AFP, EFE
En la cumbre de la Unión Europea que terminó ayer viernes en Granada, España, los 27 países miembros abrieron el debate sobre la ampliación del bloque, que volvió a primer plano con la guerra en Ucrania, pero siguen sin ponerse de acuerdo sobre el problema migratorio.
“¿Qué tipo de ampliación se hace (...), una ampliación gradual o una ampliación completa, al mismo ritmo todos?”, se preguntó el presidente español, Pedro Sánchez, durante la cumbre.
El tema de la ampliación centrará la cumbre de la UE de mediados de diciembre en Bruselas.
La Comisión Europea (Ejecutivo de la UE) debe presentar a principios de noviembre sus recomendaciones sobre la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, que obtuvieron el estatus de candidatos en junio de 2022. Cinco países de los Balcanes occidentales también son candidatos.
“Nos enfrentamos a una transformación real (...) de nuestra visión geopolítica de Europa”, afirmó el presidente francés Emmanuel Macron.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que en agosto afirmó que la UE podría estar lista para integrar nuevos miembros en 2030, se limitó ahora a indicar que lo esencial era impulsar el debate. “Lo importante es dejar de postergar las cosas en el contexto actual de la invasión rusa en Ucrania”, explicó.
Según un informe de expertos franceses y alemanes encargado por Francia y Alemania y hecho público hace tres semanas, “la UE aún no está preparada para acoger a nuevos miembros, ni desde el punto de vista institucional ni desde el punto de vista político”
Los candidatos a ingresar a la UE son Albania, Macedonia del Norte, Moldavia, Ucrania, Turquía, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Serbia.
Migración
Polonia y Hungría mostraron su furibunda oposición a la reforma del sistema migratorio de la UE en la cumbre en Granada, dos días después de un acuerdo clave entre los Estados miembros del bloque.
El primer ministro polaco, el nacionalista Mateusz Morawiecki, criticó que se pretenda imponer un sistema para “distribuir migrantes ilegales”. Su homólogo húngaro, el ultraconservador Viktor Orban, en su habitual tono provocador, afirmó: “Si te violan legalmente, te obligan a aceptar algo que no te gusta, ¿cómo es posible llegar a un compromiso, a un acuerdo? Es imposible”.
El asunto de la migración, uno de los más espinosos en la UE, se impuso en las discusiones, en momentos en que Europa se ve confrontada a una nueva oleada de migrantes en la isla italiana de Lampedusa y en el archipiélago español de Canarias.
Los embajadores de los países de la UE alcanzaron el miércoles un acuerdo para avanzar en la reforma del Pacto de Migración y Asilo, después de tres años de parálisis en las negociaciones.
La reforma busca implementar un mecanismo de solidaridad obligatoria entre los Estados miembros si alguno de ellos enfrenta la llegada masiva de migrantes a sus fronteras, como ocurrió durante la crisis de refugiados sirios de 2015 y 2016. El texto, que también modifica los procedimientos tradicionales de asilo haciéndolos menos protectores para los migrantes, requirió un compromiso para superar las reticencias alemanas e italianas.