Redacción El País
Desplegadas en puentes de autopistas o en farolas, las banderas inglesas y británicas se han multiplicado en las últimas semanas en el Reino Unido, una demostración de patriotismo alimentada en parte por la extrema derecha y vinculada a un movimiento contra la inmigración.
Algunas rotondas han sido pintadas de rojo y blanco, los colores de la cruz de San Jorge, presente en la bandera de Inglaterra. La Union Jack, la bandera del Reino Unido, también aparece habitualmente.
“No esperábamos que esto tuviera tanto eco”, afirma a AFP Carla Kennedy, que forma parte de Worcester Patriots, un grupo que ha colocado cientos de banderas en la ciudad de Worcester, en el oeste de Inglaterra. Para esta mujer de 42 años, el movimiento está ligado a un sentimiento antiinmigración creciente en el país.
“Los británicos empiezan a expresarse ahora, ya han tenido suficiente. Estamos contra la inmigración irregular y este movimiento es la manifestación de ello”, dice.
“No es para nada racismo. Estamos orgullosos de ser ingleses y británicos”, dice.
Pero las asociaciones antirracistas acusan al principal grupo organizador de este movimiento, llamado Operation Raise the Colours (Operación izar los colores), de alimentar las divisiones.
Andy Saxon, cuyo verdadero nombre es Andrew Currien, cercano al activista de extrema derecha Tommy Robinson, se presenta como cofundador de este movimiento que, asegura, ha colgado un millón de banderas.
“No hay nada malo en izar la Union Jack o la cruz de San Jorge. Pero el hecho de que esta ola de activismo esté en gran parte organizada por racistas y extremistas, plantea interrogantes sobre las motivaciones que la impulsan”, denuncia Hope not Hate (Esperanza, no odio).
Reino Unido, donde el partido antiinmigración Reform UK encabeza las encuestas a nivel nacional, ha vivido desde el mes de julio manifestaciones que tienen como objetivo a hoteles que alojan solicitantes de asilo. En ellas, los asistentes suelen enarbolar banderas inglesas.
“Durante mucho tiempo, la bandera inglesa estuvo asociada a la extrema derecha”, subraya Michael Kenny, profesor de política en la Universidad de Cambridge. En la década de 1990, sin embargo, se convirtió en una forma “banal” de mostrar apoyo a los equipos deportivos ingleses.
En el momento actual, es una “manera para la gente de mostrar su descontento y su frustración”, añade. AFP