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¿Cómo afecta el nuevo endurecimiento del cepo cambiario argentino a Uruguay?

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Cristina Kirchner. Foto: EFE.
La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, en una fotografía de archivo. EFE/Juan Ignacio Roncoroni
Juan Ignacio Roncoroni/EFE

MEDIDAS

El gobierno argentino restringe el acceso a dólares para ciertas importaciones y además impide pagar en cuotas con tarjeta en gastos en el exterior.

Una semana después de que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner denunciara un “festival de importaciones”, el gobierno argentino decidió endurecer el cepo cambiario con el objetivo de evitar una devaluación abrupta del peso. Ante escasas reservas líquidas en el Banco Central y una creciente demanda de divisas para importar energía, el gobierno dispuso desde el lunes pasado una serie de medidas que, en la práctica, traban el acceso al mercado oficial de cambios para los importadores y los obliga a buscar financiamiento para pagar sus operaciones.

“El Banco Central no les dice a los importadores cómo ni dónde conseguir los dólares, pero claramente les dice que los consigan por fuera del mercado oficial de cambios. Las multinacionales pueden recibir financiamiento de sus casas matrices y algunas empresas quizás consigan crédito de sus propios proveedores, pero a buena parte de las empresas nacionales más pequeñas y medianas les será muy difícil obtener financiamiento para seguir importando”, dijo a El País Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), en Buenos Aires.

Las nuevas medidas establecen que las importaciones correspondientes a posiciones arancelarias sujetas a Licencias No Automáticas, es decir que requieren autorización para concretarse, no podrán acceder a dólares oficiales, sino que deberán buscar las divisas mediante financiamiento a 180 días. Pasado ese plazo después del despacho a plaza del bien importado, el Banco Central les liberará los dólares para cancelar el crédito.

En tanto, las importaciones con Licencias Automáticas, aquellas que no requieren una revisión especial y corresponden en gran medida a bienes que no se producen en Argentina, continuarán con el mismo esquema vigente desde marzo pasado: podrán acceder a dólares en el mercado oficial, pero solo hasta un tope. El monto de las importaciones no podrá superar en más de un 5% al promedio mensual importado en 2021. Si ese límite es rebasado, también deberán conseguir financiación a 180 días de plazo.

A partir de esas diferencias, otro de los efectos de las nuevas medidas es que parte de las importaciones que hasta ahora se hacían bajo el régimen de Licencias Automáticas pasó al de Licencias No Automáticas. Ese cambio implica que crecerá el número de operaciones que no podrán acceder al dólar que cotiza en el mercado oficial a 127 pesos argentinos, prácticamente la mitad del valor de los tipos de cambio alternativos.

En principio, todas estas nuevas disposiciones estarán vigentes hasta el 30 de septiembre, fecha en que el gobierno espera que, ya con temperaturas más templadas, cedan las importaciones de energía para abastecer al mercado interno. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en los primeros cinco meses del año las importaciones del rubro “Combustibles y lubricantes” sumaron US$ 4.641 millones, un salto del 205,3% con respecto al mismo período de 2021. Todo indica que la demanda de divisas para energía crecerá aún más en el tercer trimestre del año.

Escasez de gasoil
Escasez de gasoil. Crédito: AFP

La necesidad de comprar gas y gasoil del exterior –Argentina perdió el autoabastecimiento energético en 2011, durante el primer mandato de Cristina Kirchner-, sumado al alza extraordinaria del precio de los hidrocarburos por la invasión de Rusia a Ucrania, conforman un cóctel explosivo para las exhaustas arcas del Banco Central.

A eso se agrega una brecha en torno al 90% entre el tipo de cambio oficial y los alternativos, lo que estimula maniobras especulativas. Mientras exportadores desarrollan estrategias de evasión y subfacturación de sus ventas externas para liquidar esos dólares no declarados al tipo de cambio paralelo, en sentido inverso los importadores se ven incentivados a sobrefacturar sus compras al exterior para hacerse de dólares al precio oficial.

Con eso, a diferencia de lo que sucede habitualmente en cada segundo trimestre del año -época en que se produce la liquidación de gran parte de la cosecha de soja-, esta vez el Banco Central no había logrado sumar reservas antes de la entrada en vigencia de las nuevas medidas. Ese panorama, que alejaba el cumplimiento de la meta de acumulación de reservas, uno de los ítems priorizados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el acuerdo firmado en febrero pasado, llevó al gobierno de Alberto Fernández a imponer nuevas trabas a las importaciones.

Tras un alza del 44,2% de las importaciones en los primeros cinco meses del año con respecto al mismo período de 2021, el planteo del gobierno es que las nuevas medidas no afectarán el proceso productivo, sino que apuntan a reducir las compras especulativas que se vienen haciendo para acumular stock aprovechando la cotización del dólar oficial.

En esa línea, el objetivo es ahorrar en el tercer trimestre unos US$ 1.000 millones mensuales en divisas que, con el anterior esquema, hubieran tenido que destinarse al pago de importaciones, según señaló el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. De hecho, con el grifo completamente cerrado para los importadores, en los cuatro días posteriores al anuncio de las nuevas medidas la autoridad monetaria se alzó con todo lo que liquidaron los exportadores y logró acumular casi US$1.200 millones. Sin embargo, será inviable extender ese escenario de virtual feriado cambiario por varios días más.

consecuencia

Una medida que va a agregar combustibles a una inflación ya elevada

Importaciones al valor de un dólar que casi duplica al oficial, sumado a una menor oferta de bienes, agregará combustible a la inflación, que en mayo alcanzó al 60,7% interanual, el registro más elevado de los últimos 30 años. “Las empresas que usan insumos importados no saben cuál será el costo de reposición futura. Ante esto están optando por dos caminos: frenar su producción o sus ventas, si es que venden bienes de consumo y el otro es poner precios mucho más altos para cubrirse”, dijo a El País Lorena Giorgio, economista jefe de la consultora Equilibra..

El efecto de la medida sobre las exportaciones uruguayas a Argentina
Análisis
Dólares y pesos. Foto: Estefanía Leal.

Aún con una mayor flexibilización, las nuevas restricciones amenazan con provocar efectos colaterales severos sobre la producción. Entre enero y mayo, el 71,6% de las importaciones –US$ 23.441 millones- correspondió a bienes intermedios, bienes de capital, y piezas y accesorios, todos rubros atados al proceso productivo. “Ya hay faltantes de insumos en rubros como la construcción y la electrónica, y, a su vez, hay sectores que están frenando su producción o sus ventas por una creciente incertidumbre acerca de los costos que deberán afrontar en los meses venideros. Las nuevas medidas tendrán impacto sobre los sectores que están más vinculados a las importaciones, como la industria”, dijo a El País Lorena Giorgio, economista jefe de la consultora Equilibra.

Las nuevas medidas también tendrán impacto, aunque parcial, sobre las exportaciones uruguayas hacia Argentina. En el primer semestre las solicitudes de exportación de bienes hacia la vecina orilla acumularon        US$ 448,9 millones, un salto del 170% con respecto al mismo período de 2021, según datos de la Unión de Exportadores del Uruguay. Las ventas se compusieron de soja, vehículos, autopartes y plásticos, entre otros productos. “Las importaciones argentinas estarán todas afectadas por las nuevas medidas, no importa su procedencia. Eso es paradójico porque se supone que no deberían aparecer límites al comercio intra-Mercosur. De todos modos, las importaciones desde Uruguay tienen la ventaja que podrían ser más fácilmente financiables por razones de mercado o porque la relación entre las empresas de ambos países puede ser un poco más amigable y sistémica que en otro casos”, dijo Elizondo.

Las mayores restricciones para acceder al mercado oficial de cambios no solo amenazan con provocar faltante de insumos y productos, sino también con seguir impulsando la demanda de dólares en los mercados alternativos para pagar importaciones.

TURISMO

Otra medida argentina con impacto en Uruguay

El gobierno argentino resolvió otra medida que puede impactar a Uruguay, en este caso en las exportaciones de servicios como son las de turismo.

En este caso, el Banco Central de Argentina prohibió a bancos y empresas operadoras de tarjetas de crédito financiar a sus clientes las compras en cuotas de bienes y servicios adquiridos en el exterior, una medida que se suma a otras (ver nota en esta página) dictadas por la autoridad monetaria ante las escasas reservas monetarias del país suramericano.

De acuerdo con la resolución adoptada este jueves por el Banco Central y publicada este viernes en el sitio de la entidad, a partir del próximo 4 de julio las compras en el exterior -de viajeros o de personas que adquieren bienes o servicios en el exterior por medios digitales- podrán abonarse en una sola cuota.

En la práctica, la medida limita la cantidad de operaciones de compra en el exterior, ya que el número de consumidores con capacidad económica para realizar compras en una sola cuota, sin necesidad de financiación, es acotado.

Esto impacta en un tipo de turista argentino que suele tener a Uruguay como una opción de destino: el de clase media.

La resolución establece que a partir del 4 de julio, poco antes del inicio del receso vacacional de invierno en Argentina, las entidades financieras y los proveedores no financieros de crédito “no deberán financiar en cuotas las compras de sus clientes” de pasajes al exterior y servicios turísticos en el exterior (tales como alojamiento o alquiler de auto, entre otros).

Esta limitación aplica a compras ya sea realizadas en forma directa con el prestador del servicio o indirecta, a través de agencia de viajes y turismo, plataformas electrónicas u otros intermediarios.

La medida también alcanza a productos en el exterior que se reciban por el sistema de envíos postales.

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