El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, anunció ayer domingo que renunciará a su puesto tras menos de un año en el poder, presionado por las debacles electorales que sufrió su partido en las legislativas durante su mandato, en las que perdió la mayoría en ambas cámaras.
La renuncia de Ishiba sume en la incertidumbre a Japón, en un momento en que el país lucha contra una inflación mayor a la esperada y se enfrenta a las consecuencias de los aranceles de Estados Unidos sobre la industria automovilística, un pilar de su economía.
Ishiba, un político de 68 años, dimitirá menos de un año después de asumir el mando del Partido Liberal Demócrata (PLD), lo que lo convirtió en jefe del Gobierno. “Decidí renunciar al cargo de presidente del Partido Liberal Democrático”, declaró en rueda de prensa, después de que varios medios locales reportaran que iba a dimitir.
“Ahora que las negociaciones sobre las medidas arancelarias estadounidenses concluyeron, creo que es el momento adecuado. He decidido dar un paso al costado”, agregó.
En medio de la guerra comercial que sacude al mundo, Japón, la cuarta economía del mundo, logró que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara el pasado jueves un decreto para reducir los aranceles a los automóviles japoneses, en el marco de un acuerdo comercial.Estados Unidos implementó a principios de agosto aranceles más altos para los productos de Japón, como lo hizo con decenas de otros países. Pero el gobierno de Ishiba logró negociar finalmente un arancel para los automóviles del 15% en lugar del 27,5% actual, mientras que para muchos otros productos los gravámenes también se limitarán al 15%.
La reducción de los aranceles fue una victoria para el gobierno, que tuvo que enviar a un emisario a Washington para asegurar que Trump firmara el decreto, ya que ambos países anunciaron un acuerdo a finales de julio y después emergieron especulaciones de que había divergencias en algunos puntos.
Su perfil
Ishiba, que forma parte de la minoría cristiana que hay en Japón, es hijo de un gobernador regional y llegó a ser líder de su partido en 2024, en el quinto intento.
Asumió como primer ministro en septiembre de 2024 con la promesa de “crear un nuevo Japón“, revitalizar las regiones rurales y enfrentar la “emergencia silenciosa” que supone la disminución de la población.
Inmediatamente convocó elecciones a la Cámara Baja y en estos comicios, en octubre de 2024, su partido obtuvo sus peores resultados en 15 años y su coalición con la formación Komeito perdió la mayoría.
En julio pasado, perdieron la mayoría en el Senado y comenzaron las especulaciones sobre su posible dimisión.
La cadena NHK indicó que Ishiba quería evitar divisiones dentro de su colectividad, una formación conservadora que ha dominado el panorama político en Japón y que ha gobernado casi ininterrumpidamente desde 1955. El diario Asahi Shimbun señaló que Ishiba no pudo resistir la creciente presión para que dimitiera.
La semana pasada, cuatro altos dirigentes del PLD, entre ellos el secretario general, Hiroshi Moriyama, presentaron también su dimisión.
Cabe agregar que, en virtud del pacto con EE.UU., Tokio se comprometió a invertir 550.000 millones de dólares en varios proyectos, préstamos y garantías de préstamos de instituciones financieras respaldadas por el Gobierno. Los vehículos, representan en torno al 30 % de las exportaciones japoneses a EE.UU.
AFP/EFE