Redacción El País
La evolución los independentistas de EH Bildu, desde sus orígenes próximos a las tesis de la banda terrorista ETA hasta sus políticas actuales centradas en asuntos sociales, lleva a esta formación a tener posibilidades de ganar las elecciones del País Vasco, España, hoy domingo, las más abiertas de los últimos años.
Desde su fundación en 2011, año en que ETA anunció “el cese definitivo de su actividad armada”, hasta la actualidad, EH Bildu (Euskal Herria Bildu, Reunir al País Vasco, en castellano) ha tenido una trayectoria ascendente, con una importante implantación entre la población más joven, que no vivió la violencia terrorista.
Además, ha experimentado un relevo generacional, desde el liderazgo de Arnaldo Otegi, histórico dirigente independentista, identificado con el ‘brazo político’ de ETA, hasta el actual candidato a presidir el Gobierno vasco, Pello Otxandiano, que no ocupó ningún cargo en el partido cuando existía la banda.
EH Bildu llega a 2024 con posibilidades de ganar las elecciones vascas por primera vez, sin haber culminado el proceso de deslegitimación del terrorismo de ETA que le reclaman el resto de formaciones políticas, aunque sí tuvo gestos de rechazo hacia la banda terrorista.
Al cumplirse diez años del fin de la violencia, Otegi, coordinador general de la formación, mostró su “pesar y dolor por el sufrimiento padecido” por las víctimas de ETA, que, afirmó, “nunca debió haberse producido”.
Sin embargo, pasó de puntillas sobre este asunto en la presente campaña electoral, hasta que tres días antes de acabar, Otxandiano, en una entrevista radiofónica, eludió calificar de “terrorista” a ETA y respondió con titubeos ante esta cuestión, lo que hizo que la memoria sobre la banda volviera al debate electoral.
Esas declaraciones provocaron el rechazo del resto de partidos e hizo que dos días después, el jueves, el candidato afirmara que se “arrepiente” de la respuesta que dio y pidiera perdón a las víctimas de ETA si hirió “su sensibilidad”.
En el caso de que EH Bildu ganara las elecciones, no implica que pueda gobernar, ya que la fragmentación tradicional del parlamento vasco le haría necesario pactar con otro partido. De hecho, en esta región nunca hubo una mayoría absoluta y las coaliciones forman parte de la política diaria. EFE