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GayMar: "Antes de la pandemia lo más vendido eran vasos, cubiertos y platos; hoy es el rubro cocina"

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Sandra Valdés, directora de Bazar GayMar (Foto: Francisco Flores)

ENTREVISTA

Sandra Valdés, directora del clásico bazar, habló del impacto del coronavirus en los hábitos de consumo de sus clientes y del cambio de la tienda. "Evolucionamos hacia la calidad y variedad", afirmó

Nació en Montevideo, tiene 55 años. Desde siempre ha estado ligada al negocio familiar, GayMar, el tradicional bazar ubicado en el Centro de Montevideo. En sus inicios, la tienda apostaba a ofrecer precios bajos pero, a medida que creció la competencia, se orientó a sumar variedad y elevar la calidad de los productos. Esos valores, junto a la atención al público, son los diferenciales de la marca, que hoy compite tanto con bazares como también con tiendas de decoración y supermercados. La pandemia supuso un antes y un después en el negocio, dice Valdés aunque cree que la confianza del consumidor se recuperará antes de lo pensado. Está casada, tiene un hijo y en sus ratos libres le encanta leer.

GayMar tiene más de 40 años en el mercado. ¿Cómo fueron los inicios?

La historia comenzó con mi padre y su hermano en los inicios del supermercadismo con atención libre del público, tal como lo conocemos hoy. En cierto momento, mi padre decide que no quiere más trabajar con productos que tengan fecha de vencimiento y ahí se le ocurre aplicar la idea del autoservicio, pero con productos no perecederos que la gente comprara como pan caliente y que son aquellos que se utilizan en las casas como platos, cubiertos, vasos y sartenes. En 1977 se instaló donde estamos hoy en 18 de Julio y Pablo de María, aunque en algún momento nos extendimos a 8 de octubre y Gobernador Viana, 18 y Roxlo y 18 y Tacuarembó.

¿Cómo surgió el nombre?

Es algo tan loco como que en el momento que mi padre estaba por abrir la empresa mi madre y yo nos vamos de viaje, volvemos con una bolsa con ese nombre, a él le encantó y ahí quedó. (Pero) en realidad no sabemos cuál es el significado original.

Evolucionamos hacia la calidad y la variedad"

Sandra Valdés, directora de Bazar GayMar (Foto: Francisco Flores)
Sandra Valdés

Al comparar el bazar en sus inicios y en la actualidad, ¿qué aspectos se mantienen? ¿Qué cosas cambiaron?

La esencia que se mantiene es la atención al público. Es un autoservicio con asesoramiento y acá tenemos todos los artículos que pueda necesitar. Por otro lado, en un principio los clientes nos asociaban con precios bajos. En un momento empezaron a surgir más comercios que ofrecían los mismos productos, entonces comenzamos a diferenciarnos en la calidad. Evolucionamos hacia la calidad y la variedad.

Hoy la oferta del bazar se encuentra en tiendas clásicas como GayMar, pero también en otras dedicadas al diseño y hasta en los supermercados. ¿Cómo se diferencian ustedes?

Nos basamos en la atención a la gente. Ahí es donde hacemos nuestro mayor hincapié: en lo que el público necesita, lo que nos pide, en el servicio posventa, en la presencia en las redes sociales, el asesoramiento, el aggiornarnos permanentemente en los materiales que se traen y demás. Incluso, nos pasa que hay mucha gente que vive en la zona que viene casi todas las semanas a buscar alguna cosa y a charlar. Es un tema hasta social. En esto es clave el equipo que trabaja con nosotros. Es que, así como siempre ha sido fundamental el apoyo y la sinergia con nuestros proveedores para la continuidad de la empresa, lo es también el compromiso y el espíritu de atención y servicio al cliente de quienes trabajan en GayMar, la mayoría con muchos años en la empresa.

¿Con esta amplia competencia el bazar tradicional está amenazado? Hace décadas era un rubro con muchas más tiendas que las que se ven hoy.

Sí, hasta los proveedores nos comentan de que somos cada vez menos los que vamos quedando. En el caso de los supermercados pasa que el cliente dice «voy a buscar la parte de alimentación y de paso veo algo que me gusta y me lo llevo». Pero después lo que observo es que cada uno de los que quedamos tiene su personalidad super marcada. Y cada uno se dedica a algo diferente dentro de lo mismo, llámese gastronomía, casamientos, ir por precio. En ese sentido hay lugar para todos porque tenemos mercadería distinta, incluso para el mismo público.

Los proveedores nos comentan de que somos cada vez menos los que vamos quedando"

Sandra Valdés, directora de Bazar GayMar (Foto: Francisco Flores)
Sandra Valdés

Y, ¿a qué público apuntan?

Fuimos mutando, primero apuntamos a los precios y ahora la gente nos busca mucho por la variedad que ofrecemos. Nosotros no importamos, trabajamos con importadores de plaza, hacemos estrategias juntos, nos apoyan y apuntamos a un público medio, medio-alto, porque la calidad implica otro costo. No hablo de mercadería barata que dura para hoy, la gente quiere que le dure, realmente está valorando la calidad. Pero (tampoco) limitaría mucho el público, porque a veces algunos hacen un sacrificio para llevar una mercadería que sea más duradera.

¿Qué productos son los que impulsan la venta de GayMar?

¿Antes o después de la pandemia? (Se ríe). El consumo ha cambiado increíblemente. Antes de la pandemia los productos estrella eran los vasos, cubiertos y platos; hoy en día eso se ha estancado y pasó a ser todo lo que es cocina. La gente está cocinando en sus casas, con sus hijos, está viendo mucho canales en televisión o Youtube y vienen a buscar productos para hacer todo eso.

En un bazar hay toda clase de productos. ¿Cuál es el límite al sumar una categoría nueva?

Ahora estamos vendiendo mascarillas por el COVID-19, también desinfectantes y muchos pulverizadores, o sea, tenemos la mente abierta a probar nuevos productos. Antes de la pandemia, probábamos productos nuevos que trajeran los proveedores, como mantas y textiles, algún mueble, cosas bien distintas. Vemos la reacción del público y si tiene movimiento lo dejamos. Nos gusta experimentar y más cuando tenemos el apoyo del proveedor de que, si no funciona, lo podemos devolver. Si no funciona, seguimos con los productos básicos de siempre, que son un montón. En 4.000 productos hay mucho para elegir.

Bazar. "Si bien tratamos de posicionarnos en las redes, a la gente le gusta venir", afirma Valdés. (Foto: Francisco Flores)
Bazar. "Si bien tratamos de posicionarnos en las redes, a la gente le gusta venir", afirma Valdés. (Foto: Francisco Flores)

Regularmente atienden a empresas. ¿Cómo afectó el coronavirus ese negocio?

La mayoría de las empresas con las que trabajamos son bares, restaurantes, boliches y cervecerías. Por eso es que ha cambiado tanto la mercadería de consumo, porque vienen a buscar vasos, cubiertos, platos y dips para reponer y eso hoy está en standby. Entonces, nos ha cambiado un poco la ecuación. Antes de la pandemia, teníamos un 30% de venta a empresas y el resto a consumidor final.

¿Cómo vienen las ventas?

Veníamos en crecimiento, a un 10% anual. El tema es que con nuestra trayectoria ya tenemos idea de que hay un paréntesis en los años de crisis, y también en los años electorales. Ahí la cabeza del consumidor está en otro lado.

Los locales del Centro reabrieron en su mayoría hace un par de semanas, en cambio el bazar siempre estuvo trabajando. ¿Cómo ha visto el movimiento comercial?

Fue muy tímido al principio de parte de los clientes. En esta cuadra quedamos cuatro locales abiertos con restricción de gente, de horario y aplicando las medidas sanitarias que se pedían e incluso más. En la medida que la gente fue tomando un poco más de confianza creció el consumo. Los clientes salían a comprar una olla, un molde para cocinar en su casa. Ya a partir de principios de mayo abrieron los (demás) locales.

4.000

Es la variedad de productos que integran el catálogo del bazar. Los vasos, platos y cubiertos son los que caracterizan a la tienda, aunque con la pandemia los de cocina han crecido en demanda.

10%

Es el porcentaje de crecimiento anual de las ventas del bazar. Hasta la pandemia de coronavirus en Uruguay, el 70% de las ventas eran a consumidores finales y el 30% restante a empresas.

¿Costará recuperar la confianza del consumidor?

Dependerá un poco de cada categoría. Ahora, por lo visto creo que no va a costar tanto. Por la evolución que hemos tenido en cuanto a las visitas al local, creo que no. Con las medidas existentes, el uso de mascarilla, el distanciamiento, las precauciones que toma la gente, no dejan de venir.

En 42 años han atestiguado varias crisis. ¿Esta del coronavirus es peor que la de 2002?

Sí, porque abarca al 100% y además no sabemos cuándo va a terminar. Hay que ir con pie de plomo en muchos aspectos como las compras, los pagos, el movimiento de mercadería, hay que observar cómo se mueve el consumidor, cuándo reabrirán los restaurantes y bares. Estamos un poco todos a la expectativa. Creo que la salida va en tener la mente abierta e ir viendo por dónde caminar. Hay mucha oportunidad en esto que está pasando respecto a los cambios y la creatividad, el tema es tomárselo con calma.

Con la pandemia se acentuó la compra online. Sin embargo, da la impresión de que el bazar tiene el corazón en la tienda física. ¿Cómo ponderan esos canales?

Es así, absolutamente. Nos pasa que nos llaman los clientes mientras están mirando la página web y nos dicen «voy para ahí». O sea, se asesoran y después vienen por el local y compran acá. El cliente quiere venir, tocar el producto, verlo, ver otras cosas. En la tienda está todo dispuesto para eso, pueden circular y ver lo que quieran, está la libertad del autoservicio, entonces es un plus. Si bien tratamos de posicionarnos más en las redes, a la gente le gusta venir.

¿Adónde ve la empresa de cara al futuro?

Ahora nos encontramos en un momento de quiebre, porque esto que está pasando nos ubica un poco en la realidad. Nos guiamos mucho por el día a día, por cómo evoluciona el entorno, que acá es bien diferente respecto de otros países, y somos muy flexibles. No pensamos abrir más locales aunque sí quizás profundizar en las redes y continuar en el día a día y según lo que los clientes nos pidan. Es la cintura que aprendimos a tener en este par de meses. Por otra parte, estamos frente a la oportunidad de reestructurar la gestión y ver una posible sucesión... está dentro de las posibilidades a futuro.

"La mayoría de las compras de bazar son impulsivas"

Valdés. "Algo que nos ha hecho una diferencia en cuanto al conocimiento y a que nos visite gente joven es Instagram", dice.
Valdés. "Algo que nos ha hecho una diferencia en cuanto al conocimiento y a que nos visite gente joven es Instagram", dice.

El bazar no suele hacer publicidad. ¿Cómo contactan al consumidor para estimular las ventas?

Hemos probado con publicidad en televisión con alguna personalidad reconocida de la gastronomía, también en radio y no nos ha dado un resultado acorde a la inversión. El boca a boca surge de una generación un poco más grande que la generación previa a los shoppings, y mucho más anterior a la de las redes sociales. Esa generación le comenta de nosotros a las más chicas. Cuando alguien dice «me voy a mudar solo, tengo que comprar todo para mi casa», las madres o abuelas les dicen «te llevo a bazar GayMar que tenés de todo». Por otro lado, algo que nos ha hecho una diferencia en cuanto al conocimiento y a que nos visite gente joven es Instagram.

¿Qué tan espontánea es la compra de bazar?

La mayoría es por impulso. Lo digo porque los comentarios que vemos son del tipo «pasé a ver si tenían un pulverizador y me llevo un canasto lleno». Es muy a impulso. Por eso agradezco que prefieran venir y no comprar tanto en la web (risas).

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