Redacción El País
Por ahora no hay indicios de que la milicia chiita libanesa Hezbolá lance una ofensiva inminente contra Israel, pese a las crecientes tensiones fronterizas.
Sin embargo, mientras contempla una ofensiva terrestre en Gaza en respuesta a los ataques de Hamás del sábado, Israel teme la posibilidad de un segundo frente con Hezbolá, que en 2006 ya libró una guerra contra las fuerzas israelíes.
Símbolo de la tensión de los últimos días, Israel bombardeó ayer miércoles el sur de Líbano tras el lanzamiento de cohetes desde la zona fronteriza reivindicado por Hezbolá, según medios libaneses.
“Nos preocupa mucho que Hezbolá tome la decisión equivocada y opte por abrir un segundo frente en este conflicto”, declaró en Washington un alto funcionario de defensa estadounidense. Pero hasta ahora no hay señales de que Hezbolá, que según los analistas cuenta con una fuerza de combate más importante que su aliado palestino Hamás, lance una ofensiva propia.
No se descarta un segundo frente en el norte de Israel, pero “a Líbano no le interesa una conflagración cuando atraviesa una grave crisis política y económica”, apunta Hasni Abidi, director del Centro de Estudios e Investigación sobre el Mundo Árabe y el Mediterráneo, con sede en Ginebra.
“Sí, existe un riesgo de desbordamiento, pero incluso Hezbolá tiene una reacción contenida y calibrada”, agrega.
Para Agnès Levallois, vicepresidenta del Instituto de Investigación y de Estudios Mediterráneo Oriente Medio, con sede en París, la actividad de Hezbolá en el sur de Líbano es una forma de señalar el riesgo potencial. “Pero no creo que les interese que esto vaya a más”, matiza.
A diferencia de décadas pasadas, las potencias regionales como Egipto y Arabia Saudita parecen más dispuestos a tratar de calmar las tensiones.
El riesgo también podría venir de Cisjordania, que está dirigida por la Autoridad Palestina, pero donde los grupos armados tienen presencia.
Steven Cook, investigador principal del centro de reflexión estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores, estima que es “improbable” que se produzca un “conflicto interestatal”. Pero agrega que existe un “peligro real” de una escalada entre Hezbolá e Israel. “Es algo ante lo que todo el mundo debería estar en alerta máxima”, dice. (AFP)