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Miles de manifestantes salieron a las calles a protestar. Otros cientos ingresaron a la casa presidencial se metieron en la piscina y la cocina y terminaron prendiéndola fuego,

El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, huyó el sábado de su residencia oficial en Colombo minutos antes de que fuera asaltada por una multitud de manifestantes, que lo acusan de ser el responsable de la profunda crisis económica que atraviesa el país y quieren expulsarlo del poder. Horas después se anunció su dimisión y también la del primer ministro, Ranil Wickremesinghe.
Las cadenas de televisión locales mostraron imágenes de cientos de personas trepando por las puertas del palacio presidencial, un edificio de la época colonial, situado junto al mar y símbolo del poder en Sri Lanka.

Las Naciones Unidas instaron a las autoridades de Sri Lanka y a los manifestantes a que velaran por que las reuniones del sábado se celebraran pacíficamente.
En mayo, nueve personas habían resultado muertas y varios centenares heridas durante los disturbios en el país.

En abril, Sri Lanka se declaró en suspensión de pagos de su deuda externa de 51.000 millones de dólares e inició negociaciones de rescate con el Fondo Monetario Internacional.
Esta crisis, de una magnitud sin precedentes desde la independencia del país en 1948, se atribuye a la pandemia de covid-19, que privó a esta isla del Asia meridional de las divisas del sector turístico y se ha visto agravada por una serie de malas decisiones políticas, según economistas.
