Los científicos estadounidenses Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell y el japonés Shimon Sakaguchi ganaron este lunes el Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones sobre cómo el cuerpo controla el sistema inmunitario.
Los tres fueron distinguidos por sus "descubrimientos sobre la tolerancia inmunitaria periférica", anunció el comité del Nobel en un comunicado.
"El premio Nobel de Fisiología o Medicina de este año trata sobre cómo controlamos nuestro sistema inmunitario para poder combatir todos los microbios imaginables sin provocar enfermedades autoinmunes", explicó Marie Wahren-Herlenius, profesora del Instituto Karolinska.
"El poderoso sistema inmunitario del organismo debe ser regulado, de lo contrario corre el riesgo de atacar nuestros propios órganos", subrayó el comité del Nobel.
Qué hallaron las investigaciones de Brunkow, Ramsdell y Sakaguchi
Los galardonados, Mary E. Brunkow, nacida en 1961, Fred Ramsdell, de 64 años, y Shimon Sakaguchi, de 74, "identificaron a los guardianes del sistema inmunitario, las células T reguladoras, que impiden que las células inmunitarias ataquen nuestro propio cuerpo", añadió.
"Sus hallazgos han sentado las bases para un nuevo campo de investigación y han impulsado el desarrollo de nuevos tratamientos, por ejemplo para el cáncer y las enfermedades autoinmunes", explicó el jurado.
En 2024, el Premio Nobel de Medicina reconoció a los investigadores estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun por su hallazgo del microARN, un nuevo tipo de molécula ARN minúscula que tiene un papel crucial en la regulación de la actividad de los genes.
Además de cada distinción, el premio incluye un diploma, una medalla de oro y un cheque por valor de 11 millones de coronas suecas (1,2 millones de dólares). AFP
Una aguja en un pajar
El origen de los hallazgos de Brunkow y Ramsdell se remonta a los estudios en la década de 1940 vinculados al Proyecto Manhattan y el desarrollo de la bomba atómica: los efectos de la radiación en una cepa de ratones que presentaban mutaciones y desarrollaban una enfermedad que reducía su vida a unas pocas semanas.
Seis décadas después, cuando la genética molecular ya se había desarrollado lo suficiente, varios investigadores comenzaron a interesarse por esa mutación, entre ellos Brunkow y Ramsdell y que se lanzaron a buscar el gen causante de la mutación.
Esa tarea, que el fallo del jurado compara con “buscar una aguja en un pajar gigante”, les llevó varios años de trabajo sistemático y creativo, de acuerdo con las limitaciones que entonces tenía la biología molecular, mapeando el área del cromosoma y comparando los genes potenciales en ratones sanos con los que presentaban la mutación. AFP, EFE