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Malasia: la trama que destronó a un primer ministro

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Najib Razak llegó al poder prometiendo modernidad y terminó procesado por corrupción. Foto: AFP

EL CASO 1MDB

Najib Razak fue condenado ayer martes a 12 años de prisión por varios delitos de corrupción vinculados al desfalco millonario del fondo estatal 1MDB.

El exprimer ministro de Malasia Najib Razak fue condenado ayer martes a 12 años de prisión por varios delitos de corrupción vinculados al desfalco millonario del fondo estatal 1MDB, una de las mayores tramas de corrupción institucional del mundo y que incluso llegó a salpicar a Hollywood.

Najib, de 67 años, que fue condenado por un total de siete delitos pero aún debe someterse a juicio por otros 35 cargos, y sus asociados desviaron a sus cuentas privadas 4.500 millones de dólares del fondo 1Malaysia Development Berhad (1MDB), un escándalo que propició su caída en las elecciones de mayo de 2019.

Tras 30 años en la arena política, Najib -hijo y sobrino de dos antiguos dirigentes malasios- llegó al poder en 2009 con la promesa de modernizar el país y acometer reformas estructurales.

Cuatro meses después de jurar como primer ministro, fundó el 1MDB -presidido por él mismo- con el objetivo de atraer la inversión extranjera y crear un distrito financiero en Kuala Lumpur.

Ya asentado en el cargo, se convirtió en la pieza central de una investigación periodísticaque destapó el enorme desfalco y atribuyó a Najib la apropiación de unos 681 millones de dólares procedentes del 1MDB.

Además del dinero transferido a sus cuentas, durante un operativo policial en varias propiedades de Najib, los oficiales se incautaron de un botín valorado en 273 millones de dólares en 26 divisas en efectivo y bienes de lujo.

Unos 150 agentes tardaron un mes en clasificar las posesiones, entre ellas más de 12.000 piezas de joyería (2.800 pares de pendientes, 2.200 anillos y 1.400 collares, entre otras alhajas), 72 bolsos de lujo, centenares de relojes y lentes de sol y hasta lingotes de oro.

A la esposa de Najib, Rosmah Mansor (66), la Fiscalía la acusa de haber participado en la trama, por lo que también afronta un cargo por corrupción, ya que presuntamente recibió tres sobornos por 194 millones de ríngit (45 millones de dólares) en 2016.

Huido de la justicia y en paradero desconocido, el financiero malasio Jho Low, considerado el cerebro de la internacionalización de la trama, ha observado desde su escondite como su ostentosa fortuna era requisada por las autoridades y como los famosos con los que se rodeaba en Hollywood le han dado la espalda.

Low fue el cofundador de la productora que financió la película El lobo de Wall Street, dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Leonardo DiCaprio, con fondos desviados del 1MDB, y está acusado por la justicia estadounidense de blanqueo de dinero.

Low dilapidó su riqueza en onerosos regalos para sus amigos de la meca del cine, entre ellos una pintura de Picasso a DiCapio -que éste más tarde entregó a las autoridades estadounidenses- o un collar con diamantes de 11 quilates a la modelo Miranda Kerr.

Esta trama de corrupción llevó a Mahathir Mohamad, primer ministro malasio entre 1981 y 2003, a suspender a sus 92 años su jubilación para enmendar lo que él calificó como “el peor error de su vida”, en referencia a su otrora protegido: Najib Razak. Al frente de una coalición conformada por varios partidos opositores a Najib, el nonagenario lo venció en las elecciones de mayo de 2018 y regreso a la jefatura de gobierno para limpiar la nación de corrupción.

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