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Otro portazo de Trump: deja pacto migratorio de la ONU

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Trump insiste con su política migratoria restrictiva. Foto: Reuters

ESTADOS UNIDOS

Argumenta que es incompatible con su política sobre los inmigrantes.

Estados Unidos agregó este fin de semana un nuevo sector, el de los emigrantes y refugiados, a una extensa lista de proyectos o acuerdos internacionales de los cuales Donald Trump decidió retirarse para disgusto de los partidarios del multilateralismo.

"La misión estadounidense ante la ONU informó a su secretario general que Estados Unidos terminará con su participación en el Pacto Mundial sobre la migración", señaló en un comunicado el gobierno de Trump.

En septiembre de 2016, los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU aprobaron por unanimidad un texto denominado Declaración de Nueva York para los refugiados y emigrantes con el propósito de mejorar la ayuda a estas personas.

Sobre la base de esa Declaración, el Alto Comisionado para los Refugiados recibió el mandato de proponer un Pacto Mundial sobre emigrantes y refugiados en su informe anual a la Asamblea General en 2018. Ese Pacto debería basarse en dos ejes: definición de un marco de respuestas para enfrentar ese problema y un programa de acción.

"La Declaración de Nueva York abarca muchas disposiciones que son incompatibles con las políticas estadounidenses de inmigración y refugiados y con los principios dictados por la administración Trump en materia de inmigración", señaló el comunicado emitido por la misión estadounidense ante la ONU.

Trump realizó su campaña electoral con la promesa de deportar a inmigrantes y de construir un muro en la frontera de Estados Unidos con México. Desde que asumió su mandato, también ha tomado medidas para prohibir la entrada a Estados Unidos de personas de ciertos países de mayoría musulmana. En los hechos, se propuso dejar sin efecto compromisos asumidos por su predecesor demócrata Barack Obama.

"Estados Unidos se enorgullece de su herencia en materia de inmigración y de su liderazgo en el apoyo a poblaciones de emigrantes y refugiados en todo el mundo", dijo la embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley. Pero "el enfoque mundial de la Declaración de Nueva York es incompatible con la soberanía estadounidense", precisó.

"Nuestras decisiones sobre las políticas de inmigración deben siempre ser tomadas por los estadounidenses y solo por los estadounidenses", advirtió Haley, una fiel aliada del presidente Trump.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, respaldó esta posición al señalar que la primera obligación de un estado soberano es "asegurar que la migración es segura, ordenada y legal". "Simplemente no podemos apoyar de buena fe un proceso que socava el derecho de soberanía de Estados Unidos a reforzar nuestras leyes migratorias y garantizar la seguridad de nuestras fronteras", dijo Tillerson a través de un comunicado.

"Las migraciones son un problema mundial que reclama una respuesta mundial", replicó en un comunicado el presidente en ejercicio de la Asamblea General de la ONU, el eslovaca Miroslav Lajcak, quien deploró la decisión estadounidense. "Y el multilateralismo sigue siendo el mejor medio para enfrentar a los desafíos mundiales", añadió Lajcak.

"Lamentamos la decisión, aunque hay todavía mucho tiempo para un nuevo compromiso estadounidense", declaró el domingo Farhan Aziz Haq, portavoz del Secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aludiendo al inicio de las negociaciones formales previsto en febrero. Y para Amnistía Internacional, el retiro estadounidense representa "una abdicación devastadora de responsabilidad en las mayores crisis de refugiados en el mundo".

El primer año de presidencia de Trump ha estado marcado por varios retiros espectaculares de acuerdos internacionales o de proyectos de acuerdos que implican a varios países del mundo.

Tillerson de gira en medio de rumores de despido

El secretario de Estado, Rex Tillerson, inicia hoy lunes una gira europea de cinco días que le llevará a Bruselas, Viena y París, en medio de rumores sobre su posible cese en cuestión de semanas o meses.

Esta será la séptima gira europea de Tillerson como jefe de la diplomacia estadounidense.

El jueves el diario New York Times, citando fuentes gubernamentales, dijo que el presidente Donald Trump quiere reemplazar a Tillerson por el director de la CIA, Mike Pompeo.

Hace meses que circulan rumores sobre su posible salida a causa de sus diferencias con Trump.

Pero en esta ocasión la posibilidad ha cobrado más fuerza que nunca porque la información del Times la confirmaron de inmediato, también con fuentes gubernamentales, medios como la CNN o el Washington Post. No obstante, Trump envió un mensaje de Twitter tachándola de "noticias falsas", el término que usa para negar los informes de prensa.

Evalúan caso de obstrucción a la Justicia

La senadora Dianne Feinstein, la demócrata de mayor rango en el Comité de Justicia de la Cámara Alta, reveló ayer domingo que el Senado está recopilando información sobre un posible delito de obstrucción a la justicia cometido por el presidente Donald Trump. "El Comité de Justicia tiene también una investigación en marcha que involucra una obstrucción a la justicia y lo que estamos empezando a valorar es construir un caso de obstrucción a la justicia", dijo Feinstein al programa Meet the press de la cadena NBC.

Así, la legisladora daba a conocer el nuevo rumbo que podrían tomar las audiencias que están teniendo lugar en el Senado con el objetivo de dilucidar la posible veracidad de la llamada "trama rusa", que es también objeto de investigación por parte del FBI. Los argumentos de quienes defienden que desde hace meses el presidente está intentando obstaculizar la investigación se vieron reforzados este sábado después de que el propio Trump escribiera en Twitter que había despedido a su entonces asesor de seguridad, Michael Flynn, al saber que había mentido sobre el tema al FBI.

“EE.UU. primero” o solo en el mundo.

Desde que Donald Trump asumió el poder en enero, abandonó o amenazó con dejar varios acuerdos internacionales bajo su política de “Estados Unidos primero”. El último este fin de semana: del Pacto Mundial sobre Migración.

Estados Unidos anunció el 12 de octubre que se retiraba de la Unesco, a la que acusa de ser “anti-israelí”. Conservará el estatus de observador hasta su retiro efectivo a fines de 2018.

El 1 de junio anunció el retiro del acuerdo de París sobre el cambio climático al que llegaron 195 países en 2015. Trump calificó ese acuerdo de “muy injusto” para su país, aduciendo que permitirá a otras naciones sacar ventaja sobre la industria estadounidense. El retiro efectivo no ocurrirá antes de noviembre de 2020.

Estados Unidos se fue de la Asociación TransPacífico (TPP), firmada en 2015 con once países de Asia-Pacífico que representan el 40% de la economía mundial. En su lugar, quiere negociar tratados “bilaterales” para “traer los empleos y las industrias a suelo estadounidense”.

Trump se comprometió a “destrozar” el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y el grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China, Francia y Alemania). Finalmente solo se negó a “certificar” que Teherán respeta sus compromisos.

También emprendió nuevas negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) firmado en 1994 con Canadá y México. Trump afirma que ese acuerdo contribuyó a trasladar a México millones de empleos industriales.

Trump pide una reforma de la ONU cuya “burocracia” y “mala gestión” es crítica.

Además, llegó a calificar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de “obsoleta”. Luego rectificó y pidió a sus aliados que aumenten sus presupuestos militares. También denuncia regularmente las medidas “proteccionistas” de la Unión Europea y el déficit comercial con Alemania, objeto al igual que Italia de investigaciones sobre un presunto dumping en las importaciones de acero.

La Organización Mundial de Comercio también está en la mira de Trump. En la reunión del G20 en julio en Hamburgo, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, no descartó renegociar los acuerdos multilaterales que el organismo prevé poner en vigor. Los reglamentos de la OMC podrían impedir a Washington aplicar su proyecto de “Border Adjustement Tax” (tasa de fronteras) que le daría ventajas a sus exportadores y castigaría a los importadores.

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