Publicidad

Trump, un presidente nunca visto, con récord de despidos

Compartir esta noticia
Donald Trump. Foto: Reuters

Tiempos diferentes

La puerta giratorio de Trump.

En los últimos meses, la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, se había convertido en una presencia habitual para cenar en el Trump International Hotel, en Washington. Había sido acosada y abucheada cuando cenó en otro restaurante después que fue identificada como el rostro de algunas de las políticas de inmigración de línea dura aplicadas por el presidente Donald Trump -caso de la separación de familias- y su afinidad con el hotel, un lugar de reunión de personas que apoyan al presidente, parecía una señal de que se sentía segura en el ámbito del gobierno.

Sin embargo, su estatus en la Casa Blanca, donde recibió andanadas de críticas de Trump durante reuniones del gabinete, no era seguro.

Por tanto, cuando Nielsen concurrió a la Casa Blanca, en la noche del domingo pasado para reunirse con el presidente y discutir algunas divergencias, también estaba preparada para evitarproblemas, al dejar a Trump, quien es conocido por despedir a funcionarios, libre de culpa. Después que el presidente indicó que estaba buscando un cambio, Nielsen le dijo que renunciaría, dejándolo libre de una ministra que lo había desilusionado.

Trump y despidos by on Scribd

Esperado.

La partida de Nielsen, anunciada esa misma noche, resultó abrupta, pero de ninguna manera sopresiva y es la penúltima -el último es el Director del Servicio Secreto- de una creciente fila de altos funcionarios que han dejado la administración - debido a sus propias frustraciones con el presidente o porque este se encontraba desilusionado con ellos. Habitualmente es por las dos causas. Trump hizo responsable a Nielsen por el aumento de los cruces de inmigrantes ilegales en la frontera suroeste de Estados Unidos. Y, Nielsen quería decirle a Trump que ella estaba molesta por no haber sido notificada con anticipación sobre el retiro de Ron Vitiello como candidato a desempeñarse en ICE (organismo encargado del control de aduanas y fronteras), así como estaba frustrada por haberla excluido de reuniones sobre seguridad en Europa, la semana anterior, y ordenarle que acompañara al presidente en un viaje a la frontera con México, de acuerdo con lo que comentó una persona cercana a Nielsen.

El final de Nielsen se ha convertido en un hecho familiar en el gobierno de Trump. Un alto funcionario como el fiscal general Jeff Sessions o el ex secretario de Estado, Rex Tillerson, salieron del gobierno con una reputación necesitada de rehabilitación.

Ataques.

“Normalmente, las personas renuncian”, señaló Ronald Klain, quien fue jefe de gabinete del vicepresidente Joe Biden. “El presidente hace saber a través de un intermediario que está disgustado, y uno tiene que renunciar. El presidente dice algo negativo sobre ellos y tienen que irse. Pero, aquí, renunciar no es suficiente”.

Algunas salidas han sido más humillantes que otras. Desde la partida de Tillerson, Trump se ha referido a él como “burro como una roca” y un holgazán. Después de calificar la salida de su ex secretario de Defensa, Jim Mattis de “retiro” y de elogiar su desempeño, Trump se volvió contra él una vez que comprendió que la dimisión era una afrenta a su persona. “¿Qué hizo para mí?”, dijo Trimp de Mattis. “¿Cómo se desempeñó sobre Afganistán? No muy bien”.

Después de lanzar ataques verbales contra Sessions en público y en privado, Trump envió a su entonces secretario de la Presidencia, John Kelly, en noviembre pasado, a exigirle a Sessions la renuncia. Trump no le ha dado tregua desde que se fue del ministerio. En un discurso ante la Conferencia de Acción Política Conservadora, en marzo, Trump imitó el acento sureño de Sessions mientra enfocaba la decisión de este de haberse recusado en la investigación que hizo el fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en la campaña electoral de 2016.

Pero, Kelly sufrió su propio final innoble. Después que él y Trump definieron el plan de salida a fines de 2018, Kelly planeó hacer su propio anuncio en una cena de altos funcionarios en la Casa Blanca. Pero, el presidente optó por dar la noticia primero al decirle a los periodistas que Kelly iba a partir a fin de año.

Con algunas excepciones, como la salida en términos amistosos de la ex embajadora ante Naciones Unidas, Nikki Haley -hizo el anuncio en la Casa Blanca junto con el presidente- y de la jerarca de la Administración de Pequeños Negocios, Linda McMahon, los funcionarios de más alto nivel del gobierno son, con frecuencia, dañados por su ex jefe en tiempo real o con retraso.

“Estaré hasta que me eche por twitter”, dice Pompeo

El secretario de Estado, Mike Pompeo, cuenta con la opinión favorable del presidente Donald Trump. Pero, enfoca con un humor muy particular la perspectiva de lo que puede ocurrirle. “Estaré en el cargo hasta que me eche por Twitter”, bromeó Pompeo, en fecha reciente, en su estado natal de Kansas, cuando le preguntaron sobre su futuro político.

A su vez, Nikky Haley fue una estrella del gobierno. No temía decir lo que pensaba y se ganó la reputación de enfrentar a Trump cuando lo entendía justificado. Apareció junto a Trump, en diciembre para anunciar su decisión de irse.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Donald Trumpmundo

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad