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Trump muestra que maneja los hilos del Partido Republicano

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Trump ya manifestó su intención de presentarse en 2024. Foto: Reuters
(FILES) In this file photo taken on January 20, 2017, US President Donald Trump attends the Freedom Ball at the Washington, DC, Convention Center following his inauguration as the 45th US President in Washington, DC. - President Donald Trump said on January 8, 202, he would not attend his successor Joe Biden's inauguration after repeatedly rejecting the election result as a fraud and his supporters violently storming the US Capitol in Washington. "To all of those who have asked, I will not be going to the Inauguration on January 20th," Trump tweeted, without giving a reason for not attending. (Photo by JIM WATSON / AFP)
JIM WATSON

ESTADOS UNIDOS

Lo confirmó ayer miércoles con la expulsión de la congresista Liz Cheney como número tres de los republicanos en la Cámara de Representantes.

Donald Trump mantiene su gran influencia sobre el Partido Republicano. Lo confirmó ayer miércoles con la expulsión de la congresista Liz Cheney como número tres de los republicanos en la Cámara de Representantes.

A 18 meses de las elecciones de mitad de mandato y cuando faltan todavía tres años para las próximas presidenciales, el Partido Republicano castigó a Cheney, que se niega a aceptar la afirmación sin pruebas de Trump de que los demócratas cometieron fraude en las elecciones de 2020.

Cheney, una conservadora de Wyoming e hija del exvicepresidente Dick Cheney, perdió su puesto como número tres del partido en la Cámara de Representantes, en una votación a puerta cerrada.

No hubo discursos ni fanfarrias, dijeron los legisladores. En una votación ultrarrápida, los colegas republicanos de Cheney la ofrecieron como el último sacrificio político en la alineación del partido con Trump.

Después, Cheney dijo a los periodistas que no se sentía traicionada y señaló: “No podemos dejarnos arrastrar hacia atrás por las peligrosas mentiras del expresidente”.

“Voy a hacer lo que esté en mis manos para asegurarme que el expresidente no vuelva a acercarse nunca más (al poder)”, añadió.

Otros líderes republicanos argumentaron que actúan a favor de la unidad del partido y que las críticas de Cheney hacia Trump y lo que ella considera un “culto a la personalidad peligroso y antidemocrático” no han hecho nada para unir al partido, fracturado luego de las últimas presidenciales.

Trump -apartado de las redes sociales- reaccionó afirmando que Cheney es un ser humano “amargado y horrible”.

“Es una belicista cuya familia nos empujó estúpidamente a las desastrosas guerras sin fin de Medio Oriente, lastrando nuestros recursos y agotando a nuestras fuerzas armadas”, afirmó el exmandatario, agregando en un tono burlón que espera verla pronto como comentarista de cadenas como CNN.

Cheney pronunció el martes por la noche un discurso desafiante en la Cámara de Representantes, advirtiendo a sus correligionarios de la posibilidad de un “desmoronamiento” de la democracia, ya que Trump sigue engañando a millones de estadounidenses y sembrando dudas sobre la integridad de las elecciones.

“Permanecer en silencio e ignorar la mentira envalentona al mentiroso”, dijo Cheney.

“No me quedaré sentada en silencio mientras otros llevan a nuestro partido por un camino que abandona el estado de derecho”, agregó.

En medio de esta división en el Partido Republicano, el presidente Joe Biden se reunió el miércoles en la Casa Blanca con los cuatro líderes del Congreso: la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y su correligionario Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado, y los líderes de las minorías republicanas Kevin McCarthy y el senador Mitch McConnell.

Aunque McCarthy supervisó la purga de Cheney, Biden señaló su disposición a negociar con él y otros republicanos sobre temas clave como el enorme programa de infraestructura de la Casa Blanca.

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