AFP/EFE
La Unión Europea (UE) informó que dispone de informes fidedignos sobre más de 1.000 muertes en poco más de dos días en Darfur, zona al oeste de Sudán, en lo que parece ser una campaña de “limpieza étnica”.
“Las últimas atrocidades parecen formar parte de una campaña más amplia de limpieza étnica llevada a cabo por las Fuerzas de Apoyo Rápido (paramilitares), conocidas como FAR, con el objetivo de erradicar a la tribu no árabe Masalit de Darfur Occidental”, afirmó alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en un comunicado publicado ayer.
Añadió que los ataques se produjeron “tras una oleada inicial de violencia a gran escala” en el pasado junio.
“Testigos creíbles informan que más de 1.000 miembros de la tribu Masalit fueron abatidos en Ardamata, Darfur Occidental, en poco más de dos días, en ataques a gran escala llevados a cabo por las Fuerzas de Apoyo Rápido y sus milicias afiliadas”, señaló la Unión Europea.
La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) informó recientemente que “más de 800 personas” habían sido “abatidas por grupos armados en Ardamata”.
La Unión Europea está “trabajando con la Corte Penal Internacional para establecer y documentar las violaciones de los derechos humanos, con el fin de garantizar que los autores rindan cuentas”, según el comunicado.
"Vista gorda"
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, pidió ayer que la comunidad internacional no haga “la vista gorda” a la situación en Darfur y expresó la “consternación” de la UE por la “dramática escalada de la violencia” en la región.
“La comunidad internacional no puede hacer la vista gorda a lo que está ocurriendo en Darfur y permitir otro genocidio en esta región”, alertó Borrell a través de su cuenta en X, antes Twitter.
El jefe de la diplomacia europea señaló en un comunicado que la UE “está consternada y condena la reciente y dramática escalada de violencia en Darfur”. La UE recuerda a las partes en conflicto que, según el derecho internacional, deben proteger a los civiles en Darfur y en todo Sudán.
FAR
El pasado 10 de noviembre el grupo paramilitar sudanés Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) aseguró que está cumpliendo con el acuerdo alcanzado con el Ejército para proteger civiles, desmarcándose así de la última masacre cometida.
“Anunciamos el cumplimiento de todos los requisitos contenidos en el Acuerdo de Compromisos Humanitarios”, indicaron las FAR en un comunicado, en referencia al pacto mediado por Arabia Saudí y EE.UU. alcanzado la semana pasada para proteger civiles y facilitar la llegada de ayuda humanitaria.
En la última semana, más de 8.000 refugiados sudaneses han huido al vecino Chad, aunque esta cifra estaría “probablemente subestimada”, según la ACNUR, mientras que organizaciones locales sudanesas estiman que la cifra podría superar los 20.000 desplazados.
“Lo que está sucediendo roza el mal absoluto”
La tragedia se produce en el marco de la guerra abierta entre el Ejército sudanés y las FAR desatada el pasado 15 de abril, un conflicto enquistado que se ha saldado ya con 9.000 muertos y ha convertido a Sudán en el país con más desplazados internos del mundo.
Tras siete meses de guerra y la reciente intensificación de los combates entre el ejército y los paramilitares, la violencia en Sudán se asemeja al “mal absoluto”, advirtió una alta funcionaria de la ONU, preocupada en particular por la situación en la región de Darfur. “Continuamos diciendo que la situación es horrible y sombría. Pero, francamente, nos faltan palabras para describir los horrores que están sucediendo en Sudán”, dijo en una rueda de prensa Clementine Nkweta-Salami, coordinadora humanitaria de la ONU en el país.
“Seguimos recibiendo informes implacables y atroces de violencia sexual y de género, de desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y graves violaciones a los derechos humanos y de los niños”, dijo.
“Lo que está sucediendo roza el mal absoluto”, consideró.