Lidereazgo

Una combinación de presencialidad con virtualidad, con una gestión de equipos remotos locales e internacionales y mayor respeto por la vida familiar, son los elementos que compondrán el escenario laboral en el Uruguay pospandemia.

Esa es la conclusión a la que arribó el estudio «Futuro del trabajo, liderazgo, talento e inclusión», diseñado por investigadoras del IAE Business School de Argentina y Marea Consulting de México, que tuvo en el capítulo local a la UCU Business School de la Universidad Católica de Uruguay.

El estudio relevó la opinión de 125 líderes de empresas (53% mujeres), principalmente entre 26 y 55 años (83%), que en su mayoría concluyó que este nuevo escenario se deberá a los efectos de la nueva tecnología en el modo de dirigir y liderar los equipos de trabajo.

La investigación tuvo en su muestra un 37% de empresas con menos de 200 empleados y 36% con más 1.000 empleados, recabó la visión de líderes de diversas compañías de distintas industrias y sectores de todos los países de la región, entre octubre de 2020 y enero de 2021.

La implementación de soluciones digitales (26,3%), la identificación de riesgos y estrategias (22,9%) y el rediseño del plan de negocios (22%) son las medidas más valoradas para afrontar la nueva realidad, según los encuestados, quienes en un 66,9% de los casos consideran como positivo el impacto que causará la inserción de nuevas tecnologías.

Al ahondar en cómo tendrá que ser el futuro líder ante esta nueva realidad, un 87% dijo que deberá tener un pensamiento crítico y una visión sistémica, y que deberá contar con un alto grado de innovación, creatividad y espíritu emprendedor (85%). A su vez, fue muy valorado (85%) el hecho de que sepa hacer primar el interés colectivo sobre el individual.

En este sentido, habilidades como la agilidad para reinventarse y un liderazgo adaptativo (95% cada una) son consideradas esenciales por los uruguayos al momento de adaptarse a los cambios, seguidas de una comunicación más asertiva.

Uno de los mayores cambios que traerá la nueva normalidad es el respeto por la vida personal y familiar de los colaboradores, aseguró un 70% de los encuestados. Para lograr esto, el foco principal, según el 86% de las respuestas, deberá estar puesto en asegurarse que en los procesos de gestión del talento, las responsabilidades familiares no sean vistas como un impedimento para el desarrollo profesional. Dicha acción es valorizada por los hombres en un 78% de los casos y más aún por las mujeres (93%), hecho que evidencia que ellas ven condicionada su trayectoria laboral por atender las demandas de su vida familiar (ver recuadro).

En ese camino, se considera que ofrecer la posibilidad de trabajo parcial con un salario proporcional es una de las principales medidas que contribuye a una mejor integración de la vida personal y laboral.

Mujeres son un diferencial, pero cuesta avanzar

En el capítulo sobre la mujer en puestos liderazgo, el estudio reveló que si bien directores y altos mandos tienen «un interés genuino por la inserción» y la consideran «una ventaja competitiva y una propuesta ganadora para el futuro del trabajo», pocas empresas lo han logrado. Para revertirlo, un 85% dijo que es necesario «promover aún más una cultura incluyente que deje de lado comportamientos sexistas» y «vencer sesgos y prejuicios existentes relacionados con el aporte que puede hacer la mujer en el trabajo».