“Hacemos hincapié en la responsabilidad de proporcionar productos y materiales de calidad y con certificaciones que cumplan con los estándares sociales y medioambientales más rigurosos. De esta manera, aseguramos una gestión sostenible y responsable tanto con la naturaleza como en el proceso de fabricación”, añadió.

Fundada el 2 de mayo de 1996, Maguinor Maderas nació con el claro objetivo de trabajar con este noble material. “Se conformó un fabuloso stock, donde las especies locales comenzaron a convivir con otras de la región y luego con otras de todas partes del mundo. Contamos con 45 especies diferentes de madera, cada una con sus particularidades y características, que las hacen eficientes para el diseño y la construcción, informó.

La compañía ocupa más de 35.000 m2 de depósito, con 43.000 m² de superficie parquizada y 5.500 m² de almacenamiento techado. Además, la firma posee “un equipo de trabajo especialmente capacitado y entrenado para trabajar con la madera”, señaló Hughes. Instalados en Montevideo y en Punta del Este, “bien podemos afirmar que para los Hughes, la madera no guarda secretos”.

En lo que tiene que ver con construcciones en seco y livianas, el empresario comentó que “indudablemente el Wood Frame es la mejor opción”. En Maguinor, se trabaja “con Pino Finlandés de UPM Timber para el Wood Framing, que proviene de aserraderos abastecidos al 100% con energía renovable y de bosques de manejo sustentable con certificación PEFC”.

La firma también utiliza vigas laminadas de Abeto, que se crean “uniendo listones de madera en secciones horizontales, lo que resulta en vigas resistentes con fibras en dirección longitudinal”. Son ampliamente utilizadas a nivel mundial por su considerable capacidad de carga, estabilidad dimensional y resistencia a la humedad y al fuego.

“Además, las maderas duras que usamos en nuestra empresa son de fácil reposición y versátiles, utilizadas en la construcción, tirantería para techos, cortes a medida y madera para pérgolas, entre otros”, comentó el entrevistado.

La compañía también ofrece variantes tradicionales de maderas duras y semiduras para estructuras, haciendo especial hincapié en contar con las mejores calidades de cada especie, y las más acordes para cada posible uso, como tirantería exterior o interior, estructuras, pisos, mobiliario, decks, entre otros.

“La madera desempeñó un papel fundamental en la historia de la construcción y lo sigue teniendo en la industria de la construcción moderna”, comentó Hughes quien añadió que es “una opción invaluable para una amplia variedad de aplicaciones constructivas: desde estructuras principales hasta acabados interiores y exteriores”.

Por otra parte, es un material de construcción ligero y relativamente fácil de trabajar, lo que facilita su transporte y manipulación en el sitio de construcción. Construir en madera “es una inversión a largo plazo en la construcción de edificios y estructuras. Desde un punto de vista arquitectónico, ofrece una estética natural y cálida que es apreciada por muchos”, indicó el directivo de la compañía.

“Erróneamente, se la suele concebir como un material que la industria irá sustituyendo con alternativas industrializadas, pero la bibliografía y la evidencia empírica desmienten esta visión”, sostuvo el empresario.

“La innovación y el desarrollo son pilares fundamentales de la industria en la extracción, el manejo sostenible, la ingeniería aplicada, el mejoramiento de cortes y terminaciones, entre otras cosas”, agregó.

La industria maderera ha desarrollado procesos de modificación térmica, que conllevan cambios sustanciales a nivel molecular, capaces de permitir que especies de madera que naturalmente no tienen buena durabilidad a la intemperie, se vuelvan especialmente eficientes cuando se exponen al exterior.

“En Maguinor, aplicamos este tratamiento a maderas como el bambú, abeto, pino finlandés, roble y fresno, entre otras. También lo utilizamos en pisos y cielorrasos. Además del tratamiento de termotratado, empleamos una variedad de sistemas y tratamientos”, explicó Hughes.

Destacó que la madera es un recurso renovable y por lo tanto sostenible y amigable con el medio ambiente, mientras que la industria de la construcción “es responsable de, aproximadamente, el 40% de las emisiones totales de dióxido de carbono, siendo solo el acero y el cemento responsables de un 16%”. La madera “es el único material constructivo que necesita energía solar para crecer, y durante ese proceso, los árboles liberan oxígeno y absorben dióxido de carbono”.

Sin embargo, cuando los árboles mueren o hay incendios forestales, liberan el dióxido de carbono almacenado. “Por lo tanto, cuando la madera se convierte en material de construcción, tiene un doble beneficio: se utiliza en lugar de alternativas más contaminantes y contribuye a la captura de gases de efecto invernadero”, precisó Hughes.

“En este mundo que confunde sostenibilidad con sustitución, debemos hacer del conocimiento y la información, el recurso más valioso para la toma de decisiones, y en el caso que nos compete, para la construcción de espacios habitables”, finalizó Hughes.