La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó ayer viernes que espera bajar este año su nivel de alerta máxima por el covid-19, al estimar que la epidemia podría representar pronto una amenaza similar a la de la gripe estacional.
“Llegamos a un punto en que podemos considerar el covid-19 de la misma forma que consideramos la gripe estacional, es decir una amenaza para la salud, un virus que seguirá matando, pero un virus que no perturba nuestra sociedad o nuestros sistemas hospitalarios”, dijo a la prensa el jefe de los programas de urgencia de la OMS, Michael Ryan.
Junto a él, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que estaba “muy satisfecho de constatar que, por primera vez, el número semanal de decesos registrados en las últimas cuatro semanas fue inferior al que se registró cuando usamos por primera vez la palabra ‘pandemia’, hace tres años”.
“Hoy estamos ciertamente en una posición mucho mejor que en cualquier otro momento de la pandemia”, dijo. Tedros se mostró “confiado” en que la OMS pueda bajar su nivel de alerta máxima este mismo año.
La agencia de la ONU decretó el 30 de enero de 2020 la “emergencia de salud pública internacional” debido al covid-19, en un momento en que había menos de 100 casos positivos y ningún deceso fuera de China. Poco después, en marzo de 2020, Tedros calificó la situación de pandemia.
“Declaramos la emergencia sanitaria mundial para incitar a los países a tomar medidas más decisivas, pero no todos lo hicieron”, recordó ayer.
“Tres años más tarde, se registraron cerca de siete millones de muertes debido al covid-19, aunque sabemos que el número de muertos debido al covid-19 es mucho más elevado”, indicó.
Variantes
Además, la OMS anunció el jueves que pasó a considerar como “previamente en circulación” las variantes alfa, beta, gamma, delta y ómicron del coronavirus, y que se centrará ahora en el estudio de nuevas subvariantes de la última de ellas, surgidas en 2022.
Una de las subvariantes de ómicron, la XBB 1.5, considerada una de las más contagiosas y actualmente de las más presentes en los casos de la pandemia, pasó a ser considerada “variante de interés”, mientras que otras cinco (BQ.1, BA.2.75, CH.1.1, XBB y XBF) se convirtieron en “variantes bajo vigilancia”.
Si alguna de ellas mereciera mayor monitorización y medidas de prevención especiales, pasaría a ser “variante de preocupación”, como lo fueron alfa, beta, gamma, delta y ómicron, y se le asignaría una nueva letra del alfabeto griego, dijeron.
La variante delta, primero detectada en la India, fue la predominante hasta finales de 2021, en la que la ómicron (hallada primero en análisis en Sudáfrica) la fue sustituyendo.
La ómicron desarrolla con mayor rapidez nuevas subvariantes, que se multiplicaron desde el pasado año, creando cierta confusión en el seguimiento de la evolución del coronavirus SARS-CoV-2.
Los cambios anunciados “no implican que la circulación de los virus ómicron haya dejado de ser una amenaza para la salud pública”, aclaró la OMS, que destacó que la modificación “se lleva a cabo para identificar mejor nuevas posibles amenazas”.
La OMS recuerda en todo caso que las variantes derivadas de ómicron tienden a afectar el tracto respiratorio superior (faringe, tráquea) y no el inferior (pulmones) como las anteriores, un hecho que contribuye a que los casos sean en general menos graves.
Por otro lado, la OMS hizo ayer un enésimo llamamiento para que China comparta toda la información científica útil para determinar el origen de la pandemia, tras conocerse que tiene resultados genéticos y moleculares que se ha guardado sobre el mercado de animales, el primer lugar del que se sospechó.
La información, procedente del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de China, fue subida a una plataforma científica de acceso abierto y descubierta por expertos europeos que la analizaron y comunicaron sus resultados a la OMS, pero desde entonces todos esos datos han sido eliminados de la plataforma.
Con información de EFE y AFP