El futuro de Aurora Alviárez se definió el 7 de octubre, día de las elecciones en Venezuela. Antes de viajar a EE.UU. para el nacimiento de su nieto, ya había pensado en sus opciones: solo si ganaba Henrique Capriles regresaría a Venezuela.
El triunfo de Hugo Chávez significó para ella la mudanza definitiva. Alviárez lleva un mes y medio en EE.UU. Dice que ahora está más tranquila, que puede ir por la calle sin paranoia.
En Venezuela la asaltaron un par de veces, le robaron objetos de su auto y también la amenazaron. Vivía en San Antonio del Táchira, en la frontera. Para ella, la reelección de Chávez representa la continuidad de esta situación. "Sólo regresaré si cambia el gobierno", dice, enfática.
En conversaciones cotidianas es frecuente escuchar planes de migración. Después de los resultados, hay quienes quieren huir de la inseguridad y de la falta de oportunidades.
Por ejemplo, una joven egresada universitaria que prefiere mantenerse en el anonimato aceleró sus planes de viaje tras la reelección del jefe de Estado.
Desde hace un tiempo planificaba mudarse a Bogotá con su novio, pero el proyecto se posponía: "Siempre decíamos que por lo menos teníamos trabajo y que mejor nos quedábamos en nuestro país. Pero cuando ganó Chávez pensamos que no hay futuro. El sueldo no da para ser independiente".
Aún no hay estadísticas oficiales sobre el fenómeno de la migración postelectoral. Sin embargo, existen datos que ilustran este afán por mudarse lejos del país. José Octavio Carrillo, abogado especializado en inmigración y representante del estudio Carrillo y Asociados, dice que en esta coyuntura se duplicó la cantidad de interesados en asesorías para obtener visados para EE.UU.
"En promedio teníamos entre cinco y seis clientes que solicitaban visas de inversionistas cada mes, y ahora es el doble. También estamos seguros de que tendremos más peticiones por vínculos familiares. Hay un aumento de consultas: los planes B se convirtieron en prioritarios", señala.
Hubo personas, agrega, que solicitaron información a principios de año y que después de las elecciones comenzaron a formalizar los trámites.
Por ejemplo, está el caso de un extranjero, con 25 años de residencia en Venezuela, que ahora aplica para una visa de inversionista en EE.UU. "Su esperanza eran las elecciones y ahora decidió irse", subraya.
En el estudio Negocios con USA, que brinda asesoría para emigrar a EE.UU., también se ha evidenciado un incremento de solicitudes, a propósito de los resultados electorales.
Los casos, señalaron, aumentaron entre 50% y 60% en relación con los que manejaban antes. "Hemos recibido muchas llamadas de inversionistas y también de aquellos que están interesados en participar en la lotería de la Green Card", dice una asesora.
EVIDENCIAS. Patricia Andrade, directora de la ONG Venezuela Awareness Foundation, que se dedica a asistir a los perseguidos políticos venezolanos que se encuentran en Miami, dice que ha recibido una avalancha de correos con peticiones de asesoría sobre el proceso de asilo en EE.UU. "Siempre hubo interés, pero nunca tan marcado", dijo. Un documento elaborado por la especialista señala que en 1999, primer año del gobierno de Chávez, hubo 46 solicitudes de asilo; en 2011 se registraron 445.
Otra evidencia se encuentra en el portal Mequieroir.com, que se dedica a asesorar a quienes desean emigrar. Esther Bermúdez, directora de la empresa, dice que el tráfico en la página web se triplicó: antes de las elecciones recibían 60.000 visitas diarias, y desde el 7 de octubre la cifra aumentó a 180.000. Agrega que EE.UU. es el país más buscado, pero también hay interés en Australia y Canadá.
"Cada vez que hay una coyuntura política en el país aumentan las visitas y solicitudes de información", dice Bermúdez. La razón para emigrar, señala, va más allá del resultado electoral, aunque existe una relación. Se trata, en realidad, de una necesidad de seguridad personal y calidad de vida.
Para los muchos que desean vivir en un país más seguro, quienes ya residieron afuera y decidieron regresar aconsejan estar preparados para el cambio y saber qué se puede esperar de su nuevo destino.
"Si la gente que migra tiene recursos, no hay problema, puede sobrevivir. Pero si es una persona de clase media, le va a costar trabajo. Muchos de los que quieren irse ignoran cómo es la situación en otros países", dice Jessica Díaz, que residió 12 años en España.