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“Sin Sebastián Piñera, es probable que la ultraderecha se fortalezca aún más”, afirmó analista chileno”

El representante de la organización IDEA Internacional, Ricardo Mena Burgos, conversó con El País desde Santiago. Habló sobre cómo queda la política de Chile, luego del fallecimiento del expresidente Sebastián Piñera.

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Ricardo Mena, representante de la Organización IDEA Internacional
Ricardo Mena, representante de la Organización IDEA Internacional
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El representante de la organización IDEA Internacional, Ricardo Mena Burgos, conversó con El País desde la ciudad de Santiago.

Ricardo Mena Burgos abordó el tema sobre cómo queda la política de Chile, luego del fallecimiento del dos veces presidente de ese país, Sebastián Piñera.
 

¿Cómo está el ambiente en Chile?

El ambiente es bien particular entre el tema de los incendios, que es la peor tragedia desde 2010 y, ahora, con la sorpresiva muerte del presidente Piñera, estamos conmocionados, en un verano que se suponía que iba a ser tranquilo.

 

¿Qué significa la pérdida del expresidente Piñera para los chilenos?

Piñera fue elegido dos veces presidente de Chile, eso ya le da un lugar especial en la historia. Sus dos períodos fueron bastante distintos. Su primer periodo estuvo marcado por el hecho de haber sido el primer presidente de centro-derecha elegido, desde el retorno de la democracia. Él rompió el dominio de la concertación de los gobiernos, siempre fue con la democracia por delante. Luchó por “despinochetizar” la derecha, es decir, quería sacar el aura de Pinochet de la derecha. Antes de ser presidente, en los años 80, estuvo en las campañas de oposición a Pinochet, y después también luchó por hacer una derecha moderna y dialogante. Le costó mucho y no sé si lo logró, a la luz de cómo está la derecha hoy día en Chile.

 

¿Desde qué lugar aportó en sus últimos años?

Estaba siguiendo la contingencia, preocupado de cómo reconstruir la derecha después de los resultados electorales pos-proceso constituyente. Veía con preocupación el surgimiento de los grupos más “ultra” de los más defensores de la dictadura de Pinochet, con menos espíritu democrático, dentro de la derecha. Y buscaba cómo reunir y proyectar a la derecha, sin esa incidencia fuerte de la ultraderecha, para las elecciones de gobiernos locales y gobernaciones de este año.

 

Con la ausencia de Piñera, ¿cómo queda el movimiento que lideraba?

Queda poco claro quién tomará la aposta del “piñerismo” en su sector, no hay un liderazgo claro que venga después de él, con su línea de pensamiento. Y eso deja bastante incertidumbre respecto a cómo se va a gestionar en su coalición la relación con la ultraderecha. Es probable que aumente la fuerza de la ultraderecha, hay que ver cómo se configuran los pactos electorales, que nos va a decir mucho sobre cómo se proyecta la nueva alianza dentro de la derecha y qué rol va a tener la ultraderecha en ese espacio. El lado democrático también quizás podría fortalecerse, como un reimpulso en el marco del homenaje del pensamiento de Piñera.

 

En Estados Unidos y Europa también hay un fortalecimiento de la ultraderecha en estos años, ¿son realidades que se retroalimentan con América Latina?

Comparten muchas cosas. Yo creo que el fortalecimiento de la ultraderecha a nivel global tiene que ver con el declive de la valorización de la democracia. La falta de seguridad y el tema migratorio han provocado el crecimiento de grupos “ultras” que se oponen a fenómenos globalizadores, que buscan profundizar la democracia. Tienden a actitudes populistas y ofrecen soluciones mágicas a la gente que está bastante desesperada por sus problemas económicos y el declive de los Estados, sobre todo después de la pandemia. El crecimiento de los grupos ultraderechistas es, efectivamente, un fenómeno global que responde a problemas comunes, pero en cada región y cada país se expresa con sus características particulares. Lo que hay es una especie de manual común que podría considerarse como herencia del grupo de Donald Trump. De ganar Trump la presidencia de Estados Unidos, habría un fortalecimiento de los grupos más antidemocráticos y populistas, asociados a la ultraderecha.

 

También existe un fuerte populismo asociado a la izquierda latinoamericana.

Sí, el populismo es transversal a los partidos y sectores políticos. El populismo es una estrategia de oferta política de soluciones mágicas para llegar al poder y que socava las bases democráticas para instalarse definitivamente, ha pasado en Venezuela, y puede pasar en otros países. Lo que sucede en Nicaragua es dramático. También es asombroso lo que tenemos hoy día en Ecuador, donde prácticamente el Estado de Derecho no existe. Probablemente el desafío más grande de esta región es cómo hacer que la democracia se respete.

 

¿Cómo evalúan los chilenos la gestión que hasta el momento ha desempeñado el presidente Gabriel Boric?

Todo está muy complicado con el tema de los incendios, el daño es brutal y hay investigaciones en curso. El presidente Boric se mantiene estable con cierto piso y siempre fluctuó en un techo del 30% de aceptación. Ha tenido muchos desafíos, sobre todo en materia económica, el desempleo es un tema complicado, pero también ha logrado sacar adelante algunas medidas, como la reducción de horas laborales. Sin embargo, el escenario se ve muy complicado porque las grandes reformas, como la de pensiones y la reforma de la salud, están trancadas, y son la esencia de su proyecto.

 

¿Cuál es el escenario en cuanto a los partidos y candidatos para las elecciones de gobiernadores de este año?

El oficialismo va como una sola coalición, y se mantienen las dos coaliciones: socialismo democrático y Frente Amplio. Hay expectativos por el partido Republicano, sobre cómo va a competir en municipios donde el oficialismo es más fuerte. Por otro lado, el oficialismo está revisando si hacen o no Primarias para su candidato. Todavía están haciendo las configuraciones. En un par de meses ya debería estar montado el escenario. En cuanto a figuras a la presidencia, es prematuro pero el nombre de la derecha que está sonando es Evelyn Matthei, la actual alcaldesa de Providencia. El líder de los partidos republicanos, José Antonio Kast, probablemente vaya a competir de nuevo. En la corriente del oficialismo no se ven todavía líderes, porque los nombres que son fuertes aún están en el gabinete; tampoco se han anunciado intenciones.

 

En ese contexto, ¿qué proyecciones hace sobre el futuro próximo de Chile?

Me da la impresión que crecerá la derecha en los gobiernos locales. Puede que el oficialismo pierda algunos municipios. Probablemente Santiago, un municipio importante, el oficialismo lo pierda. Eso marcaría la elección presidencial de 2025. Aún falta para poder tener un análisis más preciso, pero todo indica que la derecha va a estar más fuerte y ganaría las elecciones presidenciales.

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