FINANZAS DE BOLSILLO

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Comprar un auto

no es una decisión que se tome de un día para el otro, ya que lo usual es ponderar varios aspectos antes de poner la firma. ¿Cuál es la inversión que se quiere hacer? ¿Cuál es el nivel de seguridad? Y así, la lista de preguntas sigue y sigue. En este Finanzas de Bolsillo veremos a qué prestar atención a la hora de adquirir un vehículo.

Obviamente, no es lo mismo comprar un auto usado que comprar un cero kilómetro. Lo que el comprador debe mirar es diferente, salvo algunas excepciones como el color y el modelo, que son más subjetivos. Después, hay otros temas que son específicos de cada uno, como con cuánto dinero se cuenta y si se quiere adquirir un préstamo bancario.

“Por obvio que parezca, el primer paso es tener las cosas claras. Antes de comenzar a buscar el auto ideal es necesario saber qué tipo de vehículo se está buscando. Es decir, definir cuáles son las necesidades y cuáles son las características esenciales deseadas y, en base a ello, establecer un presupuesto aproximado”, dijo Carolina Gianola, gerente de communications & responsible business de BBVA Uruguay.

“También es importante establecer a largo plazo las necesidades que va a cubrir el vehículo, ya que un auto tiene una media de vida útil de 13 a 14 años, aunque esto depende del tipo de uso que se haga. No es lo mismo viajar constantemente, que realizar pequeños desplazamientos diarios”, añadió.

El gerente comercial de Car One, Emiliano Aldabalde, dijo que, a diferencia del cero kilómetro, el auto usado es un “producto único e irrepetible”. El nivel de uso que tiene es distinto al de cualquier otro vehículo. En esa línea, entiende que “importa mucho” su estado. Puede que tenga “cosas que estén a la vista y otras que nadie las vio. Ni siquiera es un tema de mala voluntad porque hay piezas que, por su desgaste, se pueden romper en cualquier momento”. Por eso, las “primeras grandes variables a tomar en cuenta son las certezas y garantías” del rodado.

“Para mí es muy importante que alguien me diga que el auto está bien y confiar en que esa persona se va a hacer cargo (si sucede algo). También certezas en términos de documentación” porque puede “tener un tema de papeles”, añadió.

En esa línea, contó: “Históricamente, cada vez que íbamos a comprar un auto nos fijábamos en el precio y si nos gustaba. Y a veces hasta si nos gustaba el color, algo que no importa porque lo único relevante es su estado y las garantías que tenés”.

¿Y sobre el auto en sí? ¿Qué mirar? Aldabalde entiende que es un punto “muy subjetivo” ya que depende de qué auto preferís. Como comprador, contó que “miraría en términos de chapa y pintura”, ya que con el ojo no entrenado es “bastante fácil” ver qué gastos puede tener. También observaría el “desgaste del volante, de la palanca de cambio y el tapizado”, que son “difíciles de ocultar”.

Otra situación a la que se puede enfrentar el comprador es que el auto haya tenido un choque. El gerente comercial de Car One contó que “se puede ver el estado general de la chapa y pintura abriendo las puertas y el baúl”. Al mismo tiempo, aclaró que “no tiene nada de malo” que el vehículo haya pasado por esa situación porque, a pesar de ello, puede “seguir siendo un auto fantástico”.

“La gente cree que un auto chocado dejó de ser útil y valioso, y no. Hoy en día los autos se arreglan y quedan mejor que antes. En esas instancias se cambian piezas que ya tienen desgastes y demás”. Después de que se tiene conocimiento de la situación, “en función de eso y dependiendo de qué tan bien o mal arreglado está, tendrá un precio”.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Concesionarios de Marcas de Automotores (Ascoma), Alberto Bernheim, entiende que se debe saber quién hizo los arreglos si el auto tuvo un choque o una reparación mayor.
También aconsejó que alguien con conocimiento en la materia lo revise porque la tarea “lleva más que sentido común”. Algunas veces se necesitan “herramientas tecnológicas para chequear” algunas cosas como, por ejemplo, cuál es su kilometraje real, comentó.

Si el auto tuvo un choque, “se pudo haber reparado bien y estar en condiciones. De cualquier manera, hay que tener la visión de algún técnico” por más de que digan “que se hicieron los servicios en tiempo y forma y que la documentación está bien”, explicó Bernheim.

También cree que es bueno “tener la trazabilidad de qué se hizo con el auto”. Por ejemplo, saber dónde lo compró, dónde se realizaron los services, si se siguió el procedimiento de mantenimiento que indica el fabricante u otra cosa. En esa línea, recordó que hacer el mantenimiento con un servicio oficial es “primordial”.

Otro tema que consideró importante es comprarle a “gente establecida”. “Como todos los negocios, hay personas que venden autos que no están dentro de la ley”, señaló, y se preguntó: “¿Qué seguridad o tranquilidad puedo llegar a tener por la parte mecánica y jurídica? ¿Estará la documentación en regla?”.

Bernheim entiende que hay que centrarse en la necesidad a la hora de buscar el vehículo. El presidente de Ascoma planteó: “¿Voy a hacer tramos cortos? ¿Voy a usarlo solo? ¿Voy a hacer carretera? ¿Voy con la familia todos los días porque los tengo que repartir? Después, la billetera va a definir hasta cuánto puedo o quiero invertir. No creo que haya autos buenos o malos. Hay algunos de marcas más reconocidas y menos reconocidas”, comentó.

En esa línea, dijo: “Si me voy a una marca menos conocida y una representación nueva, que no quiere decir que sea malo, habría que estudiar un poquitito más cómo es el periodo de garantía, qué incluye y si tiene servicio en todo lados”.

Por su parte, Aldabalde entiende que la compra de un auto nuevo “tiene que ver con cuál es el mejor mix precio producto que se puede encontrar. Es subjetivo porque entra el valor de la marca”, algo que vería de persona a persona.

Además de lo estético, contó que “miraría temas de seguridad y de respaldo”, cuestiones “que son bastante más objetivas y donde “se empareja todo el mundo. Uno puede comprar un auto cero kilómetro y a los tres años no lo traen más al país o a los 10 años se discontinuó”.

También observaría el valor de reventa de la marca. No obstante, Aldabalde entiende que, si un auto es “sustancialmente más barato el otro”, capaz que esta variable valor “no es tan importante porque estoy comprando” a un costo menor.

Y, después de decidirse por uno, “vería cuándo es más conveniente venderlo. Capaz que en Uruguay nos quedamos mucho con los autos y, en realidad, es mucho más conveniente venderlo cada dos o tres años y no pasarte de los 40.000 kilómetros”, añadió.

¿Es necesario llamar a un escribano a la hora de comprar un vehículo? La escribana Andrea Ramond del estudio Castellán contó a El País que la primera pregunta que realiza es si la compra es de un auto cero kilómetro o un auto usado. Si es la primera opción, “podés ir con la automotora. Va a facturar el vehículo a tu nombre —será el comprobante de que lo adquiriste— y va a realizar los trámites de empadronamiento para que tengas la libreta de la intendencia, la cual se determina según el domicilio”. Por lo tanto, la persona “puede no hacer título” de propiedad.

Por otra parte, con el auto usado hay que diferenciar entre comprarle a una automotora y un particular. “En general, cuando se compra en una automotora es porque la empresa se dedica a la venta y reventa de vehículos. Entonces, vende uno y muchas veces toma otro como parte del pago. Cuando eso sucede, por lo general, la compañía tiene una escribana que verifica” la situación del bien. Después, el escribano del comprador “coteja la documentación ya gestionada” y le hace el título al comprador, explicó.

¿Y cuándo se le compra a un particular? “Podés encontrarte dos situaciones: que lo haya comprado cero kilómetro y, por lo tanto, no tenga título de propiedad porque optó no hacerlo” o que sí tenga título. Si es el primer escenario, el escribano va a “controlar que efectivamente no haya un título inscripto y que el vendedor sea el titular municipal”. También va a “chequear que esté libre de embargos, prendas y si es un bien ganancial”. Si tiene título, el escribano “tiene que estudiarlo para ver que esté bien” y, además, “chequear la información registral”, añadió.

“Todo se concluye, salvo cuando se compra un cero kilómetro, en la firma de un título de automotor, que luego se presenta en el Registro de Automotores. Después de la inscripción, se hace la transferencia municipal a nivel de la intendencia”, indicó.