Por Fabiana Culshaw
Leopoldo López es el líder más emblemático de la oposición al chavismo y al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Fue alcalde del municipio de Chacao (Caracas), y está al frente del partido Voluntad Popular. Fue inhabilitado en su país de 2008 hasta 2014, pero la Corte Interamericana de DDHH emitió un fallo, por unanimidad, a su favor. En 2014 fue arrestado en Venezuela por “incitación pública a la violencia”, estuvo siete años preso (tres en la cárcel y cuatro en “casa por cárcel”), lo que fue rechazado por organizaciones internacionales de DDHH. Desde el año 2020 vive en el exilio en Madrid (España), donde continúa su lucha política. Desde Ginebra conversó con El País.

-Leopoldo, ¿dónde se encuentra actualmente?

-Estoy en Ginebra, tuve una participación en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde se presentó el caso de Venezuela, tuve derecho de palabra y denuncié las violaciones de Derechos Humanos del régimen.

-Pero usted está viviendo en Madrid, ¿cómo sigue su lucha desde el exilio?

-Sí, vivo con mi familia en España, pero estoy entre España y los EE.UU. Estoy haciendo un fellowship en el Centro Wilson (en un think tank) y estoy dedicado, además de los temas de Venezuela y académicos, a una iniciativa que monté el año pasado que se llama “World Liberty Congress”, que agrupa a todos los movimientos a favor de la democracia y la libertad en los países autocráticos. Es una iniciativa de activistas y líderes de distintos países con dictaduras, que son autocracias como: Nicaragua, Cuba, Venezuela, unos 25 países de África, Irán, Bielorrusia. Tenemos una coordinación para trabajar en conjunto enfrentando el mismo problema. Hemos conseguido el apoyo de organismos, como el National Endowment for Democracy, y de fundaciones privadas de Estados Unidos, África, Europa.

-Hay un tema muy sonado en estos días que es la corrupción en Pdvsa que llevó a la renuncia de Tarek el Aissami. Por un lado, el régimen de Maduro ha sido denunciado por EE.UU. por su vinculación con el narcotráfico, y ahora es el propio régimen venezolano el que acusa de corrupción dentro de sus filas. El acusado pasa a ser acusador. ¿Cómo lo entiende?

-Lo que está ocurriendo en Venezuela es una fachada de poder desde hace mucho tiempo. Hay ministros que están a cargo de las distintas instituciones, pero es una fachada. El verdadero poder es el de una estructura de crimen organizado, vinculado con una economía criminal. El tráfico de cocaína es un pilar, la extracción ilegal y el tráfico del oro, que viene acompañada de una devastación, es otro pilar. Y la manera de cómo se maneja Pdvsa y el negocio del petróleo en Venezuela, el mismo Maduro lo ha tenido que reconocer como otro pilar. La lectura que le doy a lo que está ocurriendo en Pdvsa es que son luchas de poder entre grupos de esta estructura de crimen organizado. Lo que está pasando en el gobierno de Maduro es una pelea entre narcos. Es lo que ocurre entre los narcos cuando se pelean por una plaza de distribución, o por algún mercado, eso es lo que está ocurriendo. Hay que entender que la estructura de poder de Maduro está vinculada con el cartel de Sinaloa, con las FARC, con el ELN, con hezbollah. Eso no lo digo yo, lo dicen numerosos estudios y el gobierno de los EE.UU., que han venido dando muchos detalles de lo que significa esta estructura internacional de lavado de dinero, contrabando, tráfico de drogas, tráfico de oro, tráfico de petróleo. Esa es la estructura que hoy existe en Venezuela.

-Hay analistas que manejan la hipótesis que la “depuración” en Pdvsa podría ser una pantalla del gobierno para hacer ver que combate la corrupción. ¿Comparte esa idea?

-Yo pienso que esto es más bien, repito, conflicto entre narcos. Al que quiera entender qué está pasando en Venezuela, lo invito a ver cualquier historia de crimen organizado. Se acercan mucho más a comprender que cualquier análisis tradicional que se haga sobre la estructura de poder y política de un país como este.

-El 22 de octubre se realizarán las elecciones primarias de la oposición para elegir a un candidato único para las presidenciales de 2024. ¿Está de acuerdo con la iniciativa?

-Hay que poner las cosas en contexto. Venezuela no está enfrentando un escenario como podría ser unas elecciones en Uruguay, Costa Rica, Colombia, o en cualquier otro país que, con sus luces y sus sombras, tienen sistemas democráticos. Venezuela es claramente una dictadura, donde si bien se presenta la oportunidad de una elección, es una elección con condiciones. El desafío más grande que tenemos es de poder ir lo más unidos posible y las primarias son el mejor camino para lograr la unidad.

-¿Piensa que podrán lograr un candidato único?

-La dictadura va a buscar dividir, va a buscar financiar candidaturas fuera de la unidad, pero estoy seguro que va a quedar en evidencia quiénes están jugando a favor del cambio y la democracia, y quiénes están jugando a favor de la dictadura y su permanencia.

-Usted está inhabilitado, no se puede presentar como candidato, ¿cuál es su rol en este proceso?

-Estoy inhabilitado, al igual que muchos otros, pero además tengo la condición de estar en el exilio. Yo fui uno de los primeros inhabilitados en el año 2005, he estado en esta lucha muchos años y la última vez que me pude presentar a una elección fue hace casi dos décadas, en el año 2004. Desde ese momento he estado proscrito de poder participar, y mi rol ha sido siempre apoyar a otros. En 2008, no pude presentarme a la Alcaldía Metropolitana teniendo 70% de apoyo, y apoyé a Antonio Ledezma. En 2012 seguía inhabilitado y tomé la decisión de apoyar a Enrique Capriles. En 2019 a Juan Guaidó. Yo creo que quienes estamos en el exilio, la principal función que nos toca es apoyar a quienes están en la primera trinchera de lucha en Venezuela.

-¿Apoyará a Juan Guaidó como candidato en esta oportunidad?

-Sí, porque estamos comprometidos en construir la unidad, no de arriba, no de Caracas, sino de todo el país y con la unidad de la gente.

-¿Cómo ve el apoyo internacional a la oposición al régimen de Maduro, desde que se desmontó el “gobierno interino” de Juan Guaidó?

-Creo que el haber desmontado el gobierno interino fue un grave error; un error que lo ejecutaron nuestros partidos aliados de la Asamblea Nacional; un error que nos debilita en nuestro posicionamiento interno e internacional. Fue una decisión errada haberlo eliminado, sin haber logrado nada a cambio en un proceso de negociación. Pero no nos vamos a quedar con el retrovisor, viendo que fue lo que pasó. Estamos viendo hacia adelante, buscando que se pueda consolidar una unidad a través de las primarias y construir un escenario favorable para el año 2024. Sabiendo a lo que nos estamos enfrentando, sin ningún tipo de inocencia.

-¿Cuál es su lectura de por qué fracasó Guaidó?

-Se subestimó la crueldad y la característica criminal de la dictadura. También hay que decir que el apoyo externo que logró Maduro fue superior al que logramos nosotros. Maduro tiene el apoyo de China, Rusia, Turquía, Irán, Cuba, que se traduce en apoyo militar, financiero, inteligencia, en el tema diplomático, mientras que el apoyo que nosotros recibimos fue en su mayoría, diplomático.

-Lo que se le critica a la oposición es su división interna, que ahora también se refleja en la gran cantidad de candidatos para las primarias.

-Eso hay que ponerlo en perspectiva, hay mucho ruido alrededor del tema de la unidad. La verdad es que si analizamos el movimiento a lo largo de los años, en los momentos críticos siempre hemos logrado unidad y a eso es lo que le estoy apostando. Es muy fácil llegar a una conclusión errada y señalar a los sectores democráticos como responsables de no haber logrado el cambio. Yo no creo que los venezolanos que luchamos contra la autocracia en Venezuela seamos estructuralmente incapaces. Creo que en todos los países con autocracias, la intención de los regímenes es mantener divididos y acentuar la fractura de los movimientos que los oponen. Eso lo hemos visto en el caso de Venezuela y en muchos otros países.

-¿Confía en el Consejo Nacional Electoral (CNE) de cara al año 2024?

-No, para nada. No confío en el CNE, no confío en las estructuras de las instituciones dominadas y controladas por Maduro, pero sí confío en los venezolanos. Confío en la posibilidad que volvamos a construir un ciclo de movilización, de esperanza, de presión y a eso es a lo que le estamos apostando.

-O sea, ¿no ve a las elecciones de 2024 como una posibilidad de salir del régimen, sino como un movimiento más?

-Bueno, espero que podamos lograr la salida del régimen, pero con los pies sobre la tierra, digo que estamos enfrentado un rival donde -en términos de ustedes en Uruguay que son muy futboleros- la cancha está inclinada, el árbitro está vendido y no hay ningún tipo de reglas para el equipo contrario. Con todo y eso, esperamos entrar en la cancha y tener una oportunidad de construir con la gente, de enfrentar a Maduro en el 2024. Pero no podemos engañarnos de que se va normalizar Venezuela. No podemos perder de vista que estamos enfrentando a un régimen criminal. Yo estoy precisamente en Ginebra en la ONU denunciando a Nicolás Maduro por haber cometido crímenes de lesa humanidad. Maduro está siendo investigado por la Corte Penal Internacional de La Haya por cometer crímenes de lesa humanidad, tiene una imputación por narcotráfico por parte de los EE.UU., esa es la realidad que estamos enfrentando.

-¿Qué piensa de la posición del gobierno de Uruguay en relación a lo que está pasando en Venezuela?

-Es una luz en momentos muy difíciles. La posición del presidente uruguayo ha sido muy coherente, muy clara con respecto a la violación de derechos humanos. Para nosotros ha sido muy importante el respaldo al sueño que tenemos de poder vivir en democracia.

-¿Qué hará en los próximos días?

-Luego del Latin America Liberty Forum en Punta del Este, tengo el lunes una presentación ante el Senado de EE.UU. sobre los desafíos para la democracia de países como Venezuela.