INTERNACIONAL
Haitianos y venezolanos se juegan la vida en las zonas limítrofes de Chile-Perú y Colombia-Panamá.
Enfrentarse a un mes de espera en la frontera colombo-panameña gastándose el dinero que les queda para llegar a Estados Unidos, o darse la vuelta y volver a países donde su futuro no está garantizado. Esa es la decisión a la que se enfrentan los migrantes haitianos en Necoclí, Colombia.
En la playa de Necoclí, hay más de 17.000 personas, la mayoría haitianos, que acampan en carpas de plástico en un pueblo colapsado, donde no hay agua potable gratuita, ni baños públicos y la basura se acumula en las esquinas.
La tensión es evidente y esta semana un haitiano murió después de ser herido en una riña; por eso hay quienes se están planteando regresar sobre sus pasos, a Medellín o Cali y puede ser que a Chile o Brasil, de donde salieron sin oportunidades. Unos 250 haitianos han decidido ya darse la vuelta.
El pasado martes, las autoridades panameñas hallaron en el río Turquesa, en la provincia de Darién, tres cadáveres que se presume sean de migrantes haitianos arrastrados por una corriente de agua. En la misma zona habían sido encontrados la semana pasada los cadáveres de nueve personas. Pero la frontera de Colombia y Panamá no es la única en crisis (además de la de México y Estados Unidos), porque también la frontera Chile-Perú está en ebullición.
La frontera chilena con Perú se topa con los dos flujos migratorios que estremecen a América Latina: haitianos que abortaron su viaje a Estados Unidos y dan vuelta atrás, y venezolanos que ruegan por entrar a Chile. La frustración de los haitianos que retornan a Chile contrasta con la ilusión de los venezolanos que buscan tomar un bus que los lleve 2.000 km al sur, hasta Santiago.
La policía chilena en la frontera ha constatado un cambio en el flujo migratorio de los haitianos: en los últimos meses hallaban grupos de hasta 50 personas que salían del país, pero esos intentos de egresos se pararon y ahora están volviendo en avión a Santiago.
Las autoridades suponen que esto tiene que ver con que los están devolviendo de Estados Unidos y que hay muchos bloqueados en Colombia. Preocupados y tristes, los haitianos pasan horas en el aeropuerto o el terminal de buses de Arica de Chile, buscando pasajes para diferentes destinos en Chile.
Los venezolanos, en cambio, llegan a Chile llenos de optimismo, aunque tienen dificultades para conseguir la visa. La demora para regularizar a los extranjeros en Chile ha afectado a haitianos y venezolanos.
Expulsiones.
Estados Unidos expulsó en 13 días al triple de haitianos que en los 7 meses precedentes. Entre el 19 de septiembre y el 1 de octubre, los servicios de migración de Estados Unidos fletaron 57 aviones para expulsar de su territorio a 6.213 migrantes haitianos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El Gobierno estadounidense ha recibido múltiples críticas por el manejo de la crisis migratoria en la frontera entre EE.UU. y México. (Con información de EFE y AFP).