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Nuevo libro sobre Juan Carlos revela su vida en Emiratos Árabes Unidos

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El rey emérito de España junto al rey Abdullah de Arabia Saudita. Foto: AFP
(FILES) In this file photo taken on July 16, 2008 King Juan Carlos of Spain (L) and King Abdullah of Saudi Arabia attend the opening of the World Conference on Dialogue at Pardo Palace in Madrid on July 16, 2008. - The Spanish Royal House announced on August 2, 2020 that former king Juan Carlos will move out of Spain. The Spanish Supreme Court announced in June the opening of an investigation to establish whether former King Juan Carlos has criminal responsibility in an alleged corruption case when Saudi Arabia entrusted the construction of the Mecca TGV to a Spanish consortium. (Photo by Pierre-Philippe MARCOU / AFP)
PIERRE-PHILIPPE MARCOU

INVESTIGACIÓN

Juan Carlos I dice que le gustaría volver a España. Está dispuesto a subirse al primer avión que pueda hacia el país en el que reinó entre 1975 y 2014.

El rey emérito de España, Juan Carlos I, en Emiratos Árabes Unidos desde agosto de 2020, se confiesa a la escritora francesa Laurence Debray, y le asegura que eligió ese país del Golfo Pérsico porque desde allí no molesta a la corona, y admite que en España “algunos están muy contentos” de que se haya ido.

“¿Por qué aquí?”, pregunta Debray, en el último libro sobre la figura del monarca, algunos de cuyos extractos publicó ayer jueves la revista Paris Match.

“Desde aquí no molesto a la corona”, responde Juan Carlos, de 83 años, que abdicó del trono en favor de su hijo Felipe VI en junio de 2014.

“Algunos están muy contentos de que me haya marchado”, declara a Debray, autora de Mon roi déchu (Mi rey caído), que la editorial Stock publicará en Francia el 6 de octubre y Debate en español en 2022.

Debray asegura haber mantenido conversaciones telefónicas con el emérito en 2020 y haber intercambiado algunos mensajes por WhatsApp durante el confinamiento, antes de visitarlo en Abu Dabi.

Debray es buena conocedora de la monarquía española y autora de una biografía de Juan Carlos I y de un documental en televisión grabado poco antes de su abdicación en 2014. En su libro autobiográfico Hija de revolucionarios (Anagrama), Debray recordaba que, de pequeña, ya admiraba a Juan Carlos I, hasta el punto de que colgó un póster suyo en su habitación. Su padre lo retiró y lo sustituyó por una imagen del presidente socialista francés François Mitterrand.

La escritora, hija del filósofo Regis Debray -amigo de Fidel Castro y de Mitterrand, que fue detenido junto al Che- asegura que Juan Carlos está asistido por cuatro guardaespaldas españoles y una pareja de filipinos que se ocupa del servicio y la cocina. Se acuesta temprano y cada día se levanta a las 7 de la mañana, hace algo de gimnasia para cuidar su envejecido cuerpo, sometido a una veintena de operaciones, incluido el triple by pass de 2019, y lee los diarios españoles con su móvil o su tableta. A veces, uno de los guardaespaldas le acompaña a la piscina para proseguir su rehabilitación.

El resto del tiempo, cuenta la escritora, lo ocupa en conversaciones largas con sus abogados o con los pocos amigos que no le han dado la espalda.

Juan Carlos I dice que le gustaría volver a España. Está dispuesto a subirse al primer avión que pueda hacia el país en el que reinó entre 1975 y 2014. Pero, investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo español ignora si volverá y cuándo.

A la pregunta de Debray sobre si piensa regresar, Juan Carlos se limita a responder: “Bastaría con tomar el avión”.

El rey emérito confiesa que lo que más añora de España es “la comida”.

Regularmente recibe la visita del emir de Abu Dabi, que es también presidente de EAU.

Sus hijas le visitan tres o cuatro veces al año.

“Con su hijo, el Rey de España (...), los vínculos se han roto”, publica Paris Match, antes de recordar que Felipe VI ha renunciado a la herencia de su padre y que le retiró su asignación anual.

“Felipe VI”, analiza Debray, “se esfuerza por reparar la herencia de Juan Carlos haciendo de la Corona una institución inatacable y regulada. Un parricidio en nombre de los intereses del trono. Juan Carlos es un rey caído, pero ante todo es un padre repudiado. Quizá su mayor fracaso resida ahí, en esta negación. Héroe político: la cara; antihéroe patriarcal: la cruz”.

La Fiscalía mantiene abiertas varias investigaciones sobre Juan Carlos I. La principal se centra en el cobro de 65 millones de euros (77 millones de dólares) por presuntas comisiones de las obras del tren de alta velocidad Medina-La Meca (Arabia Saudí), y que en 2012 donó a la que fue su amiga íntima, Corinna Larsen.

La Fiscalía española también tiene puesta la lupa en si recibió donaciones no declaradas y si ocultó fondos en paraísos fiscales. Simultáneamente, la Hacienda española inspecciona si dos regularizaciones fiscales cumplimentadas por el rey Juan Carlos se ajustan a la legalidad. (Con información de EFE y El País de Madrid)

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