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Turín-Lyon, la línea de tren que tiene en vilo al gobierno italiano

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Trabajos de construcción de la línea del tren entre Francia e Italia que cruzará los Alpes. Foto: AFP

LAS TENSIONES EN EL GOBIERNO DE ITALIA

Se ahonda la crisis y temen continuidad de la coalición entre M5S y la Liga.

El proyecto para la construcción de un tren de alta velocidad entre Turín y la ciudad francesa de Lyon está agravando la crisis entre los dos socios en la coalición del gobierno italiano: el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga.

El Parlamento aprobó esta semana continuar con el proyecto ferroviario de alta velocidad (TAV) entre Turín y Lyon, pero los socios en el gobierno votaron divididos: M5S en contra y la Liga a favor.

No es un tema baladí en Italia, dado que el M5S creció al calor de las protestas contra el proyecto, mientras que la Liga, que gobierna en gran parte del norte, está a favor de completarlo.

La coalición plasmó así nuevamente su división en uno de los temas más candentes en Italia.

El M5S había presentado una moción no vinculante para emplazar al Parlamento a estudiar el modo de romper el tratado internacional firmado hace 20 años con Francia que establecía la realización de la obra. Sin embargo, el texto fue solo apoyado por el M5S y rechazado por la Liga, así como por la totalidad de la oposición en bloque.

Lo que hizo que los dos socios en la coalición de gobierno, ya de por sí bastantes divididos en otras cuestiones, dejaran plasmadas en el Parlamento sus posturas irreconciliables en este tema. Todo a pesar de que el primer ministro, Giuseppe Conte, figura de consenso elegida por el M5S y la Liga, haya expresado a la Comisión Europea su postura favorable a terminar las obras para no perder las subvenciones.

Por eso desde la bancada de la Liga, el portavoz Massimiliano Romeo, criticó la moción de sus socios y previó “responsabilidades políticas”, sin dejar claro si esta votación afectará en algo en la continuidad del Gobierno.

“En un tema tan importante, tener dos partidos de coalición que votan de forma diferente, pone sobre la mesa una cuestión política clara y evidente: quien no vota a la TAV asumirá la responsabilidad política de lo que venga en los próximos días o meses”, amenazó Romeo, en un discurso que parecía el preludio de una crisis.

Línea de tren de Turín a Lyon. Foto: El País
Línea de tren de Turín a Lyon. Foto: El País

El líder del M5S, Luigi Di Maio, ministro de Desarrollo y vicepresidente del Gobierno, abandonó la Cámara Alta sin mediar palabra.

La división entre el M5S y la Liga entusiasmó a la oposición, que no ve el momento en que este Gobierno caiga. El líder del Partido Demócrata (PD), Nicola Zingaretti, instó al primer ministro a acudir ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella, para aclarar esta “crisis”.

Crisis o bluff.

En Italia, la pregunta que sobrevuela es si esta votación podría suponer el caos o el final del Gobierno entre el M5S y la Liga a poco más de un año de su investidura.

Y muchos creen que la moción del M5S es solo un “paripé” para, de alguna manera, justificar ante su electorado la continuidad de la obra, pues el resto de partidos están a favor y abortarla saldría demasiado caro. “La crisis es un «bluff»”, atajó la senadora de +Europa, Emma Bonino.

Muestra de ello es que tras la votación, el ministro de las Infraestructuras, Danilo Toninelli, del M5S, apostara por seguir adelante con otras obras, después de recibir duras críticas del líder de la Liga, Matteo Salvini, que le acusa de obstruccionista.

Lo que sí parece claro es que Salvini es el verdadero “dominus” del Ejecutivo italiano, al haberse salido con la suya en este tema y con la aprobación también esta semana del cuestionado decreto que establece medidas contra las oenegés que salvan inmigrantes en el Mar Mediterráneo.

La línea ferroviaria entre Turín y Lyon deberá cruzar los Alpes para integrarse al llamado Corredor Mediterráneo, que unirá el este y oeste de Europa a lo largo de 3.000 kilómetros para favorecer los intercambios comerciales.

El tema es uno de los principales nudos en el gobierno italiano, que encargó un informe sobre costes y beneficios que determinó que la diferencia es negativa por un valor de 7.000 millones de euros, aunque muchos ponen en duda la veracidad de este estudio.

El proyecto también ha provocado división en la sociedad italiana, y desde hace años han surgido varias asociaciones que exigen el fin de las obras, llegando incluso a sabotearlas.

Las organizaciones como “No TAV” se han opuesto durante décadas a esta obra, al considerarla inútil, cara y peligrosa para el medio ambiente y la salud de las poblaciones de los Alpes, pues temen la remoción de toneladas de uranio y amianto de las montañas. (En base a EFE)

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