoy existe un aumento de la cantidad de productos o cantidad de compras, lo que hace que el gasto por persona se incremente”, indicó el director de Factum y resaltó la importancia de adaptarse a las exigencias del comercio online.

Según el relevamiento de Factum, el 32% de los consumidores considera que va a realizar más compras a través de Internet en los próximos dos años y el 17% declaró que iba a gastará más este año que lo que gastó en 2024.

“Hay expectativas crecientes de un consumidor que es más experimentado y por lo tanto más exigente en lo que es su demanda de servicio y de los productos”, dijo Bottinelli y agregó que aún existe una falta de confianza al pagar por Internet por parte de algunos usuarios.

E-commerce. Foto: shutterstock.

Schandy señaló que algunos de los elementos fundamentales que resultan en un mayor desarrollo del ecosistema e-commerce son el acceso a internet, buena conectividad y medios de pago electrónicos. “Tiene todas las condiciones para que se siga desarrollando”, señaló.

Por otra parte, Bottinelli señaló a El País que uno de los desafíos más importantes es la maduración del cliente ante una mayor oferta de productos. “El cliente primero se entusiasma con algo novedoso, lo empieza a utilizar, si funciona empieza a ser más exigente”, indicó y agregó que en algunas categorías de productos como calzado u otras prendas en particular, los clientes son más reticentes a comprar a través del canal online.

"Uruguay tiene un conjunto de desafíos para subirse o aprovechar al máximo la evolución tecnológica y la evolución digital”, señaló Gili en su discurso, responsable del programa Uruguay Innova: el proyecto impulsado por el presidente de la República, Yamandú Orsi, para promover el desarrollo a través de la innovación. “La mayoría de la innovación va a ocurrir en el sector privado y en el sector académico”, agregó.

Sin embargo, explicó que el sector público deberá trabajar en generar un “buen clima de negocios” a través de la implementación de instrumentos de financiamiento y subsidios amparados por una regulación.

Por otra parte, el responsable de Uruguay Innova resaltó la importancia de la internacionalización en diversificación de productos, servicios y mercados. “Creo que el comercio debería ser una alternativa para integrarnos en un mundo muy potente”, dijo Gili.

El economista recordó que Uruguay se ubicó en el puesto 62 entre las 133 economías que conforman el índice global de innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Gili sostuvo que uno de los elementos que más influyó para la posición fue la sofisticación empresarial. “La idea es definir instrumentos que ayuden a resolver eso”.

Por su parte, Bottinelli hizo hincapié en la falta de confianza que genera comprar por internet en algunas generaciones.

En ese sentido, el politólogo resaltó la necesidad de generar políticas claras con sistemas de devoluciones accesibles y sellos de seguridad que permitan generar un espacio de confianza, además de acompañar el proceso educativo para adaptar al público más joven a las herramientas de compra digitales.