EFE, AFP
Grecia continuaba ayer jueves la búsqueda de sobrevivientes del naufragio de un barco sobrecargado de migrantes en el mar Jónico, en el que murieron al menos 78 personas. Dos barcos patrulleros, un helicóptero y otros seis buques patrullan las aguas al oeste de la península de Peloponeso, una de las zonas más profundas del Mediterráneo, dijo a la AFP una portavoz de los guardacostas.
Estos indicaron que hasta ayer habían recuperado 78 cadáveres de la tragedia ocurrida el miércoles, por la cual Grecia declaró tres días de duelo. Una fragata de la marina griega atracará el jueves con los cadáveres, según la guardia costera.
“Podría tratarse de la peor tragedia marítima de los últimos años en Grecia” afirmó Stella Nanou, del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a la televisión pública ERT.
Las autoridades griegas detuvieron ayer a nueve hombres de nacionalidad egipcia, que se encontraban entre los rescatados, bajo la acusación de tráfico ilícito de personas.
Hasta el momento se han rescatado con vida a 104 personas, pero se teme que cientos más están desaparecidas, según el testimonio de los sobrevivientes. “Son todos hombres”, indicó la portavoz de la guardia costera.
El vocero gubernamental Ilias Siakantaris dijo el miércoles que, de acuerdo con informes sin confirmar, había hasta 750 personas a bordo del barco pesquero.
Protestas
Miles de personas se manifestaron ayer en las principales ciudades de Grecia.
Según la Policía griega, unas 8.000 personas protestaron en el centro de Atenas en contra de las políticas migratorias de la Unión Europea (UE) y de Grecia que, según denuncian, convirtieron al bloque en una “fortaleza” y al Mediterráneo en un “mar de muertos”.
Altercados limitados se produjeron en la capital después de que manifestantes tiraran bombas molotov contra la Policía antidisturbios, que respondió con gases lacrimógenos.
También se realizaron movilizaciones en Salónica, Patras y la ciudad portuaria de Kalamata, donde fueron trasladados los 104 rescatados.
“Dilo fuerte, dilo claramente, fronteras abiertas para los refugiados”, gritaban los manifestantes frente al Parlamento griego.
En un acto simbólico, la gente envió decenas de cometas en el cielo frente al Parlamento en memoria de las víctimas de lo que podría ser una de las mayores tragedias migratorias de la historia en el Mediterráneo. Así lo definió Frido Herinckx, director de operaciones de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) en un comunicado emitido ayer, y agregó: “Es desgarrador y sencillamente inaceptable que estas personas, que buscaban seguridad y un futuro mejor, hayan muerto en las fronteras de la Unión Europea en 2023”.
El Papa Francisco también se pronunció. En un telegrama enviado ayer en su nombre por el Secretario de Estado, Pietro Parolin, al nuncio apostólico en Grecia, Jan Romeo Pawlowski, Francisco “ofrece sentidas oraciones por los numerosos emigrantes fallecidos, por sus seres queridos y por todos aquellos que han quedado traumatizados por esta tragedia”. A “los supervivientes, a quienes les ofrecen atención y refugio, y al personal de rescate”, el Papa “invoca los dones de fortaleza, perseverancia y esperanza de Dios Todopoderoso”, se lee en el telegrama.