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Netanyahu empieza a operar para frenar coalición opositora

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Netanyahu llamó a oponerse al “peligroso gobierno de izquierdas”. Foto: AFP
Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu gestures as he shows a slideshow during a briefing to ambassadors to Israel at the Hakirya military base in Tel Aviv, Israel on May 19, 2021. - Israel is studying whether conditions are right to stop bombing Palestinian militants in Gaza but is preparing for "more days" of strikes if necessary, an Israeli military source said. (Photo by Sebastian Scheiner / POOL / AFP)
SEBASTIAN SCHEINER

ISRAEL

“Todos los miembros de derecha de la Knéset deben oponerse a este peligroso Gobierno de izquierdas”, declaró Netanyahu en su primera reacción pública

El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu reaccionó ayer jueves al anuncio de la formación de una coalición opositora para formar nuevo gobierno, y llamó al Parlamento (Knéset) a que no la avale.

“Todos los miembros de derecha de la Knéset deben oponerse a este peligroso Gobierno de izquierdas”, declaró Netanyahu en su primera reacción pública por Twitter tras el acuerdo entre de ocho partidos que pactaron una coalición.

En caso de hacerse realidad, ésta le derrocaría como primer ministro, después de quince años en el cargo, los últimos doce seguidos.

Tras largas negociaciones hasta última hora del miércoles, el centrista y opositor Yair Lapid, encargado de formar Gobierno en Israel, informó que logró un pacto para un Ejecutivo con partidos de gran diversidad ideológica -desde la extrema derecha hasta la izquierda, incluyendo un partido árabe-, cuyo único elemento en común es su oposición a Netanyahu.

El acuerdo, para quedar firme, necesita la votación final en una ceremonia de investidura donde la oposición debe contar con una mayoría de 61 escaños.

De hecho, Netanyahu está invocando esa instancia con mensajes como el de ayer, que busca presionar a diputados de partidos derechistas del bloque opositor como Yamina o Nueva Esperanza, más afines a la ideología de su partido, el Likud, para que cambien de bando.

Según el pacto de coalición, el nuevo Ejecutivo se basaría en la rotación en la jefatura de Gobierno: el ultranacionalista y religioso Naftali Benet, líder de Yamina, sería primer ministro los dos primeros años, y después sería remplazado por el laico Lapid, que encabeza la formación centrista Yesh Atid, segunda fuerza en Israel con 17 escaños.

Aún así, Yamina no parece tener garantizado el apoyo de sus siete diputados: al menos uno de ellos, reticente al acuerdo, retiró ayer su firma de una petición del bloque opositor para hacer una votación el próximo lunes para escoger a un nuevo presidente del Parlamento. Este cargo -que hasta ahora ostenta Yariv Levín, miembro del Likud y confidente de Netanyahu- es clave, ya que tiene la última palabra para decidir sobre la agenda parlamentaria y el día de la votación del nuevo Gobierno.

Según analistas, sin que la oposición consiga reemplazarlo por su candidato, Levín podría entorpecer el proceso para formar Ejecutivo y apurar hasta el último minuto la fecha de la votación del nuevo Gobierno, y así dar más margen a Netanyahu para convencer a posibles desertores.

Con todo, Lapid instó el miércoles a Levín a convocar una sesión especial lo antes posible para llevar a cabo el juramento del nuevo Ejecutivo, algo que debe producirse en el plazo máximo de doce días desde que el líder centrista comunicó formalmente el pacto de Gobierno, este 2 de junio.

Netanyahu también se reunió ayer con miembros del Consejo Yesha, que aglutina los líderes colonos de Cisjordania, para abordar maneras de frenar la creación del nuevo Ejecutivo.

Benet, a su vez, convocó para hoy viernes a los miembros de Yamina a una reunión en su domicilio para limar asperezas sobre el acuerdo y afianzar la viabilidad de una coalición que, incluso antes de formarse, está marcada por su fragilidad y el riesgo de no materializarse.

La firma del acuerdo de coalición marca también un punto de inflexión en la historia política de Israel. La última vez que un partido árabe israelí apoyó un Ejecutivo -pero sin participar en él- fue en 1992, durante la época del “gobierno de la paz” de Yitzhak Rabin.

Esta vez el partido islamista Raam liderado por Mansur Abas firmó el acuerdo sin indicar si participará activamente en el gobierno.

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