El clima de tensión creciente que vive hace semanas el Caribe por el despliegue militar de Estados Unidos para combatir el narcotráfico, al que vincula directamente al régimen de Nicolás Maduro, comenzó a tener su impacto en el petróleo. Los precios del petróleo cerraron ayer lunes al alza por cuarta jornada consecutiva, en medio además de la expectativa de una nueva incautación por parte de Estados Unidos de un petrolero en las costas de Venezuela.
El precio del barril de Brent del mar del Norte para entrega en febrero subió un 2,65% hasta 62,07 dólares. Su contraparte estadounidense, el West Texas Intermediate (WTI) para entrega en febrero, en su primer día de uso como contrato de referencia, subió un 2,64% hasta 58,01 dólares.
“No es un desequilibrio entre la oferta y la demanda (...) sino la amenaza de guerra de Estados Unidos contra Venezuela la que impulsa los precios”, dijo a la agencia AFP Mark Waggoner, presidente de Excel Futures.
Estados Unidos ya confiscó dos petroleros que transportaban petróleo de Venezuela. Y el domingo comenzó la persecución de un tercero.
El pasado martes, Estados Unidos anunció un bloqueo naval contra Venezuela con el que apunta a los petroleros sancionados.
“Estas recientes maniobras” constituyen, según analistas de UBS, “una escalada y una señal de que la administración de Trump está dispuesta a reducir las exportaciones de petróleo de Venezuela a corto plazo”.
Venezuela posee la mayor reserva de petróleo del mundo. Y aunque su producción de alrededor de un millón de barriles diarios es relativamente modesta, la suspensión de las exportaciones privaría al país de una importante fuente de ingresos.
“Un embargo casi total impactaría de manera significativa la economía venezolana, así como el flujo de petróleo bruto hacia China”, estimaron expertos de UBS.
Solo la petrolera estadounidense Chevron está autorizada para transportar petróleo de Venezuela hacia Estados Unidos. Representa poco más de 200.000 barriles al día.
Las siguientes dos semanas “prometen ser volátiles” por las fiestas de fin de año y el bajo número de compradores en el mercado, anticipó Waggoner.
“Si Maduro se hace el duro, será la última vez”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró ayer que el dictador venezolano, Nicolás Maduro, sería “inteligente” si eligiera dejar el poder y le advirtió que si “se hace el duro” será “la última vez” que lo haga. Al ser preguntado en una rueda de prensa en su residencia privada de Mar-a-Lago (Florida) sobre si la estrategia de Estados Unidos es derrocar a Maduro, Trump respondió: “Eso depende de él. De lo que quiera hacer. Creo que sería inteligente si lo hiciera. Pero ya lo averiguaremos”. Al ser cuestionado sobre por qué Maduro debería tomarse en serio la amenaza de que Estados Unidos atacaría “pronto” dentro del territorio venezolano, Trump advirtió que habría consecuencias si el dictador “se hace el duro”. “Puede hacer lo que quiera. Es lo que él decida hacer. Si se hace el duro, será la última vez que pueda hacerlo”, declaró. Trump reiteró su acusación de que el régimen de Maduro está inundando a Estados Unidos de drogas y criminales provenientes de las cárceles venezolanas.
Debate en ONU
Las tensiones en torno a Venezuela y la presión para la caída del dictador Maduro, será tema de debate hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Fue Venezuela quien pidió la reunión, solicitud impulsada por el bloqueo ordenado por Trump contra los buques petroleros sancionados que salgan y entren de sus puertos.
De la reunión no se espera la adopción de resoluciones vinculantes, debido al poder de veto de Estados Unidos como miembro permanente del Consejo de Seguridad, pero sí un duro cruce con Rusia y China, aliados de Venezuela.
De momento, el debate, que comenzará a las 15:00 hora de Nueva York (17:00 de Uruguay), aparece descrito en la página web de la ONU como un “informe sobre Venezuela” y las “amenazas a la paz y la seguridad internacionales”.
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela se incrementó el pasado septiembre, cuando comenzaron los ataques a lanchas vinculadas al narcotráfico en el Caribe, unos ataques que ya se han saldado con la vida de más de 100 personas.
La Casa Blanca asegura que su objetivo con esta ofensiva es frenar la entrada de drogas en Estados Unidos y que la designación terrorista del Cartel de los Soles, que acusa a Maduro de dirigir, autoriza al Gobierno a defenderse legítimamente de su amenaza.
A esto se suma que el pasado sábado Estados Unidos interceptó en aguas del mar Caribe otro petrolero con bandera panameña llamado Centuries, que trasladaba crudo venezolano a refinerías de China.
Esta es la segunda embarcación interceptada en el Caribe por la Administración Trump, que la semana pasada incautó el buque Skipper y confiscó el crudo que transportaba.
Además, el domingo Estados Unidos inició una “persecución activa” para interceptar a un tercer tanquero, el Bella 1. Según una fuente estadounidense, el Bella 1 es un buque sancionado “de la flota clandestina que forma parte del esquema ilegal de evasión de sanciones de Venezuela”.
Más allá de lo que pueda pasar en el debate de hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU, la posición de Estados Unidos es clara: Maduro “tiene que irse”. Así lo expresó ayer lunes la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem. “No solo estamos interceptando barcos, sino también enviando un mensaje al mundo de que no puede tolerarse la actividad ilegal en la que participa Maduro; él tiene que irse”, dijo Noem a la cadena Fox News.
Washington ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por la captura del dictador venezolano.
Rusia, por su parte, “ratificó su pleno respaldo” a Venezuela, dijeron los cancilleres de ambos países ayer lunes tras una llamada telefónica.
Primeros buques de guerra “clase Trump”
El presidente Donald Trump ordenó ayer lunes la construcción de dos nuevos buques de guerra que llevarán su nombre y que serán parte de la llamada “flota dorada”, que aseguró serán “100 veces más poderosos” que los existentes en la actualidad, anunció el mandatario
Los buques descritos por el presidente como “acorazados” serán los primeros de la futura “clase Trump” y comenzarán a ser construidos “inmediatamente”, según anunció, e indicó que se espera que más adelante se puedan llegar a armar hasta 25 más.
La presentación de la nueva “flota dorada”, como la nombró el republicano, tuvo lugar en su residencia privada de Mar-a-Lago en Florida, mismo estado donde los buques serán construidos por contratistas que se reunirán con el mandatario la próxima semana. Trump insistió en la importancia de construir estos acorazados “con rapidez” y criticó a las actuales empresas que se dedican a la construcción de naves para la Armada porque, según él, “no están haciendo un buen trabajo”.
La nueva orden presidencial busca priorizar una de la grandes metas de la Administración Trump de revitalizar la industria naval estadounidense y expandir la capacidad de construcción de buques militares en medio de la preocupación por el desfase frente a competidores como China y las limitaciones de los astilleros nacionales. Además, el anuncio sobre la construcción de nuevos buques de guerra llega una semana después de que el mandatario ordenara confiscar todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela para estrangular la llamada “flota fantasma” venezolana.
Con información de EFE y AFP