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Las oficinas se renuevan para incubar mejores ideas de negocio

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Víctor Feingold. El presidente ejecutivo de Contract habló de los "truquitos" de los arquitectos para hacer más agradable la experiencia en la oficina.

Tendencias

Apuntan a estéticas más sofisticadas o naturales para estimular la creatividad.

Los monótonos y asfixiantes cubículos representan un tipo de oficina en desuso. Esto no solo por una cuestión estética sino por su impacto negativo en el bienestar de los trabajadores. Es que, según una encuesta de Gallup, el 77% de las personas «no está comprometida» con su trabajo por causa de la falta de espacio en la oficina. En respuesta, surgieron diseños en sintonía con el espíritu abierto y colaborativo que buscan predicar hoy las empresas. Pero incluso este modelo está en evolución. Las tendencias de coworking muestran entornos más luminosos y naturales, otros más cercanos a un club privado, a la vez que incorporan y se adaptan a las nuevas tecnologías.

Como reflejo de estas innovaciones es que ahora «las grandes compañías quieren tener sus propias versiones de WeWork», comentó el experto británico Philip Ross aludiendo a la exitosa marca internacional de espacios de cowork.

Escritor, consultor y CEO de Ungroup —grupo de empresas especializadas en el futuro del trabajo—, Ross disertó el jueves pasado en Worktech Montevideo, evento organizado por la firma Contract Workplaces.

Al referirse a esta necesidad de grandes empresas, Ross citó el caso de la consultora KPMG, que creó en Londres un «club» de 1.300 metros cuadrados (m2), desprovisto de escritorios y oficinas convencionales, y que dispone de bar, restaurante y terraza como espacios para que el personal pueda relajarse durante la jornada laboral.

The Battery, en San Francisco, recrea también el ambiente de un club —privado y exclusivo— donde se fomenta «la interacción y la inspiración», según anuncia en su sitio web. Este tipo de proyectos están pensados como un «segundo hogar» (por ejemplo, en The Battery destaca el living decorado con cómodos sillones de cuero y una biblioteca, un ambiente que evoca al de los clubes de caballeros de alta sociedad europeos). «No es tu casa, pero tampoco el espacio de trabajo tradicional», apuntó Ross.

Una tendencia en ascenso, según el experto, son los espacios de coworking con un foco específico. Tal es el caso de The Hospital Club, creado por el cofundador de Microsoft, Paul Allen, que reconvirtió un viejo sanatorio en un «hub» para profesionales de la creatividad en cuyo sótano funciona un estudio de TV de 250 m2.

Twentytwo. El rascacielos contará con un muro escalable como atractivo.
Twentytwo. El rascacielos contará con un muro escalable como atractivo.

Uno de los proyectos más ambiciosos que se hace eco de estas tendencias es el rascacielos Twentytwo, en fase de construcción en Londres. El edificio, de 278 metros de alto, se propone como un centro para una «comunidad de negocios diversa». En sus más de 50 pisos despliega zonas de coworking, una aceleradora de empresas, áreas de descanso (con servicios de spa, yoga, pilates y atención médica), gimnasio (¡con muro para escalar incluido montado sobre una ventana!), club social, parking para hasta 1.700 bicicletas, restaurantes y galería de arte, además de proporcionar Wi-Fi en todo el recinto.

A propósito de tecnología y conectividad, el experto afirmó que el diseño deberá atender el desafío que impone la incorporación creciente de los robots al mundo del trabajo así como de las herramientas basadas en el comando de la voz.

La luminosidad es otro de los sellos del rascacielos, gracias a sus amplísimos ventanales.

Microsoft. La tecnológica construyó "casitas del árbol" en uno de sus campus.
Microsoft. La tecnológica construyó "casitas del árbol" en uno de sus campus.

El contacto con la naturaleza y la luz natural son dos requisitos cada vez más presentes en los espacios de trabajo. Tanto, que en Microsoft fueron un paso más allá y construyeron en su campus Pacific Northwest Douglas tres casitas en los árboles para que sus empleados trabajen más a gusto, mostró el gerente de la compañía en Uruguay, Rodrigo Astiazarán.

Para el presidente ejecutivo de Contract Workplaces, Víctor Feingold, el contacto con la luz natural en los ambientes de trabajo es uno de los «truquitos» que tienen los arquitectos para hacer más agradable la experiencia en la oficina. Este es uno de los hallazgos de la neurociencia puesta al servicio de la arquitectura. «Nuestra cabeza no está preparada para el encierro», sentenció Feingold. Es por eso que cuando el lugar de trabajo resulta opresivo desde lo arquitectónico las personas tienden a somatizar las consecuencias a nivel físico o mental. Por eso llamó a «empoderar» a las personas a través del diseño del espacio físico, lo que redunda en un aumento de la productividad, la innovación y la creatividad, concluyó.

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