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Cambian los hábitos de los consumidores uruguayos tras la suba de precios

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Un golpe en la economía que acentuó el coronavirus, es el del consumo con una caída del empleo y el poder de compra. Foto: Fernando Ponzetto

INFLACIÓN

Tras la aceleración de la inflación en Uruguay, los consumidores adquirieron comportamientos diferentes.

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El bolsillo determina las preferencias de los consumidores y, el alza de los precios-con la consiguiente pérdida del poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones-, los lleva a cambiar su comportamiento al momento de adquirir productos y alimentos.

En el último tiempo se registró una caída en el consumo, un aumento en la venta de segundas marcas y un crecimiento de la sensibilidad ante las ofertas.

El director de Consultoría Económica de Equipos Consultores, Alejandro Cavallo, contó a El País que vieron “caídas en las propensiones al consumo de la mayoría de los bienes, productos y servicios” en marzo. También hubo bajas en los canales de compra, excepto a los menos formales, que son las ferias.

Esa situación se da, según explicó, “cuando hay una búsqueda de precio” por parte de los uruguayos. Además, “es un poco el camino inverso” de lo que se registró al final de 2021, cuando hubo una “recomposición de la demanda en los canales habituales”. No significa que se perdió lo que se había recuperado el año pasado, pero sí se ve un “ajuste o cierta precaución de compensar las subas de los precios”.

El gerente de compras de Grupo Disco Uruguay Santiago Illa, indicó a El País que observaron un “leve descenso en el volumen de consumo, en especial en los locales de barrios de menores ingresos”. Esperaban una “recuperación pospandemia pero no fue el caso. Si bien el verano fue mejor en relación al del año anterior (que había sido uno de los peores de los últimos 20 años)” tuvieron un bimestre marzo-abril donde “nuevamente” observaron una “caída en el volumen”.

Se ve un aumento en la venta de las segundas marcas.

“Por otro lado, uno de los cambios de hábito que impulsó la pandemia fue el de la utilización de los canales de venta digitales, en los cuales observamos crecimientos significativos durante lo peor de la pandemia. Eso dejó instaurada hoy una forma de consumo que se sigue consolidando como una alternativa que los uruguayos estamos adoptando ya sea para ahorrar tiempo o simplemente por comodidad”, añadió.

En el caso de Ta-Ta, su CEO Christopher Jones dijo a El País que vienen “observando hace ya un tiempo, que el hábito de menor frecuencia y compras de surtido de abastecimiento que se manifestó durante la pandemia, comenzó a volver a lo que fue previo a este fenómeno mundial: mayor frecuencia y menores tickets promedio”.

ELECCIÓN. En términos generales, se ve un aumento en la venta de las segundas marcas, “donde se incluyen las locales y las propias de las cadenas de supermercados”, indicó Ana Laura Gudynas de id Retail.

Al mismo tiempo, aclaró que en algunas categorías la marca propia del supermercado ya no es la más barata, cuando en general era el principal competidor de precio, porque aparecen otros jugadores con productos más económicos.

Mujer en un supermercado. Foto: Fernando Ponzetto.
Mujer en un supermercado. Foto: Fernando Ponzetto.

En el caso de Grupo Disco Uruguay, su gerente de compras indicó que “efectivamente hay un crecimiento de segundas marcas que se explica porque parte” de los “clientes buscan satisfacer la misma necesidad a un nivel de precio”.

En este sentido, están “lanzando en el mes de mayo nuestra marca propia ‘Precio Líder’, que será una propuesta potente de productos con precios sustancialmente inferiores a las marcas líderes pero con estándares de calidad similares a estos”.

Por su parte, el CEO de Ta-Ta comentó que año a año tienen un crecimiento de las marcas propias de la cadena de supermercados “por la aceptación demostrada por parte de los nuestros clientes a una excelente propuesta de valor de calidad y precio”.

Gudynas ejemplificó el cambio en las preferencias: “Ahora, cuando ya no tenemos una crisis sanitaria tan fuerte, la categoría limpieza volvió a presentar un comportamiento similar al anterior a la pandemia”.

Reaparecieron nuevos jugadores de precio que tienen un peso competitivo, que hicieron que empiece a bajar un poco el peso de las marcas más fuertes.

La diferencia de precios con Argentina influye en el consumo local.

También contó que había una tendencia de premonización en el consumo antes de la llegada del covid al país, que se mantuvo durante la emergencia sanitaria. Quiere decir que las personas “buscaban mejorar en calidad, sabor, innovación y valor agregado, y estaban dispuestas a pagar más dinero para obtenerlo”.

Pero ahora la situación cambió. En este momento, “tenemos un escenario que uno podría pensar que es más restrictivo por la aceleración de la inflación y la caída del salario real”, indicó.

Entonces, el uruguayo volvió “a prestar atención al precio”, pero no en cada una de sus decisiones de compra. Al mismo tiempo que “mantiene una decisión de precio restrictiva bajo algunas categorías”, quiere “seguir dándose gustos frente a una ocasión de consumo puntual”, indicó Gudynas.

A su vez, vieron que la tendencia a la preferencia por la elección de puntos de venta como los self service, supermercados y autoservicios, que venía desde antes del covid-19, se mantiene. No obstante, notaron que “otra vez el rol de las ofertas, que brindan sobre todo las grandes superficies, está empezando volver a tirar” en la decisión de dónde hacer las compras, agregó.

DIFERENTES SITUACIONES

Los cambios en algunos productos

En el caso de Unilever, la country manager en Uruguay, Teresa Cometto comentó a El País, consultada sobre si vieron algún cambio en el consumo de los uruguayos en los últimos meses, explicó que la respuesta depende de las “categorías de productos, de la innovación, de las actividades de impulso y en definitiva de la propuesta de cada marca”.

En ese sentido, puso como ejemplo que, “en jabones detergentes para la ropa, están creciendo marcas más económicas en el segmento de formato polvos, pero la innovación de líquidos para diluir, al menos 20% más económica por lavado, ha estimulado creciendo fuertemente la demanda del segmento de formato líquidos de las dos marcas más valoradas de la categoría”.

Con los desodorantes, según explicó, la “propuesta de precios se da a nivel marca y aplicador, siendo el aerosol el más elegido (representa casi 70% de la categoría en valor). En este caso la efectividad antitranspirante prima sobre todas las elecciones de precio”.

Por último, indicó que, en jabones de tocador, Dove es la marca de “mayor crecimiento, representa el 25% del mercado”. Entiende que las personas lo continúan “eligiendo porque el resultado vale la pena el precio del producto”.

A su vez, dijo que, “en líneas generales el mayor impacto en crecimiento se logra a través de activaciones de precio/ofertas en primeras y segundas marcas.
Es decir, la activación de marcas tiene impacto relevante en general, pero en mayor volumen si la marca es bien percibida.

“La construcción del valor de marca (atributos, desempeño, propuesta) es clave en el impacto. Por ejemplo, Hellmanns, que es una primera marca, ha venido mostrando un crecimiento sostenido en valor sumando propuestas light y veganas”, explicó.

El gerente de compras de Grupo Disco contó que perciben que los “clientes están más sensibles a las ofertas” y por eso en las cadenas están “ampliando las ofertas todos los días para ofrecerle a los clientes un surtido al mejor precio posible”.

Asimismo, notan “claramente un incremento en la demanda cuando hay buenas ofertas de precio”. De todas maneras, no observaron un “cambio de hábito, en el sentido de percibir una caída de la venta en determinado tipo de productos en beneficio de otros. Los hábitos de consumo se mantienen”. Al mismo tiempo aclararon que se viene “observando ya desde hace un tiempo el interés por productos saludables, que se sigue consolidando como hábito de consumo”.

El CEO de la cadena de supermercados Ta-Ta indicó que “hay varios fenómenos que se vienen dando en los últimos tiempos que contienen sus causas y efectos en el comportamiento de los consumidores. Claramente existe una presión por suba de costos directos e indirectos y por ende de precios que viene sucediendo en distintas categorías. Y por distintas razones, por un lado la carne vacuna que viene en suba hace mucho tiempo por demandas asiáticas, por el otro lado el combustibles y commodities por el conflicto bélico reciente”.

“Así también la asimetría cambiaria con nuestros países vecinos pone en evidencia la misma asimetría en los precios de productos de consumo masivo de un lado y otro de la frontera”, añadió.

“En resumen, carnes, farináceos, aceites en suba, por el otro lado canastas de productos de consumo masivo que pueden ser adquiridos vía viaje al país vecino o en comercios o en lugares de ventas ilícitos dentro del territorio”, comentó.

La percepción de la situación económica del país
La situación actual “parece ser más leve" que la que se vivió con la pandemia
Consumo. Foto: Archivo El País

“A fines del año pasado y principios de este tuvimos una mejoría en la mayoría de los indicadores”, dijo Cavallo. En el caso del Índice de situación económica de corto plazo, llegó en febrero al máximo desde que lo miden, cuando inició la pandemia. Pero, en marzo cayó con cierta importancia.

“La retracción tiene que ver con un deterioro de los componentes que forman ese indicador, especialmente aquellos relacionados con la situación del país”, explicó Cavallo.

Relacionado a este índice, vieron “caídas en las propensiones al consumo de la mayoría de los bienes, productos, servicios y canales” en marzo, a excepción de los canales de compra menos formales, que son las ferias, agregó.

Más allá de estas retracciones, “no hay una afectación en indicadores más estructurales o que inciden más en otras decisiones que son, por ejemplo, la percepción de seguridad en el empleo”, dijo Cavallo.

Equipos Consultores pregunta a las personas “qué tan seguras se sienten o qué tanta confianza tienen en mantener su empleo, y ese no ha sido afectado. Hay un cierto efecto, pero por ahora pega más que nada en algunos hábitos de consumo”, añadió.

Cavallo señaló que compara contra el shock que se vivió por la pandemia en 2020, cuando “hubo cambios más fuertes y más generalizados en todos los indicadores”. La situación actual “parece ser más leve, más focalizada, que la que vimos hace un par de años, por ahora”, expresó.

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